By Jonathan Martinez - Florida Catholic
Photographer: JONATHAN MARTINEZ | FC
Miembros de las diferentes parroquias representado los Cursillos en el sur de la Florida salen en procesiÛn al finalizar la Misa.
MIAMI - La Catedral de St. Mary sirvió de anfitriona para la Santa Misa en acción de gracias por el 50 aniversario de los Cursillos de Cristiandad en la Arquidiócesis de Miami. La Misa el pasado 10 de marzo fue celebrada por el arzobispo Thomas Wenski y el obispo auxiliar Agustín Roman; más de 500 feligreses acudieron al festejo.
“¡En 50 años, más de 250 Cursillos de hombres y más de 225 Cursillos de mujeres!” dijo el arzobispo durante la homilía. “Si, el movimiento de Cursillos ha transformado la vida de miles de hombres y mujeres; y transformándolos a ellos el movimiento de Cursillos de Cristiandad ha transformado nuestra arquidiócesis, pues los Cursillos de Cristiandad han sido como el fermento en la masa”.
“De los Cursillos han surgido nuevos movimientos como Impactos, Encuentros Juveniles y Caminos de Matrimonio para citar solo tres”, añadió el arzobispo. “De los Cursillos han surgido otros apostolados como la revista Ideal. Cursillistas ilusionados por un nuevo Ideal han renovado sus comunidades parroquiales, han dado testimonio de fe en sus centros de trabajo y han formado familias entregadas a la Iglesia y a su misión en el mundo”.
El movimiento tuvo sus inicios en Palma de Mallorca, España, en el año 1944. El nombre “Cursillo” significa un curso breve de Cristiandad. Es una experiencia de tres días durante la cual el participante experimenta un encuentro con sí mismo, un encuentro con Dios, y un encuentro con los demás. Después del fin de semana viene lo que los cursillistas llaman “el cuarto día”, reuniones en grupos pequeños de oración, acción y estudio sobre las enseñanzas de la Iglesia.
El primer Cursillo en los Estados Unidos se llevó a cabo en Waco, Texas, en el 1957. Llegó a Miami en el 1962 y hoy día el movimiento de Cursillos de Cristiandad se puede encontrar en todas las diócesis de los Estados Unidos.
Durante la Misa, el arzobispo agradeció a los sacerdotes que han servido durante los Cursillos en Miami, y en especial recordó su propio Cursillo No. 77, el cual fue asistido por el Padre José Luis Hernando (ahora párroco de St. Agnes en Key Biscayne) y Mons. Emilio Vallina (ahora retirado pero entonces párroco de St. John Bosco en la Pequeña Habana).
“Y porque estamos celebrando la Santa Misa en ‘la comunión de los santos’ sabemos que no nos falta la presencia de estos hermanos y hermanas cursillistas que ya gozan de la gloria eterna. Contamos con la palanca de sus oraciones, y de las oraciones de nuestros hermanos enfermos que no han podido reunirse esta tarde con nosotros”, dijo el arzobispo.
Al final de la misa, Mons. Agustín Román recalcó la importancia del movimiento para la comunidad. “La familia es la base de la sociedad y el movimiento de Cursillo evangeliza a la familia. De esta manera el movimiento ha ayudado a mejorar la sociedad”.
“El Cursillo es una familia de todo Broward y Miami. Este lugar es donde he hallado de veras una familia, una hermandad que con el Señor se ha convertido en un lugar esencial en mi vida”, dijo Rodaldo Rodriguez, cursillista desde el 1998. “Es una unión de nuestra iglesia católica, aquí nos conocemos todos”.
“Yo me siento en las nubes, llevo 45 años en el movimiento Cursillos y para mi es una alegría inmensa celebrar estos 50 años”, dijo Alfredo Jacomino, ex coordinador general del movimiento en Miami. “En el 1967 yo me hice parte del movimiento y impactó mi vida tremendamente; comprendí que mi matrimonio tenía que ser santo, que tenía que orar en santidad en mi hogar y que tenía que dedicarme a trabajar apostólicamente”.
Durante las festividades, cientos de feligreses compartieron unos con otros diferentes anécdotas de sus Cursillos y de la manera que el movimiento a transformado sus vidas.
“El Cursillo es tener un grupo de apoyo, una familia, una comunidad que comparte tu misma fe, tus mismos principios”, dijo Adriana Urueña, quien fue a la Misa junto con su esposo y tres hijos. “Nuestros hijos ahora tienen otros niños con quien compartir la fe, con quien crecer, con quien educarse en el amor de Cristo y así aprenden que juntos en el amor de Dios todo se puede”.
“El Cursillo te hace ver que el compromiso tuyo no es solo el ir a Misa sino también salir a evangelizar a los ambientes donde uno vive”, dijo Merchu Alvarez, feligresa de St. Timothy quien completó su Cursillo en el 1978.
Al finalizar la homilía, el arzobispo les dijo a los presentes que, como movimiento, meditaran sobre tres preguntas:
“Al celebrar estos 50 años de este movimiento apostólico, quisiera que se hagan tres preguntas sobre los Cursillos de Cristiandad: ¿Cuáles son sus alegrías? ¿O sea, en que van bien los Cursillos? ¿Cuáles son sus preocupaciones? ¿O sea, en que pueden mejorar los Cursillos? Y al final, ¿Cuáles son sus sueños? ¿O sea, que se debe hacer para el futuro?”
