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Homilies | Tuesday, June 01, 2010

Reverend�simo Monse�or Thomas Wenski Homilia

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Gracias por la bienvenida entusiasta. También agradezco el apoyo de quienes han viajado grandes distancias para estar aquí en este día: Su Eminencia, Cardenal O’Malley, mis hermanos obispos, mis familiares y, por supuesto, los sacerdotes que vinieron desde Orlando para asegurarse de que yo fuera bien recibido. Su presencia significa mucho, no sólo para mí, sino también para todos los fieles de la Arquidiócesis, ya que este es un acontecimiento significativo, tanto en mi propia vida como en la vida de la Iglesia local. A Su Excelencia, el Arzobispo Sambi, Nuncio Apostólico en los Estados Unidos, le solicito que le envíe al Santo Padre mi agradecimiento por la confianza que ha puesto en mí al confiarme el cuidado de esta Arquidiócesis, a pesar de todas mis limitaciones y defectos. Por supuesto, si se le olvida, quizás el Arzobispo Barney Auza, Nuncio Apostólico en Haití, quien también se encuentra presente aquí, pueda llevar ese mismo mensaje por mí.

A veces le digo a la gente, medio en broma, que lo mejor sobre Miami y el sur de la Florida es que se encuentran muy cerca de los Estados Unidos. Miami es, desde luego, parte de los Estados Unidos, esta gran tierra de oportunidades y libertad. Y Miami puede reclamar, con todo el derecho, que es la nueva Ellis Island, ya que se ha convertido en puerto de entrada para refugiados e inmigrantes que llegan desde todas partes del mundo, especialmente desde el Caribe, Centro y Sur América. Aunque no hay una Estatua de la Libertad que dé la bienvenida a los recién llegados – y hubo ocasiones en que los recién llegados no recibieron una grata bienvenida – la Iglesia de Miami acogió a todos con su abrazo maternal durante los pasados 52 años, bajo el liderazgo de mis predecesores, los Arzobispos Coleman Carroll, Edward McCarthy y John C. Favalora. La Iglesia es la Casa del Padre, y todos los hijos de Dios deben sentirse a gusto en la Casa de su Padre. Aquí, en la Arquidiócesis de Miami, en nuestras parroquias, escuelas e instituciones caritativas, hemos dado la bienvenida a los recién llegados – desde los primeros refugiados que escaparon de la revolución cubana, hasta las víctimas del terremoto en Haití el pasado enero. También hemos aprendido que la mejor manera de lograr que alguien se sienta a gusto en la Casa de su Padre, es hablando en su lengua materna.

Aunque Miami (y el sur de la Florida) es parte de estos Estados Unidos, también se ha convertido en parte vital de varias naciones, desde las que nuestro pueblo ha llegado: Haití, Cuba, Nicaragua, Venezuela, Colombia y el resto del Caribe, Centro y Sur América. El sur de la Florida es, verdaderamente, una comunidad transnacional; y eso, más que el sol y las hermosas playas, explica por qué las personas que residen aquí lo consideran un lugar tan dinámico y excitante para vivir. A veces, Miami presume de ser la capital del hemisferio. En este día, me parece que la presencia aquí de los obispos de Cuba, Haití y Puerto Rico, demuestra que tal presunción no es en vano.

Al asumir la responsabilidad de la Arquidiócesis, tengo presente las palabras del siervo de Dios, Juan Pablo II: “No tengan miedo”. Gracias a su cálida bienvenida y a los innumerables mensajes de apoyo que he recibido desde el día de mi nombramiento, no tengo miedo… pero sí estoy temblando.

Quiero agradecer la presencia solidaria de la delegación de obispos de Cuba, que ha venido a participar en esta ceremonia. De los obispos cubanos, a quienes tanto admiro, he aprendido lo que quiere decir la frase “¡No es fácil!”. ¡Qué testimonio de fe, esperanza y caridad nos han dado! Aunque no es nada fácil, han permanecidos fieles a la misión confiada a ellos por Cristo para llevar la Buena Nueva a los pobres, para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor (Lucas 4: 16-21). Se nos acerca el aniversario del hallazgo y la presencia de la imagen de la Virgen de la Caridad en Cuba: 400 años en el año 2012. Que el jubileo de la Virgen Mambisa una al pueblo cubano, el cual, a pesar de tristes divisiones y agravios, sigue siendo un solo pueblo.

