By Archbishop Thomas Wenski - The Archdiocese of Miami
El Papa Benedicto XVI, sin duda, ha sorprendido a todo el mundo este mes, al anunciar que renunciar� como Papa el 28 de febrero. Incluso los m�s cercanos conocedores del Vaticano no estaban al tanto de su decisi�n, a juzgar por los comentarios de los cardenales que escucharon el anuncio, hecho en persona el 11 de febrero.Aunque quiz�s es sorprendente escuchar que un Papa va a renunciar, el Papa Benedicto XVI no ser�, ciertamente, el primer papa que lo haga. Y tal vez esto no deber�a haber sido demasiado sorprendente. Cuando todav�a era el cardenal Joseph Ratzinger, se�al� en varias ocasiones que sus intenciones eran las de retirarse al concluir el papado de Juan Pablo II. De modo que el cardenal Ratizinger no entr� al c�nclave esperando ser elegido Papa; de hecho, hab�a llegado m�s all� de la edad en que los obispos est�n obligados a presentar su renuncia. Cuando sus compa�eros cardenales lo eligieron, lo acept� como la voluntad de Dios, y dijo que iba a servir hasta que Dios le diera fuerzas para hacerlo.
Durante sus siete a�os como Papa, ha mantenido un programa de trabajo que cansar�a a un hombre joven. A los 85 a�o es, obviamente, mucho m�s fr�gil de lo que era en el momento de su elecci�n --algo que yo y otros obispos de Estados Unidos notamos durante nuestra visita ad limina a Roma, en mayo del a�o pasado. Los viajes, especialmente los viajes transatl�nticos, no son f�ciles para un hombre de su edad, y sus m�dicos le han aconsejado que no siga viajando. En su visita a M�xico y Cuba, hace casi un a�o, se le program� mucho �tiempo de inactividad� para ayudarle a recuperarse de la fatiga propia del viaje en avi�n, con su alteraci�n del horario.
Al parecer, el Papa ha estado considerando su decisi�n durante cierto tiempo. Algunos incluso se�alaron que, en 2009, visit� la tumba del papa Celestino V, que tal vez haya sido quien sent� el precedente de que un Papa puede retirarse (1294). Al parecer �y me dicen que una foto de esto ha estado circulando por Facebook�, el Papa Benedicto XVI puso su palio� el s�mbolo de su autoridad como arzobispo metropolitano de Roma� sobre la tumba de Celestino.
El Papa Benedicto XVI, al tomar esta decisi�n �por el bien de la Iglesia�, nos ha dado un gran ejemplo de humildad �incluso considerando que el Beato Juan Pablo II demostr� una gran humildad al llevar el peso del papado, a pesar de los achaques que padeci� en sus �ltimos a�os. Ambos disfrutaron de una larga amistad que data de la �poca del Concilio Vaticano II, aunque cada uno ten�a distintas personalidades: Juan Pablo era m�s bien un hombre extrovertido, y Benito es un introvertido.
Tal como el propio Papa Benedicto se�al� al anunciar su renuncia, hay un solo Pastor Supremo: Jesucristo. Los papas de la Iglesia universal y los obispos en sus di�cesis, son solo sus vicarios. Reconociendo las limitaciones que la salud y la edad le impusieron, el Papa Benedicto XVI ha dado el tradicional �aviso de dos semanas�, por as� decirlo. Muy poco antes del inicio de la Cuaresma, hay tiempo suficiente, creo, para que los cardenales se re�nan, celebren un c�nclave y elijan a un nuevo Vicario de Cristo, a tiempo para celebrar la Semana Santa y la Cuaresma.
En Deus Caritas Est, el Papa Benedicto XVI escribi�: �Hay momentos en que el exceso de necesidades y nuestras propias limitaciones nos podr�an tentar al desaliento. Pero, precisamente entonces, nos alivia el saber que, al final, somos s�lo instrumentos en las manos del Se�or; y este conocimiento nos libera de la presunci�n de pensar que s�lo nosotros somos personalmente responsables de construir un mundo mejor. Con toda humildad haremos lo que podamos, y con toda humildad, confiaremos el resto al Se�or. Dios es quien gobierna el mundo, no nosotros. Nosotros le ofrecemos nuestro servicio s�lo en la medida en que podamos, y por el tiempo que �l nos d� fuerzas para ello. Hacer todo lo que podamos con las capacidades que tengamos, sin embargo, es la tarea que mantiene siempre activo al buen siervo de Jesucristo: �El amor de Cristo nos apremia�� (2 Cor 5:14).
Damos gracias a Dios por el don de este buen siervo de Jesucristo, el Papa Benedicto XVI. Oramos para que el Esp�ritu Santo gu�e a los cardenales al elegir al nuevo Papa, para que �ste sea un �instrumento en las manos del Se�or� cuando se calce las sandalias del Pescador.