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Feature News | Friday, February 19, 2016

Se desborda la devoci�n por santo liban�s

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Acompañado de sus feligreses el P. Elie Saade, párroco de la Iglesia Católica Maronita Nuestra Señora del Líbano va en procesión, bajo la lluvia, para dar la bienvenida a la reliquia de San Sharbel.

Fotógrafo: MONICA LAUZURIQUE | FC

Acompañado de sus feligreses el P. Elie Saade, párroco de la Iglesia Católica Maronita Nuestra Señora del Líbano va en procesión, bajo la lluvia, para dar la bienvenida a la reliquia de San Sharbel.

CORAL GABLES | El 22 de cada mes, alrededor de 20,000 peregrinos caminan en procesión desde la ermita donde vivió San Sharbel, atravesando las montañas del Líbano, al monasterio Annaya, donde fue enterrado � una evidencia de cómo el monje del siglo XIX sigue siendo un guía de santidad para los cristianos del Medio Oriente.

Con ese mismo espíritu reverente, alrededor de 1000 personas llegaron a la iglesia Maronita Nuestra Señora de Líbano, en Coral Way, en la tarde lluviosa del 6 de febrero para venerar su reliquia � un fragmento de hueso � que llego para una visita de 24 horas, parte de su recorrido por los Estados Unidos.

Protegiéndolo de la lluvia con sombrillas, el P. Elie Saade lleva la reliquia de San Sharbel en procesión, alrededor del estacionamiento de la Iglesia Católica Maronita Nuestra Señora del Líbano, donde los fieles la veneraron durante 24 horas, el 6 y 7 de febrero.

Fotógrafo: MONICA LAUZURIQUE | FC

Protegiéndolo de la lluvia con sombrillas, el P. Elie Saade lleva la reliquia de San Sharbel en procesión, alrededor del estacionamiento de la Iglesia Católica Maronita Nuestra Señora del Líbano, donde los fieles la veneraron durante 24 horas, el 6 y 7 de febrero.

Los feligreses desafiaron la lluvia para llevar la reliquia de San Sharbel, colocada en una urna especial, por el estacionamiento de la Iglesia Católica Maronita Nuestra Señora del Líbano.

Fotógrafo: MONICA LAUZURIQUE | FC

Los feligreses desafiaron la lluvia para llevar la reliquia de San Sharbel, colocada en una urna especial, por el estacionamiento de la Iglesia Católica Maronita Nuestra Señora del Líbano.

Los feligreses de Nuestra Señora del Líbano, dentro de la iglesia, reciben la reliquia de San Sharbel.

Fotógrafo: MONICA LAUZURIQUE | FC

Los feligreses de Nuestra Señora del Líbano, dentro de la iglesia, reciben la reliquia de San Sharbel.

El párroco de Nuestra Señora de Líbano, el P. Elie Saade, es el único sacerdote que sirve en los Estados Unidos de la orden libanesa Maronita de San Sharbel, quien organizó la visita de la reliquia a las cerca de 110 iglesias Maronitas libanesas en América.

“Puedo llamar a San Sharbel mi hermano. He vivido en su monasterio como  parte de mi educación y por eso es muy especial para mí”, dijo el P. Saade. “La vida de San Sharbel me recuerda la importancia de la oración y la meditación, incluso en mi ministerio como párroco. Me recuerda que la adoración eucarística es el alimento de nuestra alma que nos permite entrar en el mundo y compartir las Buenas Nuevas”.

El santo es un símbolo de esperanza en el país de 6,1 millones de personas, que es 40 por ciento cristiano, en medio del sufrimiento regional de cristianos y del derramamiento de sangre en la frontera con Siria.

"Incluso los musulmanes en el Líbano nos dicen tienen suerte por tener a  San Sharbel. Creo que sin San Sharbel no habrían cristianos en el Medio Oriente, especialmente, estoy hablando del Líbano", dijo el sacerdote políglota, que habla con fluidez español, inglés, francés y árabe.

"Nos da mucha fuerza y se ve el milagro que hace, milagros médicos y milagros de otros tipos, milagros que curan a las personas que están enfermas y cambian sus vidas", continuó el P. Saade.

"En el Líbano la asistencia a la iglesia entre los jóvenes es mucho más grande que la de las personas mayores, por lo que San Sharbel  atrae a los jóvenes", agregó, señalando que cada 22 de mes, "ya sea con nieve o lluvia, "más de 20,000 personas caminan las cuatro millas en procesión, desde la ermita de San Sharbel hasta el monasterio.

Una devoción similar se vio en Nuestra Señora del Líbano. Los feligreses desbordaron la iglesia, el vestíbulo y el estacionamiento por la celebración de la Misa en español y arameo. Después, el sacerdote recibió la reliquia y los feligreses lo llevaron en un relicario de madera por el perímetro del estacionamiento, pero su procesión fue interrumpida por la lluvia.

Luego, el relicario fue colocado en una mesa delante del altar, un espacio adornado con rosas rojas escarlata y crema y adornado con estatuas de San Sharbel y San Judas. Después se realizó una segunda Misa en inglés, árabe y arameo con música emotiva, incluyendo el Himno Tradicional Maronita Siríaco del hijo de Líbano.

En su homilía, el P. Saade dijo San Sharbel nació en 1823 y vivió una vida espiritual como ermitaño por 23 años, marcado por la oración, el silencio, el culto y el trabajo en el campo. Murió en 1898 cuando levantó la Eucaristía durante la Misa, del 24 de diciembre.

