By Ana Rodriguez Soto - The Archdiocese of Miami
MIAMI | Las estadísticas presentan una historia triste sobre el matrimonio en los Estados Unidos: la cohabitación va en aumento, y las bodas en la Iglesia, en descenso. Las probabilidades de divorcio, se mantienen constantes entre 40 y 50 por ciento.
Y lo que ocurre en el resto del país, ocurre en el Sur de La Florida. El número de bodas realizadas en las iglesias arquidiocesanas disminuyó de 4,208 en 1972 a 1,883 el año pasado en más de 100 parroquias en los condados de Miami-Dade, Broward y Monroe.
Es reflejo de una tendencia en los EE.UU. que de 1970 a 2010 vio descender más del 50 por ciento el porcentaje de personas que están legalmente casadas, mientras que el número de parejas que cohabitan era 17 veces mayor en 2010, comparado con 1960.
Las cifras, que aparecen en el informe del Proyecto Nacional del Matrimonio titulado “State of Our Unions: Marriage in America” (El Estado de Nuestras Uniones: El Matrimonio en los Estados Unidos) que comprende los años 2011 y 2012, ni siquiera abordan los desafíos de fe que presenta en estos días la población en edad de casarse.
Fotógrafo: FILE PHOTO
Kari y Stephen Colella. Ella es directora ejecutiva de Annunciation Ministries; él es director de la Secretaría para la Vida Parroquial de la Arquidiócesis de Miami.
Según una encuesta de 2015 del Centro de Investigación Pew, sólo el 30 por ciento de los católicos de 18 a 29 años asisten semanalmente a la M isa. En una encuesta de 2008, Pew encontró que el 40 por ciento de los católicos entre las edades de 18-29 no creía que Dios es una persona con la que es posible tener una relación personal.
Para abordar estas inquietudes, la Arquidiócesis de Miami revisó el estado del matrimonio católico aquí, un proyecto realizado durante la mayor parte del año pasado en respuesta al segundo sínodo arquidiocesano (2012-2014). El objetivo, según el Arzobispo Thomas Wenski, es “fortalecer la vocación del matrimonio”, porque los matrimonios fuertes son buenos para las familias y la sociedad en general.
Las nuevas pautas para el matrimonio en las iglesias del Sur de La Florida fueron presentadas a los sacerdotes arquidiocesanos en su convocatoria de septiembre. Es la primera vez en más de dos décadas que se actualizan las pautas de la Arquidiócesis para el matrimonio. Entre los cambios:
- La recomendación de un período de preparación de nueve meses, en lugar de seis meses, para las parejas comprometidas, comenzando con la reunión con el sacerdote en su parroquia.
- La adopción de Fully Engaged como cuestionario prematrimonial.
- La adopción de Transformedin Love (para angloparlantes) y Camino (para hispanohablantes) como los únicos programas de preparación en grupo aprobados para parejas comprometidas.
- El requisito de que las parejas asistan a un curso de Planificación Familiar Natural, ya sea en persona, en vivo por internet, o en línea a su propio ritmo. Este es el método aprobado por la Iglesia para discernir y planificar su familia, y conlleva al menos tres clases durante un período de tres meses.
- Se añaden entrevistas con el párroco o sacerdote en momentos específicos durante el proceso de preparación.
- Se hace un nuevo énfasis en establecer una conexión parroquial y fomentar el enriquecimiento posmatrimonial para que la pareja pueda permanecer activa en la comunidad de fe después de la boda.
Los sacerdotes y la Fe
Los últimos dos son realmente la diferencia principal, indicó Stephen Colella, director de la Secretaría para la Vida Parroquial en la Arquidiócesis y copresidente del Equipo de Trabajo para la Preparación Matrimonial delegado por el Arzobispo Wenski. Su esposa, Kari Colella, directora ejecutiva de Annunciation Ministries, sirvió como copresidenta. Antes de mudarse a Miami, los Colella trabajaron para la Arquidiócesis de Boston, donde ayudaron a desarrollar Transformed in Love.
“El matrimonio es un gran punto de partida para la evangelización, y por eso queremos convertir esto en un proceso minucioso y acogedor”, que conecte a las parejas con la parroquia y fomente su capacitación en la Fe, dijo.
