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La Semana Nacional de las Vocaciones se celebra del 6 al 12 de noviembre en los EE.UU. Este blog es una adaptación del mensaje de presentación del Padre Biju Vells a sus feligreses de la iglesia de St. Pius X, en Fort Lauderdale.

Mi jornada hacia el sacerdocio ha sido nada menos que una montaña rusa. Siempre que dedicamos nuestras vidas a un gran llamado como este, enfrentamos retos y obstáculos. Cuando estaba en la escuela secundaria, un ministro juvenil me dijo: "Si das tu vida al Señor, espera que tu vida sea una aventura, llena de altibajos". Pero a través de la fe y la oración, Dios nos lleva por el camino que debemos seguir.

Nací con un problema congénito llamado espina bífida. Los médicos les informaron a mis padres que nunca caminaría, ni que viviría más de 20 años. Debido a esto, cuando tenía 3 años de edad ya había sufrido múltiples cirugías en ambas piernas. Por eso camino con un paso diferente. En mis primeros años de escuela, a menudo era objeto de burlas y acoso. Esto me afectó emocionalmente durante muchos años. Con el paso del tiempo, siempre llevaba esta esperanza dentro de mí de que las cosas mejorarían. Hoy soy testigo de sus palabras en el Salmo 118, 23: "Esta ha sido la obra de Yahveh, una maravilla a nuestros ojos".

Mi familia tuvo una gran influencia en mi camino a la vida sacerdotal. El compromiso fiel de mis padres al Señor, expresado a través de la participación en la misa y el rezo de oraciones diarias, me llevó a emular a una vida de oración. Incluso ahora puedo recordar mi madre cuando oraba con mis hermanos y conmigo todas las noches antes de dormir.

Comencé a pensar en ser sacerdote desde que tenía 10 años de edad. La idea continuó mientras estaba en la escuela secundaria, que fue donde empecé a entender más sobre el Señor.

Me gustaría decir que seguí al Señor de todo corazón. Pero la verdad es que a pesar de que sentía un fuerte llamado a la vida sacerdotal, en mi vida tenía muchísimas influencias mundanas. La escuela secundaria es una época de popularidad, de moda y de ser “cool”. Yo no era la excepción. Copiaba todo lo que hacían mis amigos. Sin embargo, al final me di cuenta de que me sentía insatisfecho.

Durante mis años de escuela secundaria, solía visitar el Santísimo Sacramento en la capilla de mi parroquia. No era por una devoción personal, sino por cumplir una promesa que le hice a mi madre. Por lo general, entraba, chequeaba mi reloj, y salía después de cinco minutos. Esa fue mi rutina durante un año.

Durante mis visitas me daba cuenta de que había un hombre, un poco mayor que yo, que se sentaba en la parte posterior de la capilla. Él siempre oraba y leía la Biblia. Su rostro transmitía mucha paz. Yo deseaba experimentar una paz similar. Pronto comencé a permanecer más tiempo en la capilla sólo para ver a ese hombre.

Por fin me armé de valor para hablar con él. En nuestra conversación, mencionó que consideraba la posibilidad de ser sacerdote. Ese fue un momento decisivo para mí. Después de la conversación, sentí que tal vez yo también podría ser sacerdote. Aquel hombre no hizo ni dijo algo en particular, pero yo quería sentir la presencia de Dios tan evidente en su interior.

Hubo otro incidente que también tuvo gran influencia en mi vida. Un amigo mío iba a la Tierra Santa y llevaría intenciones de oración. Le di mi oración: "Quiero que a mi vida llegue alguien que me traiga paz y felicidad". Al pedirla, estaba pensando en una novia. Sin embargo, el Señor sabía exactamente lo que cumpliría mis deseos.

Un mes después, asistí a una misión parroquial con un grupo de jóvenes. Durante la adoración, el sacerdote procesionó con el Santísimo Sacramento y lo colocó sobre el altar. Entonces invitó a todos los jóvenes a que se acercaran. De repente sentí un gran deseo de ir ante la Eucaristía. Mientras me acercaba, mi cuerpo se debilitó y caí de rodillas. Sentí al Señor en mi corazón, y por primera vez me di cuenta de lo que estaba llamado a hacer con mi vida.

Después de graduarme de la escuela secundaria, asistí al seminario de St. John Vianney en Miami durante dos años. Pude descubrir la belleza y la riqueza que ofrecía la Iglesia. Me di cuenta de la importancia de ser un hombre de oración. Disfruté mi tiempo en St. John Vianney. Sin embargo, después de dos años decidí que no era el momento correcto para continuar en el seminario. Todavía era joven y me sentí un poco fuera de lugar.

