La opci�n de la adopci�n
Monday, November 15, 2010
Angelique Ruhi-Lopez
Cuando era joven, recuerdo haber visto una calcomanÃa con una frase muy ingeniosa: “Adopción: La opción del amorâ€. Siempre pensé que adoptar un niño era una causa grande y noble, pero no pensaba que era para mÃ. Eso cambió cuando mi esposo y yo nos sentimos llamados a adoptar a nuestro primer hijo de Vietnam, en abril de 2007. Pasar por el proceso de adopción, convertirme en madre y conocer a mi hijo, me llenó de un amor que no habÃa conocido. En mi mente, no habÃa dudas de que, en efecto, la adopción sà era para mÃ, para mi familia.
Noviembre es el Mes Nacional de la Adopción, una época para crear conciencia sobre los aproximadamente 18.5 millones de huérfanos en el mundo, muchos de los cuales esperan ser adoptados, y necesitan familias amorosas y permanentes. En 2009, los norteamericanos adoptaron más de 100,000 niños en el paÃs, y cerca de 11,000 niños de otras naciones, de acuerdo con el Sistema de Información y Análisis sobre la Adopción y la Crianza Supervisada, del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos.
Aunque eso es algo positivo, cada año es mayor el número de niños disponibles para la adopción, que los que son adoptados. En 2009, las cortes de los EE.UU. pusieron fin a la patria potestad de los padres de 69,947 niños; de éstos, sólo 57,466 fueron adoptados. A menudo, los niños esperan tres años o más para ser adoptados; son colocados tres veces o más en hogares de crianza supervisada; y en ocasiones, son separados de sus hermanos.
De acuerdo con el National Adoption Attitudes Survey (Estudio Nacional Sobre las Actitudes Ante la Adopción), aproximadamente 40 por ciento de los adultos norteamericanos – 81.5 millones de personas – han considerado adoptar un niño. Si de ellos, sólo uno en 500 adoptara, cada niño que se encuentra en el sistema de crianza supervisada tendrÃa una familia permanente.
A menudo, la gente no considera la adopción debido al costo, una inquietud normal, especialmente en esta economÃa. Sin embargo, adoptar un niño del sistema de crianza supervisada es algo asequible. La mayorÃa de las agencias de bienestar infantil cubre gran parte de los costos y ofrecen subsidios después de la adopción, tales como la matrÃcula en la universidad. Miles de empresas ofrecen reembolsos y licencias con sueldo para los empleados que adoptan, y existen créditos fiscales a nivel federal y estatal para la mayorÃa de las familias.
No todo el mundo está llamado a adoptar, pero cualquier persona puede hacer algo para ayudar a los huérfanos del mundo, al recordar que nosotros también somos los hijos adoptivos de Dios:
- Infórmese. Hay muchos mitos sobre la adopción, y como católicos que promovemos la dignidad de toda la vida humana, es nuestro deber obtener la información correcta.
- Cuente la adopción entre los temas fundamentales de la vida que apoyamos como católicos. En ocasiones, sólo nos concentramos en decir no al aborto, algo de importancia incuestionable. Pero, ¿cómo apoyamos a quienes escogen la vida a través de la adopción?
- Apoye a las familias que desean adoptar, aunque aún no tengan niños o estén buscando que sus familias crezcan. La adopción puede ser un proceso largo y emocional. Pregúnteles cómo puede ayudarles.
- Establezca ministerios de apoyo a la adopción, como el ministerio Elizabeth.
- Ofrezca su apoyo económico a las causas de la adopción. Muchas familias quisieran adoptar, pero no pueden hacerlo. Hay organizaciones y fundaciones que ofrecen subvenciones a las familias que buscan adoptar, y necesitan donativos para continuar realizando su buen trabajo.
- Cree conciencia. Hacer la simple pregunta, “¿Ha considerado la adopción?†puede ofrecer una posibilidad a las parejas que quizás nunca consideraron la adopción, o a las mujeres que, de repente, se encuentran embarazadas e inseguras sobre qué hacer. Los sacerdotes, consejeros y directores espirituales que se reúnen con parejas confundidas por los numerosos tratamientos contra la infertilidad que les presentó la ciencia, también deben motivarles a considerar la adopción.
- Ore por los niños que anhelan familias amorosas, por las familias que anhelan niños, y por las mujeres que, con amor y sacrificio, entregan sus niños para que tengan una vida mejor que la que ellas pueden ofrecerles.
Como católicos, nuestra voz profética puede demostrar que la opción por la adopción es más que un lema y, definitivamente, no es inferior. Es realmente una opción de amor.
Comments from readers
Bishop Estevez's comment brings to light the fact that there is indeed a lot of support to be found within the Church's culture of life for all those involved in adoption. Though our local Catholic Charities is no longer an adoption provider, I encourage everyone to not be afraid to do their part to support families who are adopting and those who are giving up their biological child for adoption.
Felipe J. Estevez
Auxiliary Bishop of Miami
Lesley: Thank you for sharing your daughter's adoption experience. I wish more people knew and understood the joy that comes from adopting a child. I agree - the blessing is indeed ours.