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Blog_A cinematic lesson in hope_S


En un momento como éste, cuando parece que no mucho va bien – el ascenso del autoritarismo en todo el mundo; la violencia letal por parte de fanáticos ideológicos; las respuestas irresponsables a ambos por parte de las democracias – es bueno recordar que las cosas pueden ser distintas y, de hecho, no hace mucho tiempo eran distintas.

Retomar esos días y recordar una época en que las personas buenas obtuvieron victorias, limpiamente y a pesar todos los pronósticos, es el logro singular de un espléndido documental nuevo: Liberating a Continent: John Paul II and the Fall of Communism (Liberando un Continente: Juan Pablo II y la Caída del Comunismo), que todo el mundo debe tener en la lista de lo que hay que ver.

Me tomó 19 años de investigación y tres libros – The Final Revolution (La Revolución Final), Witness to Hope (Testigo de Esperanza), y The End and the Beginning (El Final y El Principio) – para lograr lo que el productor ejecutivo Carl Anderson y el escritor/director David Naglieri han hecho en 93 minutos de videografía fascinante e imágenes maravillosas: explicar cómo y por qué Juan Pablo desempeñó un crucial e indispensable papel en el colapso del comunismo europeo, el drama más grande del último cuarto del siglo XX. Al lograrlo, nos hacen reflexionar, una vez más, sobre cómo se realizó esa milagrosa liberación: el 16 de octubre de 1978, inesperadamente, se presentó en el balcón central de San Pedro, como el nuevo obispo de Roma, a un cardenal polaco poco conocido, que se hizo llamar el Papa "de un país lejano".

Europa Central y Oriental no fueron liberadas por conceder que los comunistas tenían razón, aunque fueron más bien brutales e ineficaces en insistir en ese punto de vista a nivel social, económico y político. Los países del Pacto de Varsovia tampoco fueron liberados por eclesiásticos y diplomáticos occidentales que malcriaban a los dictadores que dirigían aquellos regímenes. Las que solíamos llamar “naciones cautivas” fueron liberadas porque a lo "bueno" y a lo "malo" se les “llamó por su nombre”, como decía el mártir de Solidaridad, el beato Jerzy Popieliuszko.

Europa Central y Oriental no rompieron las cadenas del totalitarismo sin intentar, fracasar, y volver a intentar. Una masa crítica de personas tuvo que optar por "vivir en la verdad", a pesar de lo difícil que fuera, para hacer implosionar la cultura comunista de la mentira y lograr que la libertad volviera a nacer en las tierras que Stalin reclamó como premio por ayudar a derrotar a Hitler.

Y los países de Europa Central y Oriental no recuperaron su libertad al adoptar la violencia de masas, el método habitual de los cambios sociales del siglo 20. Al comprender que las personas que empiezan por asaltar Bastillas por lo general terminan construyendo la propia (como dijo un disidente polaco), los nuevos luchadores por la libertad, inspirados por Juan Pablo II, desplegaron armas que la brutalidad comunista no podía igualar: la verdad, la memoria nacional, una organización tenaz y resistencia personal.  

Para aquellos cuyos recuerdos de san Juan Pablo se remontan sólo a sus últimos años, Liberating a Continent (Para Liberar Un Continente) es también un recordatorio poderoso de lo guapo, carismático, y totalmente convincente que era Juan Pablo II cuando estaba en la cima de su fortaleza física. Irradiaba confianza, fuerza moral y la valentía de un guerrero feliz. Por eso, aquellos cuyas vidas tocó se sintieron fortalecidos.

El desplazamiento de la historia por "estudios sociales" en las escuelas primarias y secundarias de Estados Unidos ha sido un desastre para el entendimiento histórico. Y aunque la nueva "historia social" – que quiere hacer historia desde abajo hacia arriba – nos ha enseñado muchas cosas, todavía hay ocasiones en las que grandes hombres doblan la curva de la historia en una dirección diferente. Liberating a Continent es también un útil recordatorio de ello.

Juan Pablo II no hizo que 1989 sucediera por cuenta propia. Pero sin él, un continente no hubiera sido liberado cuándo y cómo lo fue. Por eso quisiera sugerir que esta excelente película se añada al plan de estudios de toda escuela secundaria católica (y todas las cristianas también) en América del Norte, para recordarles a los estudiantes lo que sucedió en los tiempos de sus padres, y para que les inspire a alcanzar la grandeza moral.

Liberating a Continent se ha transmitido por varios canales de televisión pública en los últimos meses; el calendario se actualizará con regularidad en www.jp2film.com. Pero mientras buscan las transmisiones locales en ese sitio web, vayan a la pestaña "Purchase" y ordenen una copia en línea; disfrutarán de una hora y media de excelente entretenimiento que levantará sus espíritus en tiempos tenebrosos.

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