“¡En 50 años, más de 250 Cursillos de hombres y más de 225 Cursillos de mujeres!” dijo el arzobispo durante la homilía. “Si, el movimiento de Cursillos ha transformado la vida de miles de hombres y mujeres; y transformándolos a ellos el movimiento de Cursillos de Cristiandad ha transformado nuestra arquidiócesis, pues los Cursillos de Cristiandad han sido como el fermento en la masa”.
“De los Cursillos han surgido nuevos movimientos como Impactos, Encuentros Juveniles y Caminos de Matrimonio para citar solo tres”, añadió el arzobispo. “De los Cursillos han surgido otros apostolados como la revista Ideal. Cursillistas ilusionados por un nuevo Ideal han renovado sus comunidades parroquiales, han dado testimonio de fe en sus centros de trabajo y han formado familias entregadas a la Iglesia y a su misión en el mundo”.
El movimiento tuvo sus inicios en Palma de Mallorca, España, en el año 1944. El nombre “Cursillo” significa un curso breve de Cristiandad. Es una experiencia de tres días durante la cual el participante experimenta un encuentro con sí mismo, un encuentro con Dios, y un encuentro con los demás. Después del fin de semana viene lo que los cursillistas llaman “el cuarto día”, reuniones en grupos pequeños de oración, acción y estudio sobre las enseñanzas de la Iglesia.
Photographer: JONATHAN MARTINEZ | FC
Rodaldo Rodriguez reza al comenzar la Misa celebrando el 50 aniversario de los Cursillos en la ArquidiÛcesis de Miami.
Durante la Misa, el arzobispo agradeció a los sacerdotes que han servido durante los Cursillos en Miami, y en especial recordó su propio Cursillo No. 77, el cual fue asistido por el Padre José Luis Hernando (ahora párroco de St. Agnes en Key Biscayne) y Mons. Emilio Vallina (ahora retirado pero entonces párroco de St. John Bosco en la Pequeña Habana).
“Y porque estamos celebrando la Santa Misa en ‘la comunión de los santos’ sabemos que no nos falta la presencia de estos hermanos y hermanas cursillistas que ya gozan de la gloria eterna. Contamos con la palanca de sus oraciones, y de las oraciones de nuestros hermanos enfermos que no han podido reunirse esta tarde con nosotros”, dijo el arzobispo.
Al final de la misa, Mons. Agustín Román recalcó la importancia del movimiento para la comunidad. “La familia es la base de la sociedad y el movimiento de Cursillo evangeliza a la familia. De esta manera el movimiento ha ayudado a mejorar la sociedad”.
“El Cursillo es una familia de todo Broward y Miami. Este lugar es donde he hallado de veras una familia, una hermandad que con el Señor se ha convertido en un lugar esencial en mi vida”, dijo Rodaldo Rodriguez, cursillista desde el 1998. “Es una unión de nuestra iglesia católica, aquí nos conocemos todos”.
“Yo me siento en las nubes, llevo 45 años en el movimiento Cursillos y para mi es una alegría inmensa celebrar estos 50 años”, dijo Alfredo Jacomino, ex coordinador general del movimiento en Miami. “En el 1967 yo me hice parte del movimiento y impactó mi vida tremendamente; comprendí que mi matrimonio tenía que ser santo, que tenía que orar en santidad en mi hogar y que tenía que dedicarme a trabajar apostólicamente”.
Photographer: JONATHAN MARTINEZ | FC
Mons. Agustín Román agradece a los miembros de los Cursillos por su testimonio dentro y fuera de la Iglesia.
“El Cursillo es tener un grupo de apoyo, una familia, una comunidad que comparte tu misma fe, tus mismos principios”, dijo Adriana Urueña, quien fue a la Misa junto con su esposo y tres hijos. “Nuestros hijos ahora tienen otros niños con quien compartir la fe, con quien crecer, con quien educarse en el amor de Cristo y así aprenden que juntos en el amor de Dios todo se puede”.
“El Cursillo te hace ver que el compromiso tuyo no es solo el ir a Misa sino también salir a evangelizar a los ambientes donde uno vive”, dijo Merchu Alvarez, feligresa de St. Timothy quien completó su Cursillo en el 1978.
Al finalizar la homilía, el arzobispo les dijo a los presentes que, como movimiento, meditaran sobre tres preguntas:
“Al celebrar estos 50 años de este movimiento apostólico, quisiera que se hagan tres preguntas sobre los Cursillos de Cristiandad: ¿Cuáles son sus alegrías? ¿O sea, en que van bien los Cursillos? ¿Cuáles son sus preocupaciones? ¿O sea, en que pueden mejorar los Cursillos? Y al final, ¿Cuáles son sus sueños? ¿O sea, que se debe hacer para el futuro?”
Para más información sobre el movimiento Cursillos en la Arquidiócesis de Miami, vaya a www.cursillomiami.org. Para ver o comprar más fotos de este evento, vaya a dotphoto.com oprimiendo aquí o en cualquiera de las fotos.