Me trasladé a Florida International University y obtuve una licenciatura en trabajo social. Después de graduarme, entré en la orden franciscana conventual, en Texas, y comencé a estudiar para ser sacerdote. Pero después de permanecer con los franciscanos por un año, sentí que mi vocación era trabajar con la gente.

Elegí hacer una maestría en trabajo social en Miami. Quería obtener el grado porque sentía que me ayudaría a entender mejor el sufrimiento humano en el mundo. Me convertí en trabajador médico-social, y disfrutaba casi todo de mi trabajo al ayudar a los que estaban enfermos y pobres. Después que salí de la orden franciscana, pensé que Dios me llamaba a llevar una vida de soltero. En realidad, nunca me sentí verdaderamente satisfecho con lo que hacía; siempre sentía el deseo de hacer algo más profundo.

Un día, mientras hacía mi trabajo social en un hospital de Miami, estaba en la habitación de un paciente. El capellán también estaba allí para darle la comunión. Mientras el capellán levantaba la Eucaristía, podía oír en mi corazón que el Señor me hablaba: "Lo que haces es bueno, pero lo que tengo para ti es algo mejor". Entonces supe que no podía continuar como trabajador social. Me di cuenta de que Dios me llamaba a ser sacerdote diocesano.

Hoy en esta, mi verdadera vocación, estoy en contacto diario con personas en diferentes etapas de sus vidas. Encuentro padres que se preparan para traer una vida a este mundo. Encuentro personas al final de su jornada en la vida. Siento que no pude haber elegido un mejor vocación. El sacerdocio es como Dios me llamó a su santidad y me hace sentir tan feliz y tan satisfecho. El Señor dice en Juan 10:10 que Él vino para que tengamos vida y la tengamos en abundancia. Esto es lo que disfruto en la actualidad.

Comments from readers

Betty Twyman - 11/13/2016 01:29 PM
Thank you for sharing. I am glad you found your calling. How wonderful.
Sara Hodgetts - 11/08/2016 12:30 PM
Dear Fr.Biju; Thank you for your beautiful story and message. May God bless you and continue guiding you always.
KATHY KWOK - 11/08/2016 11:03 AM
God is great! What beautiful testimony, Fr. Biju!
Irene Tomonto - 11/07/2016 03:14 PM
Dear Fr. Biju, As a parishioner of St. Louis, I have watched you through the years as an altar server, a young adult and most recently as our Parochial Vicar. Thank you for sharing your journey in faith. May the Lord continue to bless your service to Him.
Jan Rush - 11/07/2016 01:59 PM
Thank you, Father Biju, for this wonderful testimony about finding your vocation. I am blessed to be one of your flock at St. Pius and I truly appreciate your reverence while offering Mass and your faithfulness to the teachings of the Church. May you continue to be blessed in your priesthood. Thank you for answering our Lord's call in your life.
Deacon Tom Hanlon - 11/07/2016 01:43 PM
Fr. Biju, Great reflection. Even though I have heard your story before it is a witness that still gives me hope for others who have the vocation but have not answered the call. I was proud to serve you when you were at St Louis and maybe one day I will serve you again. Jesus Christ is risen. Deacon Tom Hanlon
Maria M Monch - 11/07/2016 01:34 PM
Beautiful and uplifting!! GOD Bless you!
Zoraida Perez - 11/07/2016 01:11 PM
Gracias Padre Biju por compartir tan linda historia de su vocacion sacerdotal. Es muy importante que los jovenes escuchen de parte de ustedes los sacerdotes que la vida religiosa es una opcion de vida. Como madre de tres yo siempre les hablo de que escuchen el llamado de Dios para que encuentren su verdadera vocacion en la vida. Muchas veces noostros los padres de familia, con las mejores intenciones, le hablamos a nuestros hijos de estudiar carreras monetariamente excitosas pensando que eso les traera felicidad a sus vidas. La verdadera felicdad se encuentra en hacer con amor dia a dia lo que Dios tiene preparado para ti y para eso hay que saber escuchar la voz de Dios! Dios le siga bendiciendo!
Zoraida - 11/07/2016 01:02 PM
Thank you for sharing with us your vocation story. Yesterday at Mass our priest also shared his. It is so important that our children know that what brings you happiness in life, is to follow your vocation. God bless you fr Biju. Zoraida From Coral Springs

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