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La alarma sonó a las tres de la madrugada. No había tiempo que perder. Poco después me dirigía al Aeropuerto Internacional de Miami para reunirme con el primer grupo de 25 estudiantes y dos chaperones de dos escuelas secundarias del área que asistirían este año a la Marcha por la Vida en Washington, D.C. A lo largo del día, otros 120 estudiantes y maestros de ocho escuelas más estarían viajando en tres vuelos desde Miami y Fort Lauderdale para unirse a nosotros en representación de la Arquidiócesis de Miami. Desde la infame decisión de Roe vs. Wade hace 45 años, gente de todo el país se ha reunido en la capital de nuestra nación para marcar este aniversario sombrío y afirmar el derecho a la vida de todas las personas.

A nuestra llegada a Washington nos recibieron cielos grises y un frío invierno húmedo. La primera parada de la peregrinación fue el Museo Estadounidense del Holocausto, que ofreció un crudo recordatorio de cómo una sociedad altamente educada y desarrollada podía justificar la masacre cruel de millones de personas inocentes. Ahora podemos ver cómo la discriminación racial y religiosa fue el asunto de los derechos humanos de aquella época. Aunque es impensable imaginar los seis millones de muertes, nos quedamos reflexionando sobre los aproximadamente 60 millones de muertes causadas por el aborto legalizado desde 1973.

El camino hacia el hotel fue largo y reflexivo. Más tarde esa noche, nuestro capellán, el Padre Michael García, administrador de la parroquia de St. Coleman, en Pompano Beach, celebró la Misa con nosotros. El Padre García hizo énfasis en que los estudiantes de secundaria no abandonen sus creencias sobre la dignidad de la vida humana y su fe católica a medida que avanzan hacia la universidad. El Diácono Jim Dugard, uno de los organizadores del viaje, desafió a los estudiantes con la simple pregunta: “¿Por qué están aquí?” ¿Para pasear con sus amigos o como turistas, o para aprender sobre lo que significa ser pro vida y llevar ese mensaje a sus amigos, hogares y comunidades? La misa finalizó casi a la medianoche. Fue impresionante cómo todos se mantuvieron positivos y dispuestos a cooperar todo el tiempo, a pesar de muchos cambios en el horario, de caminar millas, de cómo la aguanieve nos dificultaba el traslado por la ciudad, y el hecho de que muchos de los estudiantes y chaperones habían estado despiertos durante casi 24 horas.

A la mañana siguiente, después del desayuno, nos unimos a la marcha. El sol resplandeció cuando llegamos al Monumento Nacional y escuchamos la bendición de apertura de Monseñor Joseph Naumann, arzobispo de Kansas City y presidente del Comité de Actividades Pro Vida, de la Conferencia de Obispos de los Estados Unidos. Su oración incluía las palabras: “Dios Todopoderoso y Eterno ... Hoy renovamos nuestra dedicación a la defensa de toda la vida humana, especialmente la de los no nacidos. Te suplicamos que bendigas a estos siervos que se han reunido para hablar en nombre de los que no pueden hablar por sí mismos”.

También estuvieron presentes políticos de ambos partidos políticos. La representante demócrata de Louisiana, Katrina Jackson, animó a la multitud al decir: “Cuando me preguntan por qué una mujer negra lucha por la vida, les contesto: ¡Porque primero soy cristiana!” El senador republicano, Steve Daines, de Montana, habló de la creación del primer caucus pro vida en el senado, y celebró el reciente trabajo bipartidista de los legisladores sobre la legislación pro vida. El vicepresidente Mike Pence y su esposa comparecieron por sorpresa, y él exclamó: “Veo a esta nueva generación abrazando la vida como nunca antes. ¡La vida está ganando en los Estados Unidos!” Los discursos culminaron con una transmisión simultánea desde la Casa Blanca, donde el presidente Donald Trump se dirigió a la multitud entusiasta y les dijo: “Este es un movimiento fundado en el amor, basado en la nobleza y la dignidad de cada vida humana”.

Animados, comenzamos el largo paseo por la avenida Constitution hacia la Casa Blanca y la Corte Suprema. Frente a los grandes pilares de la Corte, nos encontramos con los hombres y mujeres que representan la Campaña No Más Silencio. Este grupo busca exponer la verdad del aborto y sus consecuencias, las vidas devastadas y el condenarse uno mismo. Más importante aún, dieron testimonio del poder sanador de Dios. Andrea Pearson, de Virginia, compartió que ella se había realizado tres abortos. Después del primero en Planned Parenthood, dijo: “Caí en las drogas, el alcohol y en un estilo de vida promiscuo. Me tomó mucho tiempo recuperarme. Mi mensaje para las mujeres que están en una situación similar es que no hay pecado que esté fuera del alcance de la gracia de Dios”.

Nuestro día finalizó con un recorrido por los monumentos nacionales, incluyendo el de Lincoln, que conmemora otra grave injusticia, una que dio paso a una guerra civil. Desde allí visitamos el relativamente nuevo monumento al Reverendo Martin Luther King, Jr., cuyo cumpleaños celebraríamos en unos días. Las palabras del Reverendo King, inscritas en granito, fueron un mensaje de esperanza que pudimos llevarnos para nuestros esfuerzos por poner fin a la injusticia del aborto, el asunto de los derechos humanos de nuestros tiempos: “Úsame, Dios. Muéstrame cómo tomar lo que soy, lo que quiero ser y lo que puedo hacer, y usarlo para un propósito mayor que el mío”.   

Comments from readers

Mary Reed - 01/31/2019 09:52 AM
Juan, thanks for sharing your message about this year's March for Life. Important reminders for all of us as we begin a new year. The fight for the sanctity of life is never ending. God bless you in your work in the Archdiocese of Miami. Paz y bien, Mary
Bruce G - 01/28/2019 04:29 PM
Thanks Juan Guerra for your report on the recent March for Life in Washington DC; it looks like there was record participation this year!! I am inspired by what you and the Archdiocese' participants at the March did this year. God bless you all for your ministry!! Bruce G.
Br Jay Rivera - 01/28/2019 10:51 AM
I'm very proud to be part of the Pro Life Ministry of the Archdiocese of Miami. Let us all pray that our younger generation will remember these unjust actions against helpless human beings still in the womb and pass on the struggle for life to the generation that follows them. Great article Juan!
james - 01/28/2019 10:46 AM
Dear Juan I. Guerra and blessed followers: Those that help our Catholic cause: God please bless them. In unity,

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