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Blog_Good, evil and God's will_S


La providencia de Dios es un tema que nos ofrece una nueva perspectiva sobre el mal y una corrección sobre lo que muchas personas atribuyen a la voluntad de Dios. El error fundamental sobre esto último es pensar que todo lo que sucede, sucede de acuerdo a la voluntad de Dios, que Dios lo quiso. Si esto fuera cierto, entonces tendríamos (y muchos piensan que tienen) una explicación fácil para las cosas malas que le sucede a la gente buena. "Fue la voluntad de Dios". 

Esto es muy perjudicial para el que sufre y para quien le podríamos decir eso pensando que le serviría como consuelo. Con probabilidad ya está enojado con Dios, y ahora tiene un motivo para confirmar su enojo: “Es culpa de Dios". 

Dentro del amplio misterio de la providencia de Dios se encuentran la voluntad de Dios y su consentimiento, y entre ambos se encuentra el don del libre albedrío en sus criaturas. Lo que sucede no es siempre lo que Dios quiere, y lo que Dios quiere no siempre ocurre. 

En el Nuevo Testamento, hay dos versículos específicos que plantean esto: 

  • “Para que podamos vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad y dignidad. Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad”. (1 Tim. 2:2-4) 
  • “No se retrasa el Señor en el cumplimiento de la promesa, como algunos lo suponen, sino que usa de paciencia con vosotros, no queriendo que algunos perezcan, sino que todos lleguen a la conversión”. (2 Pedro 3:9) 

La voluntad de Dios — el libre albedrío — consentimiento de Dios. 

El mal no es algo, sino la falta de algo, una carencia del bien donde el bien debiera estar. Es bueno que un pájaro pueda volar porque volar es parte de la naturaleza de las aves. Cuando un pájaro no puede volar hay una carencia de un bien; por lo tanto, es un mal, un mal natural. Por otro lado, el hecho de que los seres humanos no pueden volar, no es la carencia de un bien, porque volar no es de la naturaleza humana. Por lo tanto, no es un mal. 

Ahora, hay tres categorías de maldad en el mundo: el mal natural, el mal hecho por el hombre, y el mal angelical, ninguno de los cuales es de Dios — ya que Dios es bueno y sólo puede crear y emitir el bien. Estas tres categorías del mal surgen de una sola fuente: el libre albedrío en la naturaleza de las criaturas racionales (humanos y ángeles).  

Ustedes pueden poner esto en duda: "¿Qué hay con el mal natural, las tormentas, las enfermedades, los terremotos, los defectos de nacimiento o trastorno mental, y demás?" Lean detenidamente la carta de san Pablo a los Romanos 8:18-23. En este pasaje hay tres conceptos importantes para nuestra consideración: 

  1. La creación, sometida a la corrupción, está en espera de la redención de los hijos de Dios ... la redención de nuestro cuerpo (nuestra alma se redimió en la cruz; nuestro cuerpo, de acuerdo con san Pablo, está a la espera de la segunda venida de Cristo y la resurrección del cuerpo). 
  2. En ese momento, la creación será liberada de la esclavitud de la corrupción. 
  3. La creación no fue sometida a la corrupción "por su propia voluntad, sino por el que la sometió a la vanidad." La naturaleza de la creación no es ser corrupta. 

Para entender este tercer concepto, debemos leer un par de versículos del Génesis. En 3:17,18, después de la desobediencia, Dios dice a Adán: “…maldito sea el suelo por tu causa … Espinas y abrojos te producirá”. Esto no es el dictamen de un castigo, sino la declaración por el resultado del trastorno de Adán (la tendencia a la auto-gratificación con el mundo material en vez de con Dios), debido a la pérdida de la gracia santificante. 

Debido a que Dios creó a Adán del "barro de la tierra" (es decir, la materia de la creación), tiene una conexión intrínseca con la creación. La naturaleza humana desordenada de Adán debido al pecado original reverbera en la creación. Adán es quien somete la creación a la vanidad (maldita sea la tierra — la creación; espinos y cardos — en representación de todos los males naturales, las cosas malas en la naturaleza). 

Por lo tanto, hay tres males: el mal hecho por el hombre y el mal natural, ambos como  consecuencia del mal uso que diera Adán a su libre albedrío; el mal angelical, que proviene de la esfera espiritual, resultado del mal uso del libre albedrío angélico. Todos los ángeles fueron creados buenos por Dios, pero hicieron una mala decisión que resultó en la desconexión eterna de Dios (la condena), y su venganza es sobre la humanidad. 

