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Feature News | Friday, August 17, 2018

Despu�s de la separaci�n, un nuevo comienzo

'Cadena' de madres ayuda a reunir familias

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MIAMI | Para María, reencontrarse con sus dos hijos, de 7 y 8 años, fue “una gran felicidad, es lo más bonito”, dijo. Estuvo separada de ellos 49 días.

A finales de mayo de este año, María (cuyo nombre fue cambiado para guardar su privacidad), de origen guatemalteco, entró ilegalmente con sus hijos a los Estados Unidos, por la frontera con Arizona, para pedir asilo.

Poco después de ser detenidos, la madre fue separada de sus hijos. La política de “tolerancia cero”, con la cual la actual administración esperaba disuadir a quienes pensaban emigrar ilegalmente a Estados Unidos, se estaba aplicando desde abril. María fue trasladada a un centro de detención para inmigrantes en Arizona y por varias semanas no supo nada de sus hijos, ni ellos de ella.

Dentro del centro de detención, dice María, la entrevistaron y pasó el examen de temor creíble y entró en un procedimiento de asilo. Le impusieron una fianza de 15 mil dólares para que pudiera salir y seguir su proceso fuera, pero no tenía cómo pagar.

Fue entonces que un grupo de madres de Nueva York pagó su fianza. (Leer la historia)

María (no es su nombre real) se reunió con sus dos hijos en Miami despues de estar separados 49 días. Ellos entraron a Estados Unidos por la frontera sur sin autorización.

Fotógrafo: Courtesy Catholic Legal Services

María (no es su nombre real) se reunió con sus dos hijos en Miami despues de estar separados 49 días. Ellos entraron a Estados Unidos por la frontera sur sin autorización.

Se enteraron del caso de María a través de Yeni González, “la primera madre a quien pagamos la fianza para que saliera de ese centro de detención”, dijo Julie Schwietert Collazo, madre de familia y fundadora de Immigrant Families Together (Familias Inmigrantes Unidas), una organización fundada en junio pasado con el propósito de sacar a las madres de los centros de detención del ICE (Servicio de Inmigración y Aduanas, por su sigla en inglés), para reunirlas con sus hijos y proporcionarles ayuda continua mientras realizan sus trámites migratorios.

Este grupo hizo una campaña principalmente a través del sitio de recaudación de fondos, GoFundMe, para pagar la fianza y a un abogado de New York que la ayudo en el centro de detención, en Arizona.

Cuando María salió, varios voluntarios del grupo la llevaron, manejando en sus propios vehículos, estado por estado, hasta Miami, donde ella tiene familiares y, por coincidencia, sus hijos estaban allí, en un albergue para menores.

Le tomó cuatro días llegar. Fue una cadena de ayuda. “En cada lugar tenían una persona que me transportaba y me daba comida y albergue. Son voluntarios que dieron su corazón”, dijo María.

Cuando llegó a Miami iniciaron el proceso para reunirla con sus hijos, los cuales ya tenían representación legal a través de Americans for Immigrant Justice (Estadounidenses por la Justicia del Inmigrante), el único proveedor de servicios legales autorizado para trabajar con menores en los albergues de inmigración de La Florida.

El reencuentro “fue muy emocional. No los dejaron salir, pero los pudo visitar”, dijo Kristie Padrón, abogada de Catholic Legal Services, que tomó el caso de María.

Padrón señaló que el proceso de reunificación de esta familia fue bastante rápido ya que, recientemente, un juez federal había ordenado reunificar a todas las familias que fueron separadas al cruzar ilegalmente la frontera.

“Con esta orden nos dejaron sacar a los niños en cinco días, en vez de esperar hasta tres semanas”, dijo Padrón.

Estar separada de sus hijos “ha sido un dolor muy duro. Fue una pesadilla”, dijo María, cuyo primer idioma es el K’Ichee, una lengua maya que se habla en Guatemala.

También señaló que sus hijos recuerdan algunas veces el tiempo que estuvieron separados de su madre y lloran, pero se les pasa rápido. En el albergue recibieron terapias, agregó. María está ahora con sus hijos, y con la ayuda del grupo de madres se va quedar a vivir en La Florida, esperando su cita en la corte.

“Este caso es muy especial”, dijo Padrón. Es la primera vez que la abogada ve una movilización de voluntarios de este tipo. “Las personas que le ayudan (a María) son personas comunes y corrientes, que se sienten identificadas con la situación de los padres que han sido separados de sus hijos”.

“Las madres tenían un corazón muy grande. Les dije que yo no les puedo pagar lo que han hecho, lo que están dándome; sólo Dios lo puede hacer”, indicó María.