En 1925 se abrió su caso de canonización y su cuerpo fue encontrado incorrupto, después de eso la tumba fue sellada. En 1950 los monjes y los vecinos comenzaron a ver una luz brillante que salía de su tumba cada noche y se reportó que se les apareció a los superiores monásticos. Un comité oficial y médicos certificados abrieron la tumba y encontraron el cuerpo incorrupto y la presencia de agua y sangre.

Los milagros comenzaron a surgir y hoy hay una habitación en el monasterio lleno de cartas sobre curaciones, sillas de ruedas abandonadas y otras pertenencias de los peregrinos.

"Llevaron la sangre de la tumba a un laboratorio y encontraron que la sangre era la sangre de una persona viva", dijo el P. Saade. "Todo esto está documentado, no son rumores. El Papa Pablo VI lo declaró santo en 1977".

Los feligreses de Nuestra Señora del Líbano sostienen banderas libanesas, estadounidenses y del Vaticano mientras esperan que llegue la reliquia de San Sharbel.

Fotógrafo: MONICA LAUZURIQUE | FC

Los feligreses de Nuestra Señora del Líbano sostienen banderas libanesas, estadounidenses y del Vaticano mientras esperan que llegue la reliquia de San Sharbel.

El relicario con un fragmento de hueso de San Sharbel fue colocado en el altar de la Iglesia Católica Maronita Nuestra Señora del Líbano, donde los fieles lo veneraron por 24 horas, el 6 y 7 de febrero.

Fotógrafo: MONICA LAUZURIQUE | FC

El relicario con un fragmento de hueso de San Sharbel fue colocado en el altar de la Iglesia Católica Maronita Nuestra Señora del Líbano, donde los fieles lo veneraron por 24 horas, el 6 y 7 de febrero.

El sacerdote dijo que San Sharbel enseña la importancia de la obediencia, la humildad y la Eucaristía. Mientras que algunos cuestionan la vida monástica, dijo, el alma santa ha logrado "miles de sacerdotes en el mundo".

"Él viene a nosotros para decirnos que la forma en que vivió su vida, es el camino del sacrificio", dijo el P. Saade, también director de la radio maronita por internet Estrella del Oriente. "Él murió antes de terminar la Misa y yo la voy a terminar por él... si no recibimos la Eucaristía, si no venimos a la iglesia, no podemos ser cristianos".

Más tarde, la congregación vio una película en español sobre la vida del santo mientras comían hojas y croquetas de uva, en el salón parroquial, decorado con banderas libanesas.

Victoria Read ayudó a preparar la visita de la reliquia.

"Soy de la República Dominicana y hay una gran afluencia de libaneses en la República Dominicana", dijo. "Es una bendición tenerlo aquí. En uno de sus más recientes milagros en Arizona, curó a una mujer ciega, algo que acaba de ser reconocido por el Papa. Cuando mi abuelo estaba enfermo le recé mucho. Es muy milagroso", agregó.

William Barimo, cuyos padres eran de Alepo, Siria, visitó Líbano hace unos años y es consciente del sufrimiento en su devastada tierra ancestral, al igual que en el Líbano, ahora inundado de refugiados.

"En el Medio Oriente y en el Líbano y Siria... hay mucho sufrimiento a causa de la revuelta y la guerra. Muchos de mis familiares tuvieron que abandonar el lugar a causa de la persecución y los constantes enfrentamientos en Siria".

El libanés Nabil Salem, miembro fundador de los Caballeros de Colón Consejo San Sharbel, es devoto del santo desde los cinco años, cuando una piedra le golpeó la cabeza y casi muere. Después de la cirugía de emergencia su madre lo llevó al monasterio para rezar, lugar en donde experimentó la sanación.

"Los médicos dijeron que probablemente no pasaría los 18 años. Esta es la experiencia que he tenido con San Sharbel. Todavía estoy aquí", dijo Salem, que lleva una reliquia de tela en su billetera. "Tengo una gran devoción a San Sharbel. Hablar con él es como hablar con una persona real. Creo que me está protegiendo, así como también a las otras personas".

Grace Haddad, originaria de Venezuela, de padres libaneses, también afirmó su poder para inspirar.

"Muchos lo conocen por sus milagros, lo admiran. Yo lo amo porque es realmente un héroe. Cuando tienes a alguien que quieres ser como él, cuando sientes que tienes que pedirle algo a Jesús, se lo pides a través de él. Él realmente va a ayudar", dijo.

"Realmente nunca he visto tanta gente aquí", agregó, refiriéndose a la multitud que llegó para ver la reliquia del santo.

Las 450 familias de nuestra Señora de Líbano incluyen a los oriundos y la segunda y tercera generación de libaneses en los Estados Unidos y América Latina � junto con los que simplemente fueron atraídos por la liturgia oriental en arameo.

Ha sido un año nuevo activo para la parroquia, que también acaba de recibir a aproximadamente 4,500 personas por su 39�. Festival Libanés anual.

El P. Saade también anunció al final de la Misa que la iglesia ha encargado una estatua de seis pies de San Sharbel para ser esculpida en el Líbano, con la piedra del lugar. Será colocado en frente de la iglesia para conmemorar la visita.

“En dos meses esperamos tener la estatua más grande de San Sharbel en los Estados Unidos”, dijo el P. Saade.

Llevando una imagen de San Sharbel, los feligreses de Nuestra Señora del Líbano van en procesión bajo la lluvia, para dar la bienvenida a la reliquia del santo libanés.

Fotógrafo: MONICA LAUZURIQUE | FC

Llevando una imagen de San Sharbel, los feligreses de Nuestra Señora del Líbano van en procesión bajo la lluvia, para dar la bienvenida a la reliquia del santo libanés.


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