La voluntad de Dios — el libre albedrío humano y angélico — consentimiento de Dios. 

¿Por qué, entonces, Dios consiente? No permitir el mal requeriría reprimir el libre albedrío. Sin el libre albedrío no seríamos humanos, y no seríamos capaces de volvernos libremente a Dios en respuesta a su gracia, y amarle por quien Él es. 

Una segunda consideración es la existencia de un conocimiento y capacitación que proviene de la experiencia. En el documento Gaudium et spes, del Vaticano II, obtenemos una comprensión más profunda sobre esta forma de pedagogía y su propósito. Al tratar sobre el nuevo cielo y la nueva tierra profetizados en Isaías (65: 17ss), 2 Pedro (3: 13-14), y el Apocalipsis (21: 1ss), los padres conciliares expresan lo siguiente: 

“Pues los bienes de la dignidad humana, la unión fraterna y la libertad; en una palabra, todos los frutos excelentes de la naturaleza y de nuestro esfuerzo, después de haberlos propagado por la tierra en el Espíritu del Señor y de acuerdo con su mandato, volveremos a encontrarlos limpios de toda mancha, iluminados y trasfigurados, cuando Cristo entregue al Padre el reino eterno y universal: "reino de verdad y de vida; reino de santidad y gracia; reino de justicia, de amor y de paz". El reino está ya misteriosamente presente en nuestra tierra; cuando venga el Señor, se consumará su perfección”. (GS 39) 

Una consideración final en cuanto a por qué Dios consiente, es que tras cada mirada al mal, nos volvemos y "corremos" hacia Dios. Para conocer a Dios (el Bien) y acudir a Él voluntariamente, debemos conocer el mal. 

¿La providencia de Dios? Es muy sencilla. 

Comments from readers

Deacon Peter Trahan - 05/20/2015 11:31 AM
In response to Marco Alvarado, it is certainly not that we should become enemies, but that being aware of evil highlights the greatness and goodness of God. Seeing a crime, for example, is not the same as participating in the crime; but seeing the crime makes us appreciate areas and persons who prevent crime. St Paul (Romans 5:20-21; 6:1-2) says "Where sin abounds grace abounds all the more." Then follows that up with "Does this mean that we should persist in sin? Of course not." What I was trying to say is really in response to why does God allows evil. One reason is for us to see the contrast between Him (the Good) and evil and recognize that it is Him that we should choose. Some people live as though there is no God, but when they encounter evil, they turn to Him in response. Think of the reaction of people after the 911 tragedy, many many people turned to faith in order to deal with the terror. These people, some of whom were living as though there was no God, now live a life with God. God is the only alternative to tragedy, otherwise there is no Hope. In Romans 1:19 St Paul says, "If for this life only, we have faith in Christ, we are the most pitiable people." It is when we have close encounter with death that we, in faith, understand that death is not the end. To people living without God, death is an evil end. Thank you for your interest in the article. I hope this gives you some clarification. Dcn. Peter
Miriam Roman - 05/19/2015 04:20 PM
Cu�les son las bases b�blicas o teol�gicas en las que se apoya la idea de que Dios castiga a la humanidad por el pecado de los angeles? Es un concepto que nunca hab�a oido Gracias
J. Rayburn - 05/19/2015 07:10 AM
Deacon Trahan, Thank you so much for these words. Your thoughtful insights on a difficult and often troubling aspect of our Catholic faith provides salve when resentments and anger flare. I find this especially valuable in coming to grips with the horrors of child sexual abuse, and the efforts toward awareness and prevention of this crime made by all those working and volunteering in the ministry of Safe Environment, including yourself. God bless you for your work.
Vince Eberling - 05/18/2015 04:35 PM
Great Article!I often find adult Catholics have a tendency to assign power to Satan which is greater than he has. The treatment that you gave to the "evil of angels" is a great point that I will use when teaching on this subject.
Marco Alvarado - 05/18/2015 04:09 PM
En cuanto a la consideracion final, no se si estoy captando correctamente, pero decir que "debemos conocer el mal" para conocer a Dios, es como decir que primero hay que enemistarse con el antes de ser su amigo. En ese contexto, no estoy de acuerdo con ese punto. Aparte de eso, genial articulo! With regards to the final consideration, I am not sure if I get it correctly, but when you state "we should know darkness" to know God, it's like saying we should become enemies before becoming friends. In that sense, I disagree with that point. Otherwise, excellent article!

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