By Tom Tracy - Florida Catholic

Esta es la cuarta y última entrega de una serie sobre las parroquias del condado de Monroe y el trabajo de las Caridades Católicas en los Cayos de la Florida.

KEY WEST | Si la inscripción en las  escuelas católicas es algún tipo de indicador de una comunidad, entonces Key West se estaba recuperando bastante bien de los daños del huracán Irma, de categoría 4, del 2017.

La escuela de la basílica St. Mary Star of the Sea, que sirvió temporalmente como guardería comunitaria, inmediatamente después de la tormenta, está reportando su mayor matrícula en sus 150 años de historia, con 320 estudiantes matriculados y otros 80 menores en lista de espera.

Casi todos los estudiantes y sus familias  evacuaron Cayo Hueso antes de que Irma tocara tierra en septiembre, y la mayoría regresó. Sólo uno o dos maestros no lo hicieron, según Robert Wright, director de la escuela.

Recuerda el año de Irma como “uno de mis años favoritos” en términos de su experiencia en Cayo Hueso. “Eso se debe a que pude ser testigo del desinterés de la gente” al poner sus vidas en pausa para ayudarse  unos a otros y a la comunidad, dijo Wright, padre de seis hijos y tres de ellos matriculados en la escuela de la Basílica.

“Fue mortificante estar en la posición de necesidad cuando frecuentemente estamos en la posición de dar. Sin embargo, nos dio la oportunidad de enseñarles a los niños la gratitud, y enseñarles que hay momentos en la vida en los que puedes dar y otros, en los que necesitas recibir”, dijo Wright.

Señaló que la escuela de la Basílica es efectivamente el mayor ministerio de la parroquia St. Mary Star of the Sea, que subvenciona parcialmente a la escuela. Su párroco, el P. John Baker, mantiene una estrecha relación con la comunidad escolar y con el personal.

“El P. Baker y yo hablamos diariamente —su apoyo a la escuela es enorme y para él no es sólo una institución académica a una cuadra de distancia, sino más bien, un ministerio activo, que da a conocer a Cristo al mundo”, dijo Wright. “Deberíamos hacer eso si somos un ministerio”.

El huracán Irma ocasionó a la escuela de la Basílica unos 860,000 dólares en daños. El auditorio sufrió graves daños en el techo y por la entrada del agua. El agua marina y los vientos de Irma también dañaron la pintura de un edificio nuevo que estaba en construcción.

 

AYUDANDO A OTROS

Después de la tormenta, Wright ofreció la escuela como guardería a medio tiempo, un espacio seguro para las familias locales que necesitaban una guardería de emergencia para sus hijos.

“Estamos aquí para cuidarnos unos a otros y ya viste que eso sobrevivió después del huracán”, dijo. “Creo que el turismo se ha recuperado” y las tendencias de matrículas apoyarían esa recuperación, agregó —aunque la pandemia del coronavirus ha vuelto a golpear duramente a las industrias de servicios y turismo.

El año pasado, los estudiantes de la escuela de la Basílica junto con los Caballeros de Colón de la comunidad recaudaron unos 10 mil dólares en donaciones para las escuelas católicas de la Arquidiócesis de Nassau, tras la devastación del huracán Dorian de 2019, al norte de Las Bahamas.

Además, la respuesta regional, la coordinación y la inversión de personal y recursos materiales de Caridades Católicas de la arquidiócesis de Miami fue “edificante”, y un indicio de una creciente colaboración entre las parroquias y las Caridades Católicas, según el P. Baker.

El sacerdote se reunió con delegados de las Caridades Católicas que visitaron el condado de Monroe a finales del año pasado. Las Caridades Católicas de Miami está en el proceso de construcción de su nuevo centro de trabajo y vivienda, St. Bede’s Village del condado de Monroe. Se espera se termine tan pronto como este otoño.

Las instalaciones de St. Bede tiene actualmente 10 unidades de vivienda asequible, pero otras 37 nuevas unidades están en construcción en el nuevo sitio, como respuesta de la Iglesia a la crisis regional de vivienda en el condado de Monroe.

 

VIVIENDAS ASEQUIBLES

“El proyecto ha captado la imaginación de muchos porque en todos los Cayos hay una escasez de viviendas asequibles”, dijo el P. Baker. “Siempre que alguien tiene una necesidad, lo remito a la oficina de las Caridades Católicas, aquí y están atendidos y agradecidos. Porque se corre la voz.”

