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La alegría y la belleza de nuestra fe
Durante una de las sesiones para la certificación de catequistas en el pasado Instituto de Verano, una catequista expresó con alegría: “¡Nuestra fe es tan hermosa!†Continuó diciendo que “anoche no podía dormir pensando en las muchas maneras que puedo enriquecer las experiencias de nuestros niños durante el próximo año catequéticoâ€.

¡Sí! Nuestra fe es hermosa – tiene una belleza “siempre antigua, siempre nuevaâ€, como lo expresó san Agustín en sus Confesiones. Es hermosa porque nos lleva a Cristo, Verdad eterna, belleza eterna. Es una belleza que nos impulsa a salir y a reflejar la luz que hemos recibido.

Fotógrafo:

Como catequistas, hablamos con alegría sobre nuestro encuentro con el Dios verdadero presente en su Iglesia, en los misterios sacramentales, en el Evangelio, y en nuestra tradición. Compartimos la Verdad de la fe, haciéndonos eco fiel de la belleza que hemos recibido. El proceso arquidiocesano de formación es inspirado para apreciar cuán hermosas son las verdades de la fe según aparecen en el Catecismo de la Iglesia Católica.

En un blog anterior, me refería a la catequesis como una obra maestra. Parte del genio de cualquier obra maestra es la manera en que el artista ha desarrollado su obra: dónde coloca los elementos, cómo cada parte se relaciona al todo. El arte del liderazgo catequético es particularmente evidente en las dