By Priscilla A. Greear - Florida Catholic

Fotógrafo: ROBERTO AGUIRRE | FC
A la izquierda, la Hna. Claretiana Ondina Cortés, directora de las novicias en Miami oficia la primera profesión de votos de la novicia Ivette Habach.
MIAMI | Al crecer, la Hna. Ivette Habach quiso convertirse en una agente especial del FBI y en el 2011, se graduó de la carrera de justicia criminal. Pero recientemente la joven de 28 años dio un gran giro a su vida � dejo sus aspiraciones al FBI para ser monja.
La Hna. Ivette profesó sus primeros votos como Misionera Claretiana en el Seminario St. John Vianney, el 8 de diciembre, durante una tranquila pero alegre Misa, celebrada en español. Entró en la orden en el año 2012 y hará sus votos perpetuos en cinco años.
El 8 de diciembre también se celebra el 50 aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, el inicio del Año Jubilar de la Misericordia y la fiesta de la Inmaculada Concepción, la patrona de la congregación.

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La Hna. Claretiana Ondina Cortés le pone el velo a la Hna. Ivette Habach que recién ha profesado sus votos.

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El P. José Luis Menéndez, párroco de la parroquia Corpus Christi, en Miami y celebrante principal de la Misa del 8 de diciembre, felicita a la Hna. Claretiana Ivette Habach después de su primera profesión.