Como han dicho los obispos cubanos: “A Jesús por María: la caridad nos une”. Con este fin, hagamos nuestro el grito de guerra de Ignacio Agramonte: “Que la Virgen de la Caridad nos ilumine”. Que ella nos ilumine con esa luz brillante, como la estrella solitaria de la bandera cubana, que es la luz de Cristo, el único Salvador del mundo.

M pa kapab pa di kèk mo an kreyòl – ki preske tounen pou mwen lang manman mwen, Yo te konn di, Miyami se dizyèm depatman an, jodi a lè m wè prezans Nons Apostolik Ayiti a ak 5 evèk ayisyen ki soti Ayiti, mwen konnen se pa manti.

Lè m te ale Orlando, ayisyen Miyami yo ki te monte ave m jou m te ale a te di moun Orlando yo: se prete l n ap prete l. Konsa, jan pwovèb la di: prete pa vle di bay. Jodi a, mwen tounen lakay, mwen tounen Miyami kote m te premyè kontre ak kominote ayisyen an.

Mezanmi, kouray pèp ayisyen an malgre tout dezas - tout kalite ak tout jan – kouray pèp ayisyen pa piti, epi lafwa pep sa nan Bondye pa piti. Menm lè apre tranbleman tè sa ki frape peyi lè 12 janvye, Ayisyen konnen pou yo fè Bondye konfyans. Lè yon jounalis etranje sezi we tout déga, tout moun mouri, moun blesi, li mande: Kote Bondye te ye? Li te kanpe bò kote debri katedral Potoprens; epi, nan moman desespwa sa al te gen yon ti granmoun ki mennen l nan plas devan katedral la kote gen yon kalve – ak imaj Jezi krisifye – ki te rete entak. Epi, li di jounalis la: men, li. Se te komsi li te vle montre etranje sa, Bondye toujou la ak pep li a. Li pat lage li; men, l ap kriye, l ap soufri ansanm avè li.. Epi, si Bondye pa lage pèp la, nou pa kapab lage l nonplis. .Se pou Manman Mari, ki toujou ban n sekou, li menm ki patwon peyi d’Ayiti Toma kore nou byen kore pou tout ayisyen yo ak tout zanmi Ayiti yo konsekan ak angajman yo pou Ayiti refè, pou tout Sòyèt ak Frèjis nan peyi a gen yon lavni espwa.

Aquí, en la Arquidiócesis de Miami, tenemos que enfrentar nuestros problemas y desafíos: la crisis económica, y el cierre de escuelas y de más de una docena de parroquias, han frustrado a todos y enfadado a muchos. Pero no debemos lamentarnos de nuestra suerte. Nuestras hermanas y hermanos en Haití, Cuba y otros lugares, enfrentan desafíos mucho más difíciles que los nuestros, con muchos menos recursos que los que tenemos nosotros. Podemos estar tentados, como Marta en el Evangelio, a preocuparnos sobre muchas cosas, pero no olvidemos lo más importante y necesario: nuestra relación con Jesucristo.

Con la luz de Cristo Resucitado, y con el poder del Espíritu Santo, debemos continuar anunciando la Buena Nueva de Jesucristo, e invitar a todos a un encuentro con Él en la Iglesia, para que tengan vida en Él. Nuestro único tesoro es el don del encuentro con Cristo. Como expresaron los obispos de Latinoamérica en la Quinta Conferencia del CELAM en el año 2008: “No tenemos otro tesoro que éste. No tenemos otra dicha ni otra prioridad que ser instrumentos del Espíritu de Dios, en Iglesia, para que Jesucristo sea encontrado, seguido, amado, adorado, anunciado y comunicado a todos, no obstante todas las dificultades y resistencias.”

Algunas de esas dificultades y resistencias se encuentran en nosotros mismos; a veces la fe se debilita, la esperanza es incierta, y la caridad se ha enfriado. A raíz del escándalo del abuso sexual de menores y jóvenes por parte de algunos miembros del clero, el Papa Benedicto expresó el mes pasado que “la gran persecución de la Iglesia no proviene de los enemigos de afuera, sino que nace dentro de la Iglesia”.

