By Tom Tracy - Florida Catholic
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Alejandro del Calvo es coordinador clínico del Centro St. Luke de las Caridades Católicas, de Miami. St. Luke ofrece servicios especializados de tratamiento y recuperación de adicciones para adultos evidentemente con adicciones al alcohol o a las drogas, que puedan tener un diagnóstico de enfermedad mental pre existente.
MIAMI | Aunque no habrá una celebración de gala o un evento especial que conmemore los 85 años de existencia de la agencia Caridades Católicas en el Sur de La Florida —como lo hubo hace 10 años, durante el jubileo de diamante de la agencia— los logros de este año traen mucho para celebrar.
Como una organización sin fines de lucro enfocada en servir a los pobres, a los marginados y a los más necesitados en los condados de Monroe, Broward y Miami-Dade, la agencia Caridades Católicas de la Arquidiócesis de Miami incluye ahora 12 programas de servicios sociales, con 350 empleados y un presupuesto operativo total de casi $10 millones más que hace una década.
Caridades Católicas tiene su origen como agencia aquí, mucho antes de que la Arquidiócesis de Miami fuera establecida formalmente, después del gran huracán que azotó a Miami en 1926, y de la Gran Depresión —dos factores que frenaron el auge económico que estaba en marcha en la región.
La agencia comenzó en 1931 con cuatro sacerdotes de Miami y algunos miembros laicos de la Sociedad San Vicente de Paúl. Hoy en día, es uno de los mayores proveedores no gubernamentales de servicios a los necesitados del Sur de La Florida, llevando a cabo la misión milenaria de la Iglesia, que se remonta a Jesús y sus apóstoles.
“En los últimos años ha habido un crecimiento constante de los programas, de $26 millones a $31 millones”, dijo el diácono Richard Turcotte, director ejecutivo de Caridades Católicas. El resultado es un mayor grado de autosuficiencia, longevidad y servicio fiel a la Iglesia, y a los necesitados del Sur de La Florida, dijo el diácono.
“El saldo de todo esto es que Caridades Católicas es la Iglesia presente en las comunidades (de una manera diferente), diferente de las funciones litúrgicas y educativas de la Arquidiócesis. Somos el brazo visible de la caridad y el amor en la comunidad del Sur de La Florida”, dijo el diácono Turcotte.
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Bajo el liderazgo de Mons. Bryan O. Walsh, (centro), Caridades Católicas coordinó el esfuerzo de recibir y albergar en los Estados Unidos a más de 14,000 menores sin acompañantes de Cuba, en los años sesenta. La agencia continúa acogiendo a menores sin acompañantes y refugiados.
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Armani, de cinco años, vivía temporalmente en el Centro New Life Family, una residencia de estilo motel, patrocinada por las Caridades Católicas, que proporciona un ambiente seguro para 15 familias mientras se recuperan. Los niños son el foco central de la Nueva Vida.
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Janet Nichols, directora regional de Vivienda y Servicios para las personas sin Hogar de las Caridades Católicas, de la Arquidiócesis de Miami, habla con algunos clientes del Centro New Life Family, una residencia de estilo motel, patrocinada por las Caridades Católicas, que proporciona un ambiente seguro para 15 familias, mientras se recomponen. Los niños son el foco central de New life.
A principios de la década de 1970, cuando se llamaba Oficina de Servicios Católicos, el personal solía referirse a Caridades Católicas como el “Pentágono”, el centro neurálgico del bienestar y las actividades caritativas de la Iglesia en el Sur de La Florida. Solía incluir partes de Palm Beach y Naples, lo que antes se conocía como “el lado del Golfo de la Arquidiócesis”.
Algunos de los aspectos históricos más destacados durante los años incluyen:
- Poner en funcionamiento hogares para madres solteras y niños adoptivos en las décadas de 1940 y 50.
- Proporcionar alimentos, ropa y refugio a los inmigrantes cubanos, incluyendo a los niños sin acompañantes, en la década de 1960.
- Proporcionar tratamiento a drogadictos y alojamiento a adolescentes fugitivos en los años de 1970.
- Creación de guarderías para niños de bajos ingresos y centros de nutrición para ancianos en los años de 1980.
- Atender a las personas que morían de VIH / SIDA y alojar a mujeres y niños sin hogar en los años de 1990.
- Llevar ayuda a las comunidades devastadas por huracanes en La Florida y el Caribe.
- Ayudar al pueblo de Haití tras el devastador terremoto del 2010 y otras catástrofes meteorológicas.
Ayuda a las familias
Podría decirse que Caridades Católicas sigue centrándose fuertemente en ayudar a las familias de la comunidad; el mayor componente de la programación y los recursos se canaliza hacia los jóvenes de la comunidad en cooperación con el programa Head Start de La Florida.
Los seis centros de desarrollo infantil de Caridades Católicas asisten a 1,200 menores de pre-kindergarten en el Condado de Miami-Dade, estudiantes que se preparan para entrar al kindergarten y que viven en situaciones familiares inseguras. A través del programa Head Start, estos niños tienen acceso a exámenes y otras medidas de apoyo para asegurar sus posibilidades de éxito.