La relación con el sacerdote es clave para lograrlo. Al conocer a la pareja, puede ajustar el proceso para relacionarlo mejor con sus vidas. Pero serán los laicos – las parejas consejeras – quienes realizarán la preparación: administrar el inventario de Fully Engaged y hablar con la pareja sobre ello; organizar los fines de semana de Transformed in Love o Camino; y enseñar la planificación familiar natural.
“Es una manera nueva de realizarlo, de ver la preparación matrimonial como una oportunidad para fortalecer su relación con la Iglesia”, dijo Kari. En lugar de ver la preparación matrimonial como saltos a través de una serie de obstáculos, ella utiliza la analogía de un viaje en tren, con el sacerdote a bordo en la primera parada, registrándose en las paradas de preparación a lo largo del camino, e invitando a la pareja a permanecer a bordo después de la ceremonia.
“Queremos que los sacerdotes les digan: ‘Oigan, esto no ha terminado’”, indicó su esposo. “Se trata de construir relaciones y aprovechar la oportunidad”, añadió Kari. Señaló que las personas en el ministerio pasan innumerables horas tratando de encontrar la manera de que otros vayan a la iglesia. Sin embargo, cuando las parejas comprometidas se presentan, no se sienten bien recibidas.
“Hay que decirles: ‘Qué bueno que están aquí. Permítanme ayudarles a prepararse para su boda, para que permanezcan casados’”, continuó Stephen.
Parejas más felices
En su presentación a los sacerdotes, los Colella citaron estadísticas que demuestran que las parejas que practican su Fe son más felices y, por lo tanto, están más dispuestas a permanecer casadas. El National Marriage Project (Proyecto Nacional sobre el Matrimonio) presentó en su informe de 2011 que la felicidad aumenta en un 26 por ciento al poner a “Dios en el centro” del matrimonio.
“El aspecto natural (del matrimonio) es enorme”, dijo Stephen. Y la mayoría de los jóvenes quieren que sus matrimonios sean duraderos.
Pero “ya no sabemos cómo estar casados” debido a la cultura y porque el divorcio es tan predominante, expresó Kari.
Combinar una preparación sólida del matrimonio con una capacitación en la Fe igualmente sólida es el objetivo final de las nuevas directrices, y va de acuerdo con lo que el Papa Francisco escribió en Amoris Laetitia: “La compleja realidad social y los desafíos que la familia está llamada a afrontar hoy requieren un compromiso mayor de toda la comunidad cristiana en la preparación de los prometidos al matrimonio”. Sugirió “un arraigo de la preparación al matrimonio en el camino de iniciación cristiana, haciendo hincapié en el nexo del matrimonio con el bautismo y los otros sacramentos”. (Núm. 206) “Estamos en buen camino para poner en marcha Amoris Laetitia”, indicó Stephen.
Sólo una cosa
Pero sacerdotes y laicos deberán trabajar juntos para capacitar buenos católicos para el matrimonio de toda la vida. Es por eso que el Arzobispo ha invitado a que cada párroco seleccione dos parejas para enviarlas a la cumbre matrimonial el sábado 25 de marzo, de 12:30 a 8:30 p.m. en el Seminario St. John Vianney, en Miami.
En su carta a los párrocos, el Arzobispo Wenski escribió que el objetivo de la cumbre “es inspirar a parejas casadas para convertirse en misioneras voluntarias del matrimonio en la parroquia, al hacer ‘sólo una cosa’ para fortalecer la vocación del matrimonio”.
En la cumbre, las parejas aprenderán más sobre esta nueva iniciativa en la preparación matrimonial, conocerán a otras parejas, obtendrán ideas y herramientas prácticas para su propio matrimonio y ministerio, y aprenderán las distintas maneras en que pueden involucrarse – ya sea como mentores de Fully Engaged, ayudar en una sesión de Transformed in Love, u organizar una actividad de enriquecimiento posmatrimonial, como una “noche de citas” para parejas en su propia iglesia.
Al hacerlo, las parroquias realizarán otro de los objetivos del sínodo, añadió Stephen Colella: “Edificar ministerios de matrimonios saludables en toda la diócesis”.
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