Este “sufrimiento de la Iglesia dentro de la Iglesia, que viene de los pecados que existen dentro de la Iglesia”, no será solucionado por mejores programas de computadoras, por prácticas más eficientes en los negocios, ni siquiera por una prédica mejor. Lo necesario es la conversión, un nuevo compromiso por parte de todos para vivir la fe con coherencia. Pero hay otras dificultades y resistencias que se encuentran tanto fuera como dentro de la Iglesia. El auge de lo que el Papa Benedicto ha llamado “la dictadura del relativismo” dentro de nuestra cultura, es un desafío cada vez mayor a la misión de la Iglesia para llevar el Evangelio a todos. Esta visión radicalmente secular del mundo, busca reducir la fe al dominio de lo “privado” y lo “subjetivo”, e intenta limitar nuestra libertad para servir, sea en el área del cuidado de la salud, la educación o los servicios sociales. Trata de excluir nuestra voz, la voz de la Iglesia, en el ámbito público. En un mundo tentado a vivir como si Dios no existiera y, por lo tanto, un mundo que se tambalea al borde de la desesperación, necesitamos ser testigos de la esperanza al demostrar – con lo que decimos y hacemos, y también con lo que no haremos – cuán hermosa, cuán dichosa es la vida cuando se vive convencido de que Dios importa. Y porque Dios importa, también estamos llamados a modelar una vida en la que el ser humano también importa.

Por esta razón, los católicos deben participar en la arena pública, y deben hacerlo con coherencia y sin arrepentimientos. Esto no se trata de “imponer nuestro parecer”, sino de presentar nuestra propuesta sobre lo que es necesario para el desarrollo humano en la sociedad. Por eso, en el debate de la política pública sobre los asuntos de la dignidad de la vida humana, la justicia y la paz, la reforma de inmigración, el matrimonio y la familia, llevamos un entendimiento sobre la persona humana que, además de estar basado en las Escrituras cristianas, también es accesible a la razón humana. Aunque este entendimiento expresado en la doctrina social católica puede parecer bastante complicado, creo que puede resumirse en una frase sencilla: ningún ser humano es un problema. Por eso es que, como Arzobispo de Miami, continuaré proclamando una ética de vida positiva y consistente: ningún ser humano, no importa cuán pobre o débil sea, puede ser reducido a un problema. Cuando nos permitimos pensar sobre un ser humano como un simple problema, ofendemos su dignidad. Y cuando vemos a otro ser humano como un problema, con frecuencia nos damos permiso para buscar soluciones convenientes, pero no justas. La historia trágica del siglo 20 nos demuestra que pensar de esa manera puede llevarnos hasta la “solución final”.

Por lo tanto, para nosotros los católicos no puede existir algo como el “problema de un embarazo”, sino un niño al que se le debe dar la bienvenida a la vida y la protección por la ley. El refugiado, el inmigrante, aun aquel que no tenga “papeles”, no es un problema; puede ser un extranjero, pero al extranjero se le debe acoger como a un hermano. Hasta los criminales, a pesar de todo el horror de sus crímenes, no pierden la dignidad que Dios les ha dado como seres humanos. Ellos también deben ser tratados con respeto, hasta en su castigo. Por eso la doctrina social católica condena la tortura y aboga por la abolición de la pena de muerte.

Al iniciar mi servicio a esta Iglesia local como su cuarto arzobispo, les pido su apoyo, su cooperación y, sobre todo, les pido sus oraciones. Damos comienzo a un nuevo capítulo en la historia de esta Iglesia local; por eso, este es el momento para que todos nosotros – sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas y miembros de los fieles de Cristo – evaluemos nuestro fervor y encontremos un nuevo entusiasmo por las responsabilidades espirituales y pastorales que nos esperan. Debemos mirar hacia el futuro y, como Pedro, confiar en las palabras de Cristo: “Rema mar adentro”. Duc in altum. El Señor ya nos lo ha asegurado: “Yo estoy siempre con ustedes”.

Así que, empecemos. Volvamos a comenzar desde Cristo.

