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Alfonso X el Sabio con sus colaboradores del escritorio real.

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Alfonso X el Sabio con sus colaboradores del escritorio real.

Alfonso X de Castilla, llamado “el Sabio” por sus vastos conocimientos y sus grandes aportes a la cultura española de la Edad Media, nació en Toledo el 23 de noviembre de 1221. Era el hijo primogénito del rey Fernando III “el Conquistador” y “el Santo”, y recibió en herencia la corona de su padre. Reinó sobre Castilla, León, Toledo, Galicia, Sevilla, Córdoba, Murcia, Jaén y el Algarve (desde 1260).

A la muerte de Fernando III, reanudó la ofensiva de aquél contra los musulmanes que ocupaban amplios territorios de España, y ocupó Jerez (1253), arrasó Salé, el puerto de Rabat, (1260) y conquistó Cádiz (c. 1262). En 1264, tuvo que hacer frente a una importante revuelta de los mudéjares de Murcia y del valle del Guadalquivir.

Como hijo de Beatriz de Suabia, aspiró al trono del Sacro Imperio Romano Germánico, proyecto al que dedicó gestiones infructuosas durante más de la mitad de su reinado.

Lapidario de Alfonso X el Sabio (alrededor de 1250)

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Lapidario de Alfonso X el Sabio (alrededor de 1250)

Llevó a cabo una activa y beneficiosa política económica: reformó la moneda y la Hacienda, concedió numerosas ferias y reconoció al Honrado Concejo de la Mesta (organización de los ganaderos de la Península). Pero su aporte más perdurable a España fue el de su obra literaria, científica, histórica y jurídica, realizada por su scriptorium, o escritorio real. (Se refiere a un cuerpo de especialistas dedicados —en este caso— a la traducción y redacción de textos bajo la supervision del rey.) 

Alfonso X patrocinó, supervisó y, a menudo, participó con su propia escritura y en colaboración con un conjunto de eruditos cristianos, hebreos y musulmanes conocido como la Escuela de Traductores de Toledo, en la composición de una ingente obra literaria que inició en buena medida la prosa en lengua castellana. 

Ejerciendo una extraordinaria tolerancia religiosa, ordenó la traducción del Corán y del Talmud al castellano, y se preció de ser considerado “el Rey de las Tres Religiones”. Bajo su dirección, el scriptorium emprendió la traducción no sólo de la Biblia, el Corán y el Talmud al castellano, sino de numerosas obras de la cultura universal de su época. Alfonso escribió, además, las “Cantigas de Santa María” y otros poemas, con lo cual hizo una gran aportación a la lengua culta del momento en la corte del reino, el galaicoportugués. 

Los últimos años de su gobierno fueron, sin embargo, convulsos, debido al conflicto sucesorio provocado por la muerte prematura de su primogénito, Fernando de la Cerda, y la minoridad de sus hijos, lo que desembocó en la rebelión abierta del infante Sancho y de gran parte de la nobleza y las ciudades del reino. Alfonso X murió en Sevilla el 4 de abril de 1284, durante el transcurso de esta revuelta.

Entre las numerosas traducciones a la lengua castellana realizadas bajo su dirección e impronta, se encuentra la de los Cuatro Evangelios canónicos (1260), obra que se adelantó ampliamente a Martín Lutero, al Rey Jaime VI de Escocia y I de Inglaterra, y a los demás traductores europeos de la Biblia, dando origen a la primera versión de dichos textos en lo que se consideraba entonces una “lengua vulgar”, es decir, distinta del griego y del latín aceptados por la Iglesia Católica. Ésta, aunque se oponía a cualquier traducción de las Sagradas Escrituras a las lenguas vulgares, no objetó —por muy reales razones— la empresa del monarca, y el llamado Manuscrito Escurialense, que contiene los Cuatro Evangelios puestos en lengua castellana por el escritorio real de Alfonso X, y supervisado por éste, se convertiría en un verdadero tesoro cultural de España y de Europa.

Lamentablemente, sin embargo, la traducción del Rey Alfonso X no salió de los polvorientos archivos españoles hasta la segunda mitad del siglo XX, cuando ya las traducciones protestantes eran ampliamente conocidas en todo el mundo. La primera edición de los Evangelios en el castellano de Alfonso X, no se imprimió hasta 1970. Se trata del volumen El Nuevo Testamento según el manuscrito Escurialense 1-1-6 (Añejos de la Biblioteca de la Real Academia Española, 22), por Thomas Montgomery y Spurgeon (Spud) Baldwin, Madrid, Real Academia Española, 1970.

De tal modo, el texto sigue siendo casi desconocido casi ocho siglos después de su escritura. Existe una reproducción digital realizada por la Iglesia Reformada, que puede leerse en http://www.iglesiareformada.com/Alfonso_Lucas_Parte_1.html.

Ambas fuentes textuales han sido utilizadas por la editorial Emmanuel Publisher, que se encarga de publicar La Voz Católica en Miami, para editar el libro El Santo Evangelio según San Lucas. Versión del Rey Alfonso X El Sabio (Año 1260), que desde 2018 está a la disposición de los lectores interesados en el proceso que dio origen al desarrollo de la prosa castellana y a la difusión de los Evangelios en todas las lenguas de la tierra.

Comments from readers

HECTOR GONZALEZ - 11/04/2019 09:40 AM
Gracias por tan ameno y enriquecedor ensayo sobre Alfonso X y la Escuela de Toledo en el Siglo XIII...saber que en ese centro se acogieron las traducciones del griego al arabe de Aristoteles, (obra de tantos intelectuales islamicos, musulmanes), que luego fueron vertidas al latin medieval..y asi Aristoteles logro entrar en el Mundo Medieval para ser asimilados por Alberto Magno, Tomas de Aquino...Hasta ese momento solo tenian la Logica aristotelica traducida por Boecio...Pero los musulmanes regalaron a la Sorbona y a Europa a traves de Toledo toda la Metafisica, la Etica, la Fisica...y con ello nacio la Escolastica Medieval..

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