Joan de Miami

Monday, November 26, 2018

Juan I. Guerra

BLOGGER PROFILE

En 1412, le nació una niña a una familia campesina cerca de la provincia de Lorraine, Francia. Siendo adolescente, tuvo una visión de San Miguel, Santa Catalina y Santa Margarita mientras trabajaba en el jardín de su padre. Cada uno de ellos le dijo que sacara a los ingleses del territorio francés, tarea que parecía imposible. Para lograrlo, se le reveló que debía unirse al rey Carlos VII de Francia. Se le cita diciendo: “Debo estar al lado del Rey… No habrá ayuda si no es la mía. Aunque preferiría haber permanecido hilando (lana) al lado de mi madre… debo ir y debo hacer esto, porque mi Señor quiere que lo haga”. Por su vida de obediencia y martirio, se le conoció como Santa Juana de Arco (en inglés, St. Joan of Arc).

Fotógrafo: CRISTINA CABRERA JARRO | FC

Joan Crown se retrata con su sucesor en el ministerio de Respeto a la Vida, Juan Guerra, y el Arzobispo Thomas Wenski durante la celebración por su jubilación, que tuvo lugar en el Centro Pastoral el 4 de octubre.

Casi 600 años después, en 1981, otra joven llamada Joan ayudaba como voluntaria a pintar una rectoría para el Padre Daniel Kubala, fundador de la Oficina del Respeto a la Vida de la Arquidiócesis de Miami. Al igual que su tocaya, también fue una heroína renuente, sin idea de los planes que Dios tenía para ella. Aun así, el Padre Kubala vio algo en Joan que finalmente la llevó a ser nombrada directora del Ministerio del Respeto a la Vida. Treinta y siete años después, este septiembre, Joan Crown se retiró del ministerio.

Recientemente fui escogido como el nuevo director de la Oficina del Respeto a la Vida, y me invitaron a una misa para Joan a finales de octubre en la iglesia de St. David, en Davie. La iglesia rebosaba de feligreses, familiares e invitados. El párroco, Padre Steven O'Hala, el Padre Jordi Rivero y el Padre Alfred Cioffi agradecieron a Joan su incansable dedicación a los no nacidos y su entrega total al ministerio del Respeto a la Vida.

En la recepción, rodeada de su esposo, hermanas, hijos y nietos amados, se rindió homenaje a Joan con una presentación en video sobre sus décadas de servicio. Esto fue seguido por historias personales compartidas por amigos y compañeros de trabajo agradecidos, cuyas vidas fueron impactadas profundamente por su “sí”. Se puede resumir mucho con las palabras de Barbara Groeber, antigua coordinadora educativa del ministerio, quien trabajó muchos años junto a Joan: “No hay duda de que se salvaron a miles de bebés por los esfuerzos incansables de Joan”.

Cuando iba a finalizar la actividad, Joan agradeció con humildad a todos los presentes; reconoció el apoyo amoroso de su esposo y su familia; y nos presentaron a mi esposa Mary Kate y a mí, y nos pidieron que pasáramos al frente. El Padre Jordi, antiguo director espiritual del Respeto a la Vida y quien vino desde su comunidad religiosa en Georgia, nos dio la bendición. Oró por Joan, por su fidelidad, su servicio y su continuo rol como voluntaria, y luego nos ungió a mi esposa y a mí para que Dios nos bendiga y me ayude a continuar este ministerio vital. La presencia del Espíritu Santo se sintió con fuerza esa noche.

Unas semanas antes, el Arzobispo Thomas Wenski había honrado a Joan con una fiesta de retiro en el Centro Pastoral, y le regaló una medalla de Santa Juana de Arco. ¡Qué homenaje apropiado para alguien que ha dado su vida en humilde obediencia a un llamado tan importante! En nombre de todos, ofrecemos nuestro más sincero agradecimiento a Joan, pedimos la bendición de Dios sobre ella, y le pedimos a Nuestro Señor, su Madre y los santos que nos ayuden a continuar su legado. Como dijo Santa Juana: “Debo ir y debo hacer esto, porque mi Señor quiere que lo haga”.