Oda a madres y padres solteros
Monday, May 9, 2016
Angelique Ruhi-Lopez
A ti, madre soltera, que vas por Walmart a las 10 de la noche con un niño que grita y un bebé intranquilo. Veo que haces la compra a esta hora, tan tarde, con tus agotados hijos a cuestas, ya que no tienes dónde dejarlos después de cumplir con tus dos empleos.
A ti, padre soltero, que perdiste a tu amada esposa demasiado pronto. Veo cómo te pones a limpiar después de que tus niños enfermos te mantuvieron despierto toda la noche, para luego prepararte porque debes salir a trabajar en la mañana.
Lo sé porque por un breve momento – una semana, más o menos – yo también fui madre soltera. Mi esposo se fue en un viaje de negocios y yo me quedé sola con los niños. Excepto que no estaba sola; tenía la ayuda y el apoyo de amigos y familiares, y Dios me dio la gracia de sobrevivir cada día. Sin embargo, tuve que lidiar con niños enfermos, el trabajo, y mantener el hogar a flote. La ausencia de mi marido era palpable porque trabajamos como un equipo, y mi compañero de equipo estaba en China.
Sin embargo, por muy abrumada que me hubiera sentido esa semana, ahora me doy cuenta de que no es nada en comparación con la vida diaria de las madres y los padres solteros, o de las familias donde uno de los padres viaja con gran frecuencia. Siento el mayor respeto por ustedes, y les ofrezco mis oraciones mientras sobrellevan este desafío.
Pienso en María, nuestra Santísima Madre, quien tuvo que soportar sola el dolor de la muerte de su Hijo después del fallecimiento de José. ¿Cómo lo hizo? Madres y padres solteros o cuyos cónyuges viajan a menudo, ¿cómo es que ustedes lo hacen?
El Papa Francisco afirma en su Exhortación Apostólica postsinodal Amoris Laetitia (La alegría del amor), número 252: “Las familias monoparentales tienen con frecuencia origen a partir de ‘madres o padres biológicos que nunca han querido integrarse en la vida familiar, las situaciones de violencia en las cuales uno de los progenitores se ve obligado a huir con sus hijos, la muerte o el abandono de la familia por uno de los padres, y otras situaciones. Cualquiera que sea la causa, el progenitor que vive con el niño debe encontrar apoyo y consuelo entre las familias que conforman la comunidad cristiana, así́ como en los órganos pastorales de las parroquias. Además, estas familias soportan a menudo otras problemáticas, como las dificultades económicas, la incertidumbre del trabajo precario, la dificultad para la manutención de los hijos, la falta de una vivienda’”.
El Salmo 46:1 dice que “Dios es nuestro refugio y fortaleza, socorro siempre a mano en momentos de angustia”. Esto nunca se corroboró mejor que por los ejemplos de los muchos santos criados por madres y padres solteros, como san Agustín y el beato José Sánchez del Río; o que fueron madres o padres solteros en un momento u otro, como santa Mónica, santa Elena y santa Margarita de Cortona.
“Follow the Way of Love” (Seguir el Camino del Amor), un mensaje pastoral de los obispos de Estados Unidos a las familias emitido en 1994 en ocasión del Año Internacional de la Familia, se dirige directamente a las madres y los padres solteros: "... enfrentar por su cuenta todas las responsabilidades de la paternidad es un desafío que toca el corazón mismo de sus vidas. Nosotros, los obispos, les expresamos nuestra solidaridad. Exhortamos a todas las parroquias y comunidades cristianas a que les acojan, a que les ayuden a encontrar lo necesario para una buena vida familiar, y a que les ofrezcan el cariño y la amistad que son símbolos de nuestra tradición cristiana".
Encuentros Familiares, el movimiento arquidiocesano para familias con hijos adolescentes, ha respondido a esta llamado al ofrecer los "Encuentros Uniparentales", retiros para madres y padres solteros con hijos de 12 a 21 años de edad. La sesión para madres y padres se ofrece en español, y la de los jóvenes en inglés. El fin de semana ofrece una oportunidad para el crecimiento y el diálogo espiritual, así como herramientas prácticas para el beneficio de la familia. La experiencia continúa con reuniones semanales en el Centro de Espiritualidad Ignaciana (también conocido como Casa Manresa, 12190 S. W. 56 Street, Miami, FL 33175). Las reuniones son para madres, padres y sus hijos, y cuentan con presentaciones interesantes y enriquecedoras.
A pesar de este recurso maravilloso, me imagino que a veces pueden sentirse ignorados y fuera de lugar en la Iglesia.
Sin embargo, madres y padres solteros, me doy cuenta de que están demasiado ocupados, y tal vez desean de todo corazón poder criar con otro a los hijos que Dios les ha confiado. Quizás se sienten abrumados por la logística diaria de mantener una familia. Tal vez se preguntan si el próximo cheque de su salario será suficiente para cubrir todos los gastos. O, sencillamente, se sienten solos.
Pero no lo están. Porque los ve alguien más grande que yo. Dios les observa y les concede Su misericordia, Su gracia y Su amor.
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