Inicio de la separación de familias

Según datos preliminares del gobierno estadounidense, más de 2,300 niños fueron separados de sus padres por entrar ilegalmente al país por la frontera con México, entre mayo y junio de este año. Catholic Legal Services de la Arquidiócesis de Miami señala que esta cantidad llega alrededor de 3,000 incluyendo a los niños que fueron detenidos en los aeropuertos cuando entraban con una visa y se pensó que llegaban con la intención de permanecer en el país sin autorización.

El 20 de junio, después de una demanda de 17 estados contra el gobierno por la separación de familias, el presidente Donald Trump, a través de una orden ejecutiva, puso fin a esta política de separación familiar.

Días después, el 26 de junio, el juez federal Dana Makoto Sabraw, de San Diego, en respuesta a una demanda presentada por la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por su sigla en inglés) en representación de una madre que fue separada de su hija de 6 años cuando llegó a Estados Unidos el año pasado, ordenó reunificar en un plazo de 30 días a los niños migrantes que fueron separados de sus padres desde inicios de mayo.

Un mes después, cuando se cumplía el plazo dado por el juez Sabraw, el gobierno presentó un informe donde señalaba que 2,531 niños habían sido separados de sus padres en la frontera; 1,820 niños fueron liberados por la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR); 1,442 niños fueron reunidos con sus padres bajo custodia del ICE; 378 menores, incluyendo a los que cumplieron 18 años, fueron reunificaciones con otros familiares que no son los padres; 711 niños no son elegibles para ser reunidos con sus padres;, 431 niños tienen padres fuera de Estados Unidos y 120 niños tienen padres que renunciaron a la reunificación.

“Es trágico, decir que no van a entregarle a sus hijos a alguien porque ya los deportaron. Es una imagen muy horrible”, dijo Padrón.

Se está castigando cruelmente a los que buscan asilo. “Si las personas tienen miedo, tienen el derecho de pedir asilo”, agregó Padrón.

Es una realidad: hay muchos niños que están aquí sin sus padres y muchos que tienen temor de que deporten a sus padres. Hay alrededor de 500,000 menores que son ciudadanos estadounidenses por su nacimiento, y que tienen padres que están bajo el TPS (Estatus de Protección Temporal) o DACA (Programa de Acción Diferida), y esas protecciones van a expirar el próximo año.

“Miles y miles de padres van a quedar sin estatus legal y van a ser deportados y alejados de sus hijos. Tenemos que hacer algo, ¿verdad?”, cuestionó la abogada Padrón.

Las estadísticas señalan que solo un promedio de 200 padres han salido con fianza de los centros de detención y se están reuniendo con sus hijos. Hay muchos más que están detenidos o que ya fueron deportados. Padrón señaló que se debería dejar salir a los padres y reunir las familias, para que puedan seguir su caso de asilo en la corte, como se estaban haciendo desde hace años.

“Lo que queremos defender es que todos tengan el mismo proceso. Por igual los que llegaron un mes antes y los que llegaron en julio. Estas familias están sufriendo sólo por haber llegado en los dos meses de aplicación de esta política”, indicó Padrón.

Actualmente, las familias que están llegando pueden ser detenidas, pero no las están separando.

En Miami hay muchos niños que llegaron sin acompañantes o cuyos padres fueron deportados.

Cuando salen de los albergues tienen que seguir con el caso de inmigración, pues ésa es su oportunidad de pedir asilo y defender su caso, pero no tienen padres, ni nadie que los represente o hable por ellos en las cortes; no tienen abogado, ni derecho a uno gratuito.

“En Miami hay 9,000 casos pendientes de menores que llegaron sin padres, y todavía hay 5,000 que no tienen abogados”, indicó Padrón Se necesitan abogados pro bono que quieran ayudar a estos niños y a estas familias.

Catholic Legal Services opera el programa “Amigo de la Corte”, en la corte de inmigración, para ayudar a cualquier persona que no tenga un abogado, dándole información y tratando de conseguirle un abogado voluntario.

Para ayudar

  • Catholic Legal Services busca abogados pro bono; si desea participar envíe un correo electrónico a [email protected].
  • Si desea colaborar con la organización de madres Immigrant Families Together lo puede hacer a través de su página web: https://immigrantfamiliestogether.com/


Comments from readers

Beatriz Bezos - 08/22/2018 02:41 PM
Certainly very sad. What is missing on this article is the fact that many of these children come with adults that are not their parents or even family related. When traffickers want to cross an illegal minor, they engage "parents" in the native country. These adults bring the child through extenuating conditions through countries of Central America and Mexico. They do not cross through official border points, they cross through open fields. When they are in the US territory, the child is given to the person that will abuse, sell or enslave the minor. The "parents" cross back and return for another trip. Other adults come under duress, while back in their countries of origin the local contact for the trafficker hold the families in ransom until the adult "does hi/her job" bringing the minor to the US. If we can save ONE MINOR, ICE and the US Government have done their job! Thanks-

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