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Feature News | Wednesday, July 04, 2018

Obispos en la frontera: Mantener unidas a las familias inmigrantes

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Desde la izquierda, el Cardenal Daniel DiNardo de Houston, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, y el Arzobispo José Gómez de Los Ángeles durante la reunión de Obispos de los Estados Unidos, en Fort Lauderdale, en junio. Ambos formaron parte de una delegación de cinco obispos que realizaron una visita pastoral a la frontera de los Estados Unidos con México, el 1 y 2 de julio.

Fotógrafo: TOM TRACY | FC

Desde la izquierda, el Cardenal Daniel DiNardo de Houston, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, y el Arzobispo José Gómez de Los Ángeles durante la reunión de Obispos de los Estados Unidos, en Fort Lauderdale, en junio. Ambos formaron parte de una delegación de cinco obispos que realizaron una visita pastoral a la frontera de los Estados Unidos con México, el 1 y 2 de julio.

McAllen, Texas (CNA) | La reforma migratoria requiere que se vean los rostros de los inmigrantes y se escuchen sus historias, dijeron cinco obispos estadounidenses que realizaron una visita pastoral de dos días a la frontera de los Estados Unidos con México en el valle del Río Grande, en Texas.

En una conferencia de prensa realizada el 2 de julio, los obispos reflexionaron sobre sus experiencias durante su visita pastoral con inmigrantes, entre ellos niños separados de sus padres y mantenidos bajo custodia federal.

“Nuestra Fe no es solo un sistema de conceptos”, explicó durante la conferencia de prensa el Cardenal Daniel DiNardo, de Houston, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. “Nuestra Fe está en una persona, la persona de Jesucristo”.

El cardenal contó la historia de un hondureño que conoció durante una visita a un centro católico de cuidados para inmigrantes. El hombre le contó al cardenal que entró ilegalmente a los Estados Unidos para proteger a su familia tras recibir amenazas de muerte por parte de pandillas en su país de origen.

“Tenía a su hijo con él”, contó el cardenal. “¿Cruzó la frontera? Sí, lo hizo. Esa parte es ilegal. Pero al verlo, no estoy mirando una imagen abstracta; veo a una persona. Y esa persona está consternada”.

“Aquí todos son seres humanos”, declaró el cardenal.

El Obispo Joseph Bambera, de Scranton, Pensilvania, afirmó el sentimiento del cardenal. Bambera expuso que hablar con familias inmigrantes reestructura las percepciones sobre la inmigración ilegal y desafía las preconcepciones políticas.

“Cuando tienes la oportunidad de sentarte con una familia... las etiquetas se derriten”, dijo el Obispo Bambera. “Al hablar con alguien cuyo deseo más profundo no es explotar un país y tomar todo lo que pueda, sino mantener a sus hijos y protegerlos, entonces las etiquetas se desvanecen.”


“Una cuestión de humanidad”

El Arzobispo José Gómez, de Los Ángeles, vicepresidente de la Conferencia de Obispos, dijo a los periodistas que la inmigración “no es sólo una cuestión de política. Es una cuestión de humanidad”.

Declaró que la discusión de inmigración “en realidad es hablar de hombres y mujeres, padres e hijos, hermanos y hermanas”.

“Es una realidad global... todos participamos en la misma humanidad y estamos unidos tratando de encontrar la solución a esta situación”, agregó el Arzobispo Gómez.

Los obispos hicieron un llamado a los católicos para abogar por la reforma migratoria. El Cardenal DiNardo dijo que ese llamado debe comenzar con la oración.

“De verdad creo que orar es más adecuado de lo que la gente siquiera imagina”, expresó el cardenal. “La oración es importante. Pero además de la oración, tenemos que hacer una petición al Congreso. Tenemos que hablar con ellos, tenemos que hacerlo con intensidad; no ser desagradables, pero verdaderamente intensos. Mi esperanza sería escribir, llamar, incluir al Congreso, para pedir una reforma migratoria integral”.

El Arzobispo Gómez dijo que las familias deberían tener prioridad en los esfuerzos legislativos. “Si algo queremos de la administración y del Congreso, es la unidad familiar. Porque eso es esencial para la persona humana. Y estamos dispuestos a hacer lo que podamos para ayudar a lograrlo”.

“La manera en que llegaron aquí… podemos tratar el asunto de los requisitos legales de nuestro país para tomar las decisiones correctas, pero con la unidad familiar”, agregó.

El Cardenal DiNardo estaba agradecido de que las políticas que separan a los niños de sus padres en la frontera hayan llegado a su fin, pero informó que los obispos “tienen varias preocupaciones sobre la detención familiar”.

