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Feature News | Friday, August 17, 2018

Un grupo de madres ayuda a otras madres a reunificarse con sus hijos

La ayuda va desde pagar fianzas a comprar comida y ropa

Manifestantes en contra de la separación de familias inmigrantes, que entraron sin autorización por la frontera sur con México, marcharon el 23 de junio hasta el centro de detención de menores, en Homestead.

Fotógrafo: ROCIO GRANADOS | LVC

Manifestantes en contra de la separación de familias inmigrantes, que entraron sin autorización por la frontera sur con México, marcharon el 23 de junio hasta el centro de detención de menores, en Homestead.

MIAMI | Identificadas, porque también son madres, con cientos de mujeres inmigrantes que han sido separadas de sus hijos al cruzar ilegalmente la frontera sur de Estados Unidos buscando asilo, unas doce madres de familia de todo el país, en junio pasado, se unieron para formar la organización Immigrant Families Together (Familias Inmigrantes Unidas).

Hay artistas, organizadoras, activistas con trabajos a tiempo completo. “La gran mayoría no nos conocíamos hace cinco semanas, pero nos hemos vuelto muy unidas después de este intenso trabajo”, dijo Julie Schwietert Collazo, fundadora del grupo.

El propósito “es sacar a las madres de los centros de detención del ICE (Servicio de Inmigración y Aduanas), para reunirlas con sus hijos y proporcionarles ayuda continua mientras realizan sus trámites migratorios”, dijo Schwietert Collazo.

El grupo está recaudando fondos, principalmente a través del sitio GoFundMe, y en poco más de un mes, ha ayudado a la reunificación de 14 madres con sus hijos a nivel nacional, y ha cubierto necesidades urgentes como atención médica, vivienda, vestido, pañales y alimentos de docenas de mujeres y familias que fueron liberadas al cumplirse, el 26 de julio, la fecha límite de reunificación dictada por el juez federal Dana Sabraw.

A mediados de julio, el grupo reunió a María, una madre inmigrante, con sus dos hijos en Miami, después de 49 días de estar separados. Ella estuvo detenida en un centro de detención de inmigrantes en Arizona, en donde también estaba Yeni González, la primera madre a quien el grupo le pagó la fianza para que saliera de ese centro de detención. María fue la segunda madre a la que el grupo ayudó. “Hicimos por ella lo que hicimos por Yeni”, dijo Schwietert Collazo.

El grupo pagó la fianza de $15,000 impuesta a María y a un abogado que la representó en el centro de detención de Arizona. A su salida, una red de voluntarios la llevó manejando en sus propios vehículos hasta Miami, en donde se encontraban sus hijos en un albergue de menores, y la pusieron en contacto con abogados de Catholic Legal Services para procesar su asilo.

“Me sentí obligada a ayudar a María y a las otras mamás porque también soy mamá”, dijo Randi Berry, miembro del grupo de madres y productora de teatro que radica en New York.

A la llegada de María a Miami, el grupo necesitaba una persona de contacto en esa ciudad y Berry, que estaba de vacaciones con su familia aquí, se ofreció. Había vivido en Miami hace algunos años y mantenía una red de amigos y familiares que estuvieron dispuestos a ayudar con transporte, suministros, comida y vivienda. También crearon una lista de artículos para el hogar en Amazon para ayudar a María, quien se quedará a vivir con sus hijos en La Florida.

“La gente está ansiosa por ayudar”, indicó Berry. “Se han sentido impotentes viendo las noticias y se ven obligados a corregir este terrible error. Hacer esto con vecinos y amigos y amables extraños ha restaurado mi fe en la humanidad”, dijo Berry, quien profesa la religión judía.

María “es una mujer maravillosa y cálida. Una madre feroz que adora a sus hijos, es fuerte y cariñosa”, dijo Berry, quien por medio de traductores se comunicó con María, cuyo primer idioma es el K’Ichee, una lengua Maya que se habla en Guatemala.

Berry dijo además que ésa es la impresión que tiene de la mayoría de las mujeres en la situación de María. “Imagínense el coraje que tuvieron que tener para tratar de llevar a sus hijos a un nuevo país sin conocer el idioma y el territorio, impulsados por el amor y la profunda necesidad de proteger a sus hijos”.

La ayuda que el grupo ha proporcionado a estas personas ha sido coordinada por personas que simplemente no podían quedarse sentadas y observar lo que sucedía, indicó Berry.

Schwietert Collazo señaló que una gran parte de los logros que han tenido “se debe simplemente a que la gente aparece y hace algo. Hacen lo que pueden, donde están y con lo que tienen”. Agregó que para contribuir no tienen que ser ricos, sólo correr la voz, aprender sobre la historia de la inmigración en este país, o ponerlos en contacto con profesionales que quieran ayudar voluntariamente, como médicos y abogados.

“La separación familiar es parte de sistemas de opresión más grandes que deben ser desmantelados”, dijo Schwietert Collazo, quien se define como católica no practicante y autora de uno de los libros más vendidos internacionalmente, El Papa Francisco en sus propias palabras.

“Siento que es mi responsabilidad como miembro de la sociedad ayudar a mi prójimo. Así me siento bien y siento que he hecho mi trabajo”, dijo Berry.

Para ayudar

Si desea ayudar al grupo de madres de Immigrant Families Together puede visitar su página web: ImmigrantFamiliesTogether.com para donar o participar de otras maneras.


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