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La Novicia Claretiana Ivette Habach posa antes de su primera profesión de votos con sus padres, Eloina Marticorena y Sadik Habach.
"En este año que hoy empieza, el Año de la Misericordia, para mí es como una invitación a acoger la misericordia en mi vida y ser también como un canal de misericordia para los demás", dijo la Hna. Ivette en una entrevista.
Su profesión "significa encontrar la perla de gran valor y reorientar mi vida, todos mis sueños, todo hacia Él. Esto también significa que tengo a Jesucristo como el centro de mi vida y tengo que amar y servir a los demás con todo mi corazón".
El coro del seminario dirigió a la congregación en el canto de apertura, "Venimos Con María". El celebrante fue el P. José Luis Menéndez de la parroquia Corpus Christi, en Miami, donde las claretianas han trabajado por décadas. Entre los asistentes se encontraban los miembros del grupo de laicos claretianos, del grupo de jóvenes adultos de la parroquia St. Timothy, en donde la Hna. Ivette ha liderado por tres años, amigos de Corpus Christi, las Hijas de la Caridad, las Hermanas Teresianas y seminaristas, profesores y personal del Seminario St. John Vianney, donde la Hna. Ivette ha estudiado.
Después de las lecturas bíblicas, la Hna. Ivette, vistiendo un hábito gris hasta las rodillas, se puso de pie ante el altar adornado con azucenas y rosas. Declaró sus intenciones de seguir a Cristo en el espíritu de la fundadora Claretiana, con entrega total, siguiendo su carisma, difundiendo el Evangelio y viviendo una vida de pobreza, castidad y obediencia.
La Hna. Claretiana, Elisabeth Rodríguez le pregunto a la novicia si quería aceptar voluntariamente sus votos.
"Me comprometo a seguir los pasos de Cristo, completamente, en el espíritu de pobreza de las Bienaventuranzas; me comprometo a imitar a Cristo que fue obediente hasta su muerte en la cruz y a vivir el don de la virginidad, que me lleva a una entrega total al servicio de Dios y de los demás", respondió ella.
Entonces, la Hna. Ondina Cortes, superiora de la orden local de las Claretianas, le puso a la Hna. Ivette un velo y un crucifijo y le regaló la constitución de la congregación. La meditación y las canciones de cierre, "Iglesia Nueva, Siempre Nueva" y "Alma Misionera", reflejaron el enfoque de la orden misionera en renovación.
La Hna. Ivette es de descendencia cubana y Siria, pero creció en Venezuela. Después de su profesión, habló de la determinación que tenía de casarse, tener hijos y convertirse en una agente del FBI. Pero cuando se graduó de la Universidad Internacional de la Florida, empezó a discernir y después fue inspirada por una apasionada y alegre monja claretiana con quien habló en un retiro.
"Yo no estaba poniendo atención a lo que en lo profundo de mi corazón (Dios) quería que yo hiciera, estar disponible para todos, llevar alegría y servir a todos", dijo. "Si tienes una vida de matrimonio, tienes que dedicarte a tus hijos, a tu esposo, por lo que tu atención está dividida. Pero cuando tienes una vida religiosa, Él es nuestro todo, y después de Él todo fluye”.
Se sintió atraída por el carisma misionero y la comunidad familiar de las Claretianas, fundada en 1855, en Cuba. En La Florida hay 12 hermanas y una novicia en los conventos de Miami, West Palm Beach y Mayo, que trabajan en la pastoral parroquial y la educación.
"Ellas están bien abiertas a la gente y a llevar la Buena Nueva del Evangelio. Y realmente creo que eso es lo que todos necesitamos, alguien que comparta esa esperanza y la alegría del Evangelio", dijo la Hna. Ivette.
Añadió con una sonrisa que los miembros del grupo de jóvenes que lideró en la iglesia San Lázaro, en Hialeah "dicen que pasé de ser una experta en armas a ser una experta monja �Dios puede ser muy creativo a veces", agregó.
La entusiasta Claretiana da crédito a su familia y a las Hermanas por darle el valor de entregar su vida a Dios a "tiempo completo" a través de su apoyo y sus testimonios. Dijo que con el tiempo espera trabajar por los derechos humanos.
"Realmente tengo una pasión por la justicia, quiero luchar por la justicia y traer amor. No sé exactamente cómo, pero sé que Dios abrirá un camino", dijo.
Con muchos que buscan más sentido en la vida, “quiero que más personas sepan sobre (El Reino de Dios), para acercarse a Dios y experimenten la misma alegría que he encontrado en Dios, que me ama y me llama a seguirlo sin reservas. Solía seguir mi agenda personal, de querer convertirme en una agente especial del FBI. Ahora me he convertido en la agente de Dios, que trabaja para su agenda de amor, justicia, paz y servicio”.
Su hermano, Sadik Habach, viajó desde Atlanta con su familia. "Estoy seguro de que ella va a inspirar a más personas y las acercará a nuestro Señor", con su alegría y su bondad, dijo. Sus hijas "se sienten muy cerca de su tía y ya la están viendo como un modelo a seguir. Es genial ver a mi hermanita crecer fuertemente en la presencia del Señor".
Su madre, Eloina Marticorena, añadió que su hija siempre tuvo una inclinación espiritual y a los 15 años se unió al Camino Neocatecumenal, donde aprendió más sobre la Biblia y la comunidad.
Doris Strong, compañera de clases de Habach, en el programa de maestría de la Universidad Barry dijo: "ella es única, vivaz, enérgica, cariñosa y le gusta compartir. Ella tiene todo lo que te puedas imaginar de una buena cristiana y es alguien que está realmente en el camino de nuestro Señor. Ella lo tiene dentro sin duda � de alta calidad”.
La Hna. Ondina, quien enseña en la Universidad St. Thomas, en Miami Gardens, acompañó a la Hna. Ivette en los tres últimos años. "Fue muy grato para nosotras verla tan feliz y cómo llegó a su camino. Es un testimonio para los jóvenes".
Mientras que muchos ven la vida religiosa como algo centrado en restricciones después de décadas de disminución de las vocaciones, la Hna. Ondina dijo que en realidad libera a uno de las ataduras y abre muchas posibilidades.
"Creo que Dios sigue llamando a los jóvenes a una especie de dedicación desinteresada, para avanzar hacia la visión y el plan de Jesús, para la renovación del mundo y llevar la Buena Nueva. Creo que es una gran alegría poder experimentar ese llamado, y saber que por toda la eternidad Dios cuenta contigo para hacer este increíble trabajo en el mundo a través de la Iglesia. Te da el poder de amar más allá de todos los límites", agregó.

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Las Misioneras Claretianas que trabajan en el Sur de La Florida posan con la religiosa que recién ha profesado sus votos, la Hna. Ivette Habach, después de la ceremonia.
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