Comments from readers

CELSA C. BAEZ - 06/03/2010 09:50 PM
Con cuanta alegr�a llena de Fe y de esperanza esper� este d�a siempre pidiendole al Espiritu Santo lo guie y la Virgen lo cubra siempre bajo su manto. He rezado todos los dias y continuare para que nuesro pueblo de Dios de la Arquidiocesis de Miami reciba las Bendiciones y las Gracias a la llegada de Nuestro nuevo Pastor Monse�or Wesnki y se hagan extensivas a cada uno de Nuestros Sacerdotes, Di�conos, Religiosos y Religiosas dedicados a la Evangelizacion de los Hijos de Dios que tanto necesitamos e ir sanando muchas heridas.
Se que siempre ha sido un hombre de Dios, sencillo, humano, atento a las necesidades de los pobres. Nunca olvidare el gesto humanitario que tubo para nuestro pueblo de Cuba en aquellos momentos de desastre por causa de huracan. Gracias Monse�or Wesnki.
No se si sera mucho pedir encarecidamente tome en cuenta la re-apertura de aquellas Parroquias en lugares pobres que han sido cerradas y que hoy la mayoria de ellos no pueden asistir a la Eucaristia por falta de medios de transporte y se quedan con hambre de La Palabra y del alimento del alma, Jesus Eucaristia. Esto lo digo por nuestros residentes de St. Vincent de Paul Gardens, feligreses de Santa Cecilia y otros.
Unida en oracion en Jesus Sacerdote y Victima su hermana y amiga
Celsa C. B�ez.
St. Kieran Catholic Church/ Cursillos de Cristiandad/ St. Vincent de Paul Gardens
Roy S. Tenn - 06/03/2010 01:39 PM
We give give thanks and praise to God for our new Archbishop His Excellency Archbishop Thomas Wenski who was installed in an impressive ceremony on Tuesday June 1, 2010.

In his homily he courageously addressed some of the problems which he will confront as the newly appointed Archbishop bt His Holiness Pope Benedict, XVI who himself is very much aware of those problems and wants them to be rectified by his newly appointed Archbishop.

Firstly the secular culture in which we now live is doing everything to denigrate not only the Pope but also to deny God His sovereignty as creator of the universe in their bid to demean His long existence in the history of our country founded on moral principles by our Founding Fathers.

The Archbishop also made mention of the grave problem within the Church involving sexual abuse by members of the clergy which needs to be addressed and begin a clean slate.

We implore the Mother of our Church Mary the Immaculate Virgin most holy to give him wisdom and guidance in dealing with these prob;ems as he takes up his new post as Archbishop of the Diocese of South Florida, and pray that he will accomplish his objectives.
Neida D. Perez - 06/03/2010 01:29 PM
May the Lord grant you abundant blessings that the hopes of so many may be brought to reality. May the Holy Spirit grant you a sense of priorities. May God the Father continue his work of granting you great compassion for the human person. We certainly need to live social justice but we also need to inform the mind and the heart at all levels of religious formation.
mARIA DE LOS a. cOTON - 06/02/2010 02:48 PM
Gracias Monsenor por ser tan solidario con nuestra Iglesia Cuba>Que nuestra Cachita siempre le acompane.
Gloria Carreras - 06/02/2010 02:36 PM
En nombre de mi familia y de la comunidad hispana de St. Gregory The great, Plantation, MUCHO MAS GRANDE que de la �ltima vez que Ud. nos visit� y celebr� con nosotross la fiesta de la Guadalupana, deseo darle la bienvenidad y apoyo. Que el Esp�ritu Santo lo ilumine y
como cag�eyana que soy repito: "Que la Virgen de la Caridad nos ilumine".
Antonio Gordon - 06/02/2010 08:41 AM
Welcome Archbishop Wenski. We met in 1999 outside the Khrome Avenue Detention center. I was attending the physical health of parents in a hunger strike requesting justice with their children in immigration jails. You were attending their spiritual needs. I know you have been near those who have been trying to deal with the issues of "Martha" and that you will guide us to center our efforts in the one true friend we have, Jesuschrist, and the Holy Spirit that He has left within ourselves and moves in our community. It is not insignificant that you speak all of our languages. I ventrue to say that you are to our community what our beloved John Paul II has been to the Americas and to the world. May God bless you and your assistant bishops , keep you safe along with our assistant bishops and may all your work be understood by all for the greater glory of God. Thanks for making yourself feel so close to us in your homily.
Claudette S. Armbrister - 06/01/2010 04:51 PM
Archbishop Wenski, may God's blessings be on you as you take on this new endeavor. Know that the entire Catholic community of the Archdiocese of Miami welcomes you with open arms and we look forward to hearing and seeing great things out of you! You are welcome at Holy Redeemer Catholic Church anytime.
Peter - 06/01/2010 04:34 PM
What a Homily!!!, I think we have here a Pastor who is like Christ, he talks clear without dancing.
So, let's begin. I'm on board with you, my dear Archbishop Wenski.
Juan A. del Sol - 06/01/2010 08:45 AM
Archbishop Wenski, you have our prayers and support through the intercession of Mary Immaculate, Mother of Charity, and filled with Perpetual Help. God bless you! Juan A. del Sol and third grade students at Saint Theresa Catholic School and Parish in Coral Gables.

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