El cardenal pidió el uso de programas para el manejo de casos como una “alternativa rentable” a la detención familiar, y dijo que las organizaciones caritativas católicas estarían encantadas de ayudar al gobierno en las iniciativas del manejo de casos. Los inmigrantes indocumentados que esperan procedimientos legales “necesitan ser tomados en cuenta”, añadió.


Verdadero trauma

A través de los programas de manejo de casos, las familias —muchas de las cuales desean encontrar empleo rápidamente— “pueden vivir con un poco más. Yo lo llamo esperanza. Cuando atraviesas por este tipo de situaciones, ya sea como familia o como un menor sin acompañamiento, te ocurre un verdadero trauma y puedes verlo en sus rostros”.

El cardenal dijo que no cree que los funcionarios de los Estados Unidos tengan la intención de traumatizar a los inmigrantes, pero dijo que “el manejo de casos les brinda [a éstos] una oportunidad de respirar y algo de esperanza”.

La delegación de obispos que visitó la frontera, que también incluía a Mons. Robert Brennan, Obispo Auxiliar de Rockville Centre, visitó dos instalaciones federales, además del Centro de Relevo Humanitario en McAllen, Texas, administrado por Caridades Católicas del Valle de Río Grande.

El Cardenal DiNardo dijo que la visita fue pastoral y de oración. “Hemos pasado dos días completos y han sido dos días muy hermosos”, expresó. “Algunos momentos fueron dolorosos, pero muy hermosos”.

Elogió la hospitalidad de los funcionarios federales y los líderes locales de la Iglesia, y destacó especialmente al Obispo Daniel Flores, de Brownsville, miembro de la delegación y anfitrión local, junto con la Hna. Norma Pimentel, directora ejecutiva de Caridades Católicas del Valle de Río Grande.

“Aquí hay muchos desafíos, encontramos muchas cosas, pero descubrimos que en cada lugar que visitamos hemos recibido una cooperación extraordinaria”, dijo el cardenal. “Todas las personas involucradas en esto fueron increíblemente útiles. Quiero asegurarme de que todos lo sepan”, agregó.

Añadió que los obispos están haciendo un llamamiento especial para la reunificación de las familias separadas en la frontera.

“Los niños que fueron separados de sus padres necesitan ser reunificados, algo que ya comenzó, pero aún no se ha completado. Debe hacerse, y es urgente”, aseveró.

El Arzobispo Gómez reiteró ese punto. “Me parece que es muy importante que estos niños se reúnan con sus padres. Creo que [para la Iglesia] es importante ayudar en ese proceso de reunificación, asegurarnos de que estamos presentes y participar lo más posible en ese proceso”.


Las vidas de los niños están en juego

Por su parte, el Obispo Flores hizo hincapié en la gravedad de las situaciones que motivan a los centroamericanos a huir hacia los Estados Unidos.

“Hemos hablado con madres en Guatemala o en Honduras que me han dicho: ‘aquí van a asesinar a mi hijo, lo matarán. Tiene 16 años. ¿Qué se supone que debo hacer?’”

“Muchas personas preferirían quedarse en su país si no sintieran que las vidas de sus hijos están en juego”, aseguró. “No creo que hayamos transmitido con efectividad cuán grave es la situación en ciertas partes de Centroamérica... y una conversación más amplia para abordar la situación hemisférica es parte de nuestra responsabilidad como Iglesia y como nación”.

El Arzobispo Gómez, quien dijo que les pidió a los niños que rezaran por la escuadra de México, su país natal, en la Copa Mundial, dijo que es posible una reforma migratoria integral que aborde la complejidad de la situación.

“Lo que necesitamos entender todos —nuestro gobierno y funcionarios de la administración— es que es posible abordar las necesidades de la reforma migratoria. Sólo se necesita tomar la decisión de que podemos hacerlo. Una vez que lo hagamos, todos trabajando unidos, podemos encontrar una solución… para que se protejan las fronteras y que las personas que ya están aquí se vuelvan muy productivas”.

“Hay maneras de trasladar a la gente y respetar la frontera y las leyes de cada país”, agregó.

“Nuestro país es un país de inmigrantes”, dijo el Arzobispo Gómez. “Es un gran país”.


Comments from readers

RODRIGO RODRIGUEZ - 07/12/2018 11:31 PM
The Bishops need to distinguish the immigrants that are here legally and the ones that are not and therefore have to conform to our immigration laws, with their intervention they bring confusion and more division among the laity. This can compare with the very confuse choice of Catholics that are pro-choice (abortion)and are sitting in the pews every Sunday at mass and without any warning from our Pastors receive Holy Communion, I have yet to hear any celebrant priest of Mass on any given Sunday make this warning and yet it is a Dogma of our Catholic Church to defend life, even with your own! I will very much would like to hear from any of our Bishops, after all every abortion breaks at least 3 commandments,first the love of thy neighbor, second Thou shall not kill and the last one, Love each other as I (Jesus) have love you!

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