By Marlene Quaroni - Florida Catholic

SOUTHWEST RANCHES | El diácono John Lorenzo quisiera que todas las “ovejas perdidas” de la iglesia de St. Mark regresaran a la Misa dominical y la Eucaristía.

“Sólo un 15 por ciento de las 6,000 familias católicas inscritas en la parroquia asisten a Misa con regularidad”, reveló. “El 85 por ciento se ha alejado de la Iglesia. Esto no es sólo un problema de la parroquia, sino un problema de toda la Iglesia”.

Por eso, con la aprobación del P. Jaime Acevedo, párroco de St. Mark, al diácono Lorenzo se le ocurrió una idea para atraer a las familias a la iglesia. Desarrolló un programa piloto, Catholic Faith Formation: Your Children’s Spiritual Life (Formación en la Fe católica: La vida espiritual de sus hijos), para los padres de los 650 estudiantes de educación religiosa de la iglesia de St. Mark. Les pidió a los padres que asistieran a una de las reuniones obligatorias en diciembre, en la que enfatizó la importancia de asistir a la Misa dominical.

“En los folletos que repartimos, indicamos que las reuniones eran obligatorias para que los padres se presentaran”, indicó. “Aproximadamente la mitad de los padres de los estudiantes asistió a las reuniones”.

Las reuniones comenzaban después de que los padres dejaran a sus hijos en una de las tres clases semanales de educación religiosa en la iglesia. El diácono Lorenzo dijo que la mayoría de los niños no asiste a la Misa dominical con regularidad o en lo absoluto, lo que resulta en católicos alejados cuando los niños se convierten en adultos. Incluso entre los estudiantes de escuelas católicas, menos del 50 por ciento asiste a la Misa, informó.

El gobierno aprobó leyes que ordenan la escolarización de los niños hasta cierta edad, señaló el diácono. Esto se hace por el beneficio de los niños. Pero cuando se trata de su formación espiritual, la responsabilidad es compartida entre los padres y la Iglesia. Sin la cooperación de los padres, la vida espiritual de los niños sufrirá.

Firmar la tarjeta de votos

“Les pido que se comprometan al firmar la tarjeta de votos que tiene el nombre de su hijo en la parte posterior, y que cada uno de ustedes recibió cuando llegó a esta reunión”, dijo el diácono Lorenzo. “Es un compromiso triple, cuya intención es que todas las ovejas perdidas de nuestra parroquia regresen a la Misa dominical y la Eucaristía”.

El primer voto es asistir a la Misa dominical y recibir la Eucaristía. Como los niños no pueden hacer esto sin sus padres, es una manera de mantener a toda la familia cercana a la Iglesia. Además, si los padres no comprenden la necesidad de que sus hijos estén cerca de Dios, la generación futura de adultos estará tan alejada de la Iglesia como la generación actual.

“Se nos enseña que no asistir a la Misa el domingo es un pecado grave. Sin embargo, hoy en día la gente no cree que sea un pecado grave. Son buenas personas, pero malinterpretan las leyes de Dios”, explicó el diácono.

El tercer voto es rezar diez Ave Marías todos los días. El segundo voto es acudir ante el Santísimo Sacramento cuando sea posible. El diácono Lorenzo estableció el grupo de oración Adorers of the Blessed Sacrament (Adoradores del Santísimo Sacramento), que comenzó en 2009 con 32 personas y en la actualidad cuenta con 6,500.

De los 299 padres de estudiantes de educación religiosa que se presentaron a las reuniones, 261 hicieron los votos. Los otros 38 no se comprometieron. A éstos, el diácono les pidió que se quedaran con la tarjeta de votos, pues quizás un día cambien de opinión y devuelvan la tarjeta a los maestros de educación religiosa de sus hijos.

Observó que es irónico que los padres que no llevan a sus hijos a la iglesia, los bautizan tan pronto es posible después de su nacimiento.

“Es algo que hacemos automáticamente”, sostuvo. “Dios nos inculca el deseo sobrenatural de que nuestros hijos se conviertan en hijos de Dios. Después, los padres se vuelven locos preparando a sus hijos para la primera Comunión. Pero, por desgracia, muchos padres no preparan a sus hijos para la Confirmación. ¿Qué sucede? ¿Es que los niños dejan de aprender? En ese momento de sus vidas se aprende a amar a su prójimo y a vivir en este mundo difícil”.

Responsabilidad de los padres

El diácono Lorenzo recordó a los padres la importancia del cuarto mandamiento: “Honrar a tu padre y a tu madre”. Dijo que ahí encontramos la sabiduría máxima de Dios, porque les da a los padres autoridad sobre sus hijos.

“Dado que esta autoridad conlleva gran responsabilidad, las decisiones de los padres deben tomarse considerando lo que es mejor para los niños ante los ojos de Dios, no ante los ojos del mundo”, explicó.

En el tercer mandamiento, Dios dice: “Honra el día de reposo”. Según el diácono Lorenzo, los hijos de Dios deben tener un lugar para el culto en el que puedan experimentar la santidad, un lugar que sea distinto a todos los demás en sus vidas.

“Ese lugar de culto es su iglesia parroquial”, declaró. “Jesús dice que, ‘a menos que comas mi cuerpo y bebas mi sangre, no tienes vida en ti’. Esto se logra en la Eucaristía, en el santo sacrificio de la misa. Mis queridos padres, ayuden a colocar a Jesucristo en la vida de sus hijos, y cuando no estén con ellos, Él se hará cargo de ellos por ustedes. Y cuando sus hijos se conviertan en padres, harán lo mismo por sus hijos”.

Añadió que, si los padres llevaran a sus hijos a la iglesia, la asistencia a la Misa se duplicaría.

“Tenemos una generación perdida de católicos”, manifestó. “Este programa no es un palmetazo en la mano. Es un abrazo.

Estamos diciendo que se unan a nosotros y se sientan como en casa en la Iglesia. Hay que hacer algo para detener el éxodo de católicos de la Iglesia”.

Lesley Gray, una de las madres de educación religiosa, pasó varios minutos conversando con el diácono Lorenzo después de su presentación.

“Jesús habló a través del diácono”, expresó. “Si siembras las semillas de la palabra de Dios, crece con el ejemplo de los padres. Fue una discusión maravillosa. Me gustaría que hiciera esto con más frecuencia. Fue muy inspirador”.

El diácono Lorenzo informó que también planifica un programa para adultos que se han alejado de la Iglesia. Enviará una carta a los feligreses inscritos para decirle a cualquiera que no asista a la iglesia, que todos sus hermanos y hermanas oran para que regrese.