“No se trata sólo de prepararlos para el kindergarten, sino de preparar a las familias y ayudarlas a superar la pobreza, la inseguridad alimentaria, los problemas de salud, las discapacidades: nuestro programa es holístico”, y prepara a los estudiantes jóvenes para el futuro, tanto en la educación pública como privada, dijo el diácono Turcotte.
El segundo mayor conjunto de los servicios de Caridades Católicas consiste en ayudar a los refugiados en tres amplias categorías: inmigrantes cubanos y haitianos recién llegados; menores refugiados sin acompañantes que entraron legalmente a los Estados Unidos y que en su mayoría viven en hogares de acogida; y menores sin acompañantes que ingresaron a los Estados Unidos sin ningún tutor legal o familiar, y que reciben una serie de apoyos mientras se determina su estatus migratorio.
Los programas para personas sin hogar ni vivienda en toda la Arquidiócesis constituyen el tercer gran grupo de servicios de Caridades Católicas en el 2016, y dicho programa está en sintonía con el enfoque de “vivienda en primer lugar” del gobierno federal, que provee viviendas antes de tratar situaciones y problemas secundarios.
El Centro Familiar New Life, en el centro de Miami, es un ejemplo de esto. Caridades Católicas también participa significativamente en la crisis de las personas sin hogar en Key West, donde el ingreso promedio y el costo de vida están significativamente desajustados entre sí. Key West es la quinta ciudad en más alta disparidad de ingresos en los Estados Unidos.
Asesoramiento
Por último, los servicios relacionados con el abuso de sustancias tóxicas —incluyendo el Centro St. Luke, en Miami—, el asesoramiento general y la programación relacionada con la tercera edad, comprenden el cuarto gran conjunto de servicios de Caridades Católicas en la Arquidiócesis. Otras prioridades de alto perfil, como la crisis de inmigración, han surgido a través de los años, pero los servicios de asesoramiento están recibiendo un nuevo impulso.
“Hemos reiniciado nuevamente nuestros servicios de asesoramiento, y hemos podido dotarlos de fondos como resultado de la dotación Vision 2000”, dijo el diácono Turcotte, refiriéndose a una campaña de recaudación de la Arquidiócesis llevada a cabo durante el milenio.
“Ahora tienen tres consejeros a tiempo completo en los condados de Miami-Dade y Broward. Están ocupados y tienen listas de espera”, agregó, señalando que otro servicio tradicional de Caridades Católicas está a punto de reanudarse. “Para la primavera del próximo año, también esperamos reiniciar nuestros servicios de adopción, que también serán dotados de fondos permanentes”, dijo.
Los programas ayudarán a las madres de la comunidad que no planean quedarse con sus hijos a encontrar familias adoptivas adecuadas, de acuerdo con los principios de la Iglesia.
Volver a las raíces
“El asesoramiento y la adopción pusieron a Caridades Católicas en el mapa en términos de abordar la pobreza y las cuestiones relativas a las familias. Empezamos con el asesoramiento, las adopciones y los servicios financieros a los pobres”, dijo el diácono Turcotte.
Hoy en día, Caridades Católicas se enfrenta a la diversidad única de la región del Sur de La Florida, así como el tamaño y el alcance de la brecha de riqueza-pobreza, que aquí se siente profundamente.
“Vemos mucha inseguridad en cuanto a la alimentación, e inseguridad entre quienes reciben el salario mínimo, y entre las personas que no están cubiertas por un seguro médico”, dijo el diácono Turcotte. “Estos desafíos no son necesariamente únicos, pero se manifiestan en cifras mayores en estos tres condados”.
Generosos donantes católicos y fundaciones locales han ayudado a hacer posible el trabajo de Caridades Católicas, a medida que la agencia avanza hacia sus próximos hitos de 95 y 100 años de servicio. Unos $125,000 en donaciones anuales y un millón de dólares en fideicomisos, legados y fundaciones que actualmente respaldan la obra de la agencia.
“De lo que estoy más orgulloso como agencia es de nuestra capacidad de responder a las necesidades de la comunidad de una manera muy eficiente y consciente”, dijo el diácono Turcotte.
“Podemos ver las tendencias y los cambios en la comunidad y adaptar nuestra financiación y programas”, explicó.
“No estamos encerrados en las mismas formas antiguas de hacer las cosas una y otra vez. El futuro de los servicios sociales está cambiando rápidamente, por lo que, teniendo en cuenta esta característica, como agencia nos posiciona bien para el futuro”, agregó.
Sobre todo, dijo, la agencia sigue siendo fiel a su lema: “Servimos a la gente no porque sean católicos: servimos a la gente porque somos católicos, y eso es lo que estamos llamados a ser, en términos de servir a nuestros hermanos necesitados”.
Ana Rodríguez-Soto contribuyó a este artículo.
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