Patrice Schwermer, coordinadora de los programas de ayuda de Caridades Católicas en el condado de Monroe, dijo que le llama la atención la cantidad de necesitados que están viviendo temporalmente en una situación precaria.

“Me sorprende la cantidad de gente que viene y que está viviendo en su auto, tal vez porque perdieron un trabajo o porque pasan otras cosas”, dijo Schwermer. “Cuando vienen a nosotros, podemos ayudarles a pagar el alquiler atrasado para evitar que pierdan su casa o ayudarles con el pago del primer y último mes de alquiler para que tengan un lugar — pero encontrar un lugar es realmente difícil a veces”.

Otro programa de vivienda que ofrece Caridades Católicas es el de los apartamentos St. Theresa, dos apartamentos en diferentes propiedades arrendadas por la ciudad de Key West a un precio de un dólar al año.

La idea surgió de un liderazgo cívico visionario en los años ‘90, según Megan Hull, directora de los programas de Caridades Católicas en el condado de Monroe.

"Hicieron un trato en el que todas estas agencias, incluyendo Caridades Católicas, podían utilizar estas viejas viviendas de la Marina entregadas a la ciudad", dijo Hull.

La recopilación de datos sobre la población local sin hogar también es clave. 

"Utilizamos esos datos para determinar cuál es nuestra demografía, quiénes son nuestros desamparados y cómo atender mejor sus necesidades en la comunidad", dijo Hull, señalando que una amplia gama de subvenciones se destina a apoyar los esfuerzos de vivienda de Catholic Charities en el condado de Monroe.

Con un alto grado de transición de los trabajadores, el mercado de la vivienda en los Cayos es financieramente muy exigente con los inquilinos.

"Hay mucha rotación y mucha desconfianza entre los propietarios, que quieren el primer y el último mes y la seguridad (depósitos)", dijo Hull. Estos depósitos a menudo ascienden a más de 6.000 dólares en gastos de mudanza. Catholic Charities puede ayudar con algunos de esos costos de mudanza a través de programas de asistencia financiera y remisiones de alquiler.

 

DESPENSA DE ALIMENTOS

El diácono Peter Batty, un empresario local que ayuda con la despensa de alimentos en la parroquia St. Mary Star of the Sea, dijo que antes de que el coronavirus atacara, la tasa de desempleo en Key West era aproximadamente de menos dos por ciento. “Hay trabajos para esta gente, pero nos faltan de cinco a siete mil unidades de vivienda, y no tenemos espacio para construir”, dijo.

La despensa de alimentos de la parroquia (construida con el financiamiento de Caridades Católicas) y un patrocinio separado a la parroquia de la misión SOS Foundation Star of the Sea, en la cercana isla de Stock, están ayudando a suministrar alimentos a las familias necesitadas de la zona, incluyendo a las que están en el refugio temporal Keys Overnight (Kots), un proyecto comunitario creado con el apoyo de la policía de Cayo Hueso.

“Estamos proporcionando alrededor de 1,000 comidas a la semana, lo cual es enorme y, honestamente, no podría hacerse sin la cooperación de la parroquia y las Caridades Católicas”, dijo el diácono Batty sobre la despensa de alimentos de la parroquia. “Ciertamente tenemos personas sin hogar, pero tenemos alternativas, un buen trato para los desamparados, para que los problemas de los desamparados  en Key West no sean tan graves como podrían ser”.

El miembro del consejo de Caridades Católicas y residente de Miami, Craig Armstrong, un contador público, dijo que se inspiró en la naturaleza minuciosa de la colaboración comunitaria y cívica en Key West.

“Es una historia que es muy bonita de escuchar en referencia a la relación entre las Caridades Católicas, la parroquia, la ciudad y el condado —si todo el mundo trabaja en conjunto, entonces las metas y las soluciones se pueden alcanzar. Pero no escuchamos eso muy a menudo”, dijo Armstrong. “Es un dar y coger entre todos y es bueno escucharlo”.

El P. Baker señaló otra bendición que la parroquia St. Mary Star of the Sea ha podido proporcionar: un campamento de verano anual para niños.

“Tenemos niños 51 semanas al año. El campamento de verano tuvo 270 niños este verano — muchos de los cuales ni siquiera pertenecen a la parroquia”, dijo el P. Baker. “Es un campamento de verano muy bien dirigido para padres que buscan un lugar saludable para sus hijos y con un precio justo. Las necesidades son enormes porque las familias aquí trabajan”.