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Columns | Wednesday, November 14, 2012

Acerca de la tortura y la verdad

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El Papa Juan Pablo II, en su enc�clica �El Esplendor de la Verdad�, expres� claramente la doctrina de la Iglesia Cat�lica sobre la tortura. Declar� que, como �el genocidio, el aborto, [y] la eutanasia�, la tortura es �intr�nsecamente maligna�. Es un acto que no puede justificarse moralmente bajo ninguna circunstancia. El Papa Benedicto XVI dijo en 2007: �Reitero que la prohibici�n de la tortura no puede ser infringida en ninguna circunstancia�. La tortura debilita y degrada la dignidad humana de las v�ctimas y de los victimarios.

Fotógrafo:

Es hora de que los resultados de esa investigaci�n se hagan p�blicos para ayudar a garantizar que nuestro gobierno no se involucre de nuevo en la tortura. El p�blico tiene que entender la naturaleza de la tortura, incluidas su ilegalidad, su inmoralidad y su ineficacia.
Durante los �ltimos tres a�os, el Comit� Especial de Inteligencia del Senado (SSCI) ha estado llevando a cabo una investigaci�n sobre el uso de la tortura por la CIA. Es probable que el SSCI, del que el senador Bill Nelson es miembro, vote pronto acerca de si se debe aprobar y publicar el informe.

En el pasado, he escrito cartas al Congreso instando a la aprobaci�n de una legislaci�n para prohibir la tortura como t�cnica de interrogatorio. Ahora pido la publicaci�n del informe de la investigaci�n del SSCI, tal como lo pide la Campa�a Nacional Religiosa contra la Tortura. Como personas de fe, creemos que la verdad nos har� libres: el esplendor de la verdad. La luz del sol es el mejor desinfectante.

Es hora de que los resultados de esa investigaci�n se hagan p�blicos para ayudar a garantizar que nuestro gobierno no se involucre de nuevo en la tortura. El p�blico tiene que entender la naturaleza de la tortura, incluidas su ilegalidad, su inmoralidad y su ineficacia.

La tortura es una abominaci�n moral. Es contraria a las ense�anzas de todas las religiones y es una violaci�n flagrante de la dignidad de cada persona. La tortura es degradante para todos los involucrados: la v�ctima, el agresor y cualquier sociedad que tolere su pr�ctica. Condonar la tortura no s�lo socava nuestra credibilidad moral en el mundo, sino que tambi�n erosiona nuestra propia autocomprensi�n como pueblo dedicado a la proposici�n de que todos los hombres, creados iguales,  �han sido dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables. . .� La dignidad humana se debilita una vez que nos permitimos seguir una �tica seg�n la cual los fines justifican los medios.

La postura de �el poder hace el derecho� socava el estado de derecho (el imperio de la ley) y abre la puerta a la tiran�a. El fundamento de la seguridad, la justicia y la paz en una sociedad abierta debe basarse en el respeto a la dignidad de cada persona, aliada o enemiga. No puede haber compromiso sobre el imperativo moral de proteger los derechos humanos fundamentales de todos los individuos. El terrorismo incita, efectivamente, al miedo, pero no podemos permitir que el miedo nos deshumanice al tratar de responder a amenazas muy reales.

Estados Unidos debe mantener los m�s altos est�ndares �ticos y cumplir plenamente sus compromisos de atenerse al derecho internacional en su trato a los prisioneros.

Bajo el derecho internacional, la tortura es ilegal. Durante mucho tiempo, la pol�tica de Estados Unidos ha sido la de apoyar la Convenci�n de Ginebra, incluido el Art�culo Com�n No. 3, que proh�be �los tratos crueles y la tortura�, as� como �los atentados contra la dignidad personal, especialmente los tratos humillantes y degradantes. . .�

En 1994, Estados Unidos firm� la Convenci�n de la ONU contra la Tortura, que declara: �Ninguna circunstancia excepcional, como un estado de guerra o amenaza de guerra, inestabilidad pol�tica interna o cualquier otra emergencia p�blica, puede ser invocada como justificaci�n de la tortura�.

Tambi�n hay razones pr�cticas para oponerse a la tortura. Ex expertos de la CIA y el FBI han declarado en repetidas ocasiones que la tortura no es eficaz para producir informaci�n confiable. Tambi�n es cierto que la tortura es contraproducente, ya que socava nuestra autoridad moral, genera ira en el extranjero y puede ayudar a los terroristas a atraer reclutas.

Es algo positivo que una Directiva Presidencial del 2009 detuviera el uso de la tortura por parte de Estados Unidos, pero es necesario hacer m�s. Las provisiones de la ordenanza deben aprobarse como ley nacional, de modo que ninguna administraci�n futura pueda autorizar la tortura.

Nuestro gobierno es responsable ante la gente. Si los ciudadanos no comprenden y no conocen las pasadas pol�ticas y pr�cticas de torturas del gobierno de EE.UU., no van a estar en condiciones de poder pedir cuentas a ese gobierno.

La publicaci�n de los resultados de la investigaci�n del Comit� de Inteligencia del Senado  sobre las pr�cticas de interrogatorio de la CIA, proporcionar� esa informaci�n.

Conocer la verdad sobre cualquier situaci�n es algo poderoso. Conocer la verdad sobre la tortura patrocinada por Estados Unidos puede contribuir a garantizar que eso nunca vuelva a ocurrir.

Este art�culo apareci� originalmente 14 de noviembre 2012, en la secci�n de Opini�n de The Miami Herald. El Arzobispo Wenski acaba de ser elegido presidente del Comit� sobre la Justicia Nacional y Desarrollo Humano de la Conferencia de Obispos de Estados Unidos.

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