Que la estrella de la Navidad contin�e brillando
Monday, December 30, 2013
Father Manny Alvarez
Hace un par de años, visité una tienda de Macy’s el 27 de diciembre y no quedaba rastro de la Navidad. El año pasado, cuando visité a mis padres por un par de días, vi árboles de Navidad desechados a orillas de la carretera para que los recogiera el camión de la basura el 26 de diciembre.
No entiendo. ¿Por qué el mundo busca deshacerse de la Navidad tan rápido? ¿Por qué debemos dejar atrás esta celebración gloriosa, como si fuera algo que tuviéramos que hacer y estuviéramos agradecidos de que al fin concluyera?
En la Iglesia, la temporada de la Navidad continúa hasta la semana siguiente, cuando celebramos el Bautismo del Señor; por eso verán las decoraciones aunque el mundo haya continuado su camino. Pero antes de eso, celebramos la fiesta de la Epifanía, cuando Cristo es revelado a todas las naciones.
En el Evangelio de la Epifanía, tres hombres de oriente llegan buscando al rey de los judíos recién nacido. Los extranjeros llegan buscando a Jesús, mientras que su propia gente fracasa en reconocerlo. Allí estaban todas las señales: la estrella, las palabras en las Escrituras, su anhelo por un mesías. Jesús estaba en medio de ellos, pero hasta los propios sacerdotes del rey y los escribas fracasaron en darse cuenta de lo que tres extranjeros reconocieron.
La belleza de este día – y de toda la temporada Navideña – es que nos maravillamos y rendimos homenaje a este niño Dios que nació por nosotros. Como los Magos, nos regocijamos al ver la estrella, y nos postramos ante la presencia del rey recién nacido, que brilla más que cualquier estrella. Pero el mundo busca esconder esa estrella u opacar su luz.
La fiesta de la Epifanía es un recordatorio de que la luz de nuestra fe debe brillar como lo hizo aquella estrella sobre Belén. Esta luz debe estar en el corazón de cada cristiano, de manera que el espíritu de la Navidad no se desvanezca al regresar a la escuela o, como lo llama la Iglesia, al “tiempo ordinario”.
El mundo dejará atrás la Navidad. Como cristianos, nosotros no debemos.
Por lo tanto, de esto se trata mientras continuamos nuestra celebración navideña: ¿Seremos como Herodes y sus sacerdotes, que fracasan en ver la belleza de la presencia de Cristo entre ellos? ¿O seremos como los Magos, y reconoceremos a Jesús en medio nuestro, buscándole y compartiendo su luz?
Comments from readers
Thank you for this much needed observation. Our society tends to turn Christmas into a parody of sorts whereby Advent is not understood as a penitential season of preparation but a time of intense discount hunting and shopping spree; Christmas is regarded as a single-day event of gift-trading under the auspices of the jolly Santa promptly to be replaced by �Valentine's� - devoid of any religious significance, whereupon Lent is ignored or treated as a time for Carnivals to be followed by the sudden appearance of the Easter Bunny. I wish our parishes would resist these trends, perhaps by giving greater allowance to liturgical austerity and silence during Advent and Lent.
Por ello nosotros en Radio Paz y nuestra conferencia de San Vicente de Paul entregamops juguetes el Dia de los Tres Reyes Magos, porque no estamos de acuerdo con ese mu�eco barrig�n que llaman Santa Claus, el verdadero santo fue San Nicolas y regalaba los jugutes que el mismo hacia a los hijos de sus parroquianos en su iglesia. Lo otro no es mas que la creaci�n de los negociantes para llenar sus bolsillos, olvidandose de los necesitados y de los que nada tienen.
Thank you for your article. It is very easy to discard the Christmas tree and put the house in order, but this is a good reminder that we are still celebrating the birth of Christ until his Baptism. Great example to give to our children, and to continue the celebration to share the light.