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Feature News | Friday, May 21, 2021

Se necesitan familias sustitutas para menores refugiados

Mayo es el mes de la concientización del cuidado de crianza

Fotógrafo:

MIAMI | Alguna vez se ha preguntado ¿a dónde van los niños que están llegando sin acompañantes a la frontera sur del país? O ¿qué sucede con ellos una vez que son admitidos en los Estados Unidos?

Según el último informe de U.S. Customs and Border Protection (Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos), en abril de este año la patrulla fronteriza reportó la entrada de 13,962 menores no acompañados por la frontera sur, provenientes mayoritariamente de Guatemala, Honduras y El Salvador. Aunque ha habido una reducción de entradas con respecto a marzo de este año (15,918), es una de las cifras más altas registradas en los últimos años.

Datos oficiales señalan que alrededor del 90 por ciento de estos menores no acompañados se reúnen con algún familiar o patrocinador en los Estados Unidos, y el 10 por ciento restante entra al cuidado del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS).

En La Florida hay casi 23 mil menores que reciben atención fuera del hogar, con familias sustitutas, de acuerdo con los datos del Departamento de Niños y Familias. “De ellos, alrededor de cuatro mil están listos para ser puestos al cuidado de familias de crianza a tiempo completo”, dijo Erik Dellenback, miembro del Consejo de organizaciones religiosas y comunitarias de La Florida, en el pódcast Catholics Across the Aisle, de la Conferencia de Obispos Católicos de La Florida.

El pódcast, en el que también participó Shevaun Harris, encargada del Departamento de Niños y Familias de La Florida (DCF), fue el primero de dos realizados para conmemorar, a nivel nacional, el mes de mayo como el mes de la concientización del cuidado de crianza.

 

MAYO: MES DE CONCIENTIZACIÓN DEL CUIDADO DE CRIANZA

La Florida es uno de los cinco Estados con mayor cantidad de menores en cuidado de crianza en los Estados Unidos, por lo que el DCF y las agencias de Catholic Charities del Estado, están promoviendo el cuidado de crianza temporal y que más familias consideren proporcionar un hogar amoroso para un menor separado de sus padres.

“Es un mes de reconocimiento, celebración y de concientización para educar a la comunidad, para recordar a otros que ya conocen y para entusiasmar a las personas a que se conviertan en padres de crianza. En nuestro caso, a que se conviertan en padres de crianza de (menores) refugiados”, dijo Mónica Farías, directora del programa de Menores Refugiados no Acompañados de Catholic Charities, de la Arquidiócesis de Miami.

Farías señaló que este programa es similar a la Operación Pedro Pan, que Mons. Bryan Walsh desarrolló en la Arquidiócesis hace 60 años, para reasentar a menores cubanos que salían de la Isla sin acompañantes, huyendo del régimen comunista que se estaba implantando. La Operación Pedro Pan benefició a más de 14 mil menores, brindándoles lugares seguros mientras se reunificaban con sus familias.

El programa de Miami tiene capacidad para asistir a 37 menores, pero actualmente asiste a 28 entre niños y jóvenes adultos con estatus migratorios de refugiados, asilados o víctimas de la trata de personas, que se encuentran en el país sin un padre o tutor. Algunos provienen de campos de refugiados en Medio Oriente o de algunos países de África, pero la mayoría son menores que están cruzando la frontera sur. “La gran mayoría es de Guatemala y Honduras”, dijo Farías.

Con el incremento de menores no acompañados que están llegando por la frontera sur, “se van a necesitar muchos más padres de crianza”, indicó Farías, mientras explicó que los menores que llegan al programa de Miami son enviados por el Programa de Menores Refugiados No Acompañados de los Estados Unidos (URM), que funciona desde 1980.

Actualmente, 23 programas de URM operan en 15 estados. La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) y el Servicio Luterano de Inmigración y Refugiados (LIRS) son las dos agencias nacionales de reasentamiento autorizadas por el Departamento de Estado para ayudar a colocar a los menores migrantes en hogares de acogida temporal.

La oficina de Reubicación de Refugiados es la que envía a los menores a los diferentes programas, como el de Miami, a nivel nacional. “Para que nosotros podamos incorporar a un niño en nuestro programa, tenemos que tener padres de crianza que estén listos y dispuestos a recibir a niños sin acompañamiento”, dijo Farías.

 

SE NECESITAN PADRES DE CRIANZA

Para ser un padre de crianza se debe cumplir requisitos establecidos por el Estado de La Florida. Pasar entrenamientos, un examen de antecedentes penales, demostrar que se tiene entradas económicas suficientes como para mantenerse a sí mismos y un espacio adecuado para albergar a un menor, entre otras cosas.

Muchas familias no consideran el cuidado de menores por sus horarios de trabajo, porque no tienen un espacio para recibir a otro miembro o porque están criando a sus propios hijos. Pero “lo que quizás sea más restrictivo y que influye en la decisión, es que es un compromiso a largo plazo que requiere toda una acomodación familiar para recibir a una persona que no es de tu familia, pero que indudablemente va a formar parte de tu familia”, indicó Farías.

El programa ofrece ayuda constante. “Es un trabajo de colaboración en equipo”, indicó Farías, y agregó que Catholic Charities mantiene la tutoría legal del menor, y trabaja en todo momento con los padres de crianza para la aculturación del menor y su preparación para una vida independiente en este país.

Los menores pueden permanecer en los hogares de crianza hasta los 18 años, dependiendo de su situación migratoria y de otras circunstancias. Para los jóvenes de 18 a 23 años el programa ofrece casas transicionales a la vida independiente. Se les sigue brindando educación, preparación para el empleo y educación financiera.

Si los adultos interesados no pueden ser padres de crianza, el programa también busca mentores, voluntarios para coordinar eventos y conducir donaciones.

“Creo que la Iglesia Católica ha hecho una gran labor con este programa”, indicó Farías, y agregó que el programa “les brinda a los jóvenes todas las herramientas necesarias para que cuando lleguen a esa edad de maduración puedan progresar”.

Pero lo más importante de este mes de mayo es “la importancia de tener familias que les den la bienvenida a estos refugiados. Insistimos en que necesitamos familias para que nos ayuden a que estos muchachos se sientan confortables y que el sacrificio de dejar a sus familias y sus países atrás, valiera. Que ese sacrificio tenga valor”, indicó Farías.

Para saber más

Si desea recibir más información sobre el Programa de Menores Refugiados no Acompañados puede contactar a Mónica Farías, directora del programa, llamando al: 786-280-1072, o enviándole un correo electrónico a: mfarias@ccadm. org.

O en la página web del programa Unaccompanied Refugee Minors.

Puede escuchar el pódcast Catholics Across the Aisle, de la Conferencia de Obispos Católicos de La Florida, en Apple Podcasts, Spotify, Google Podcasts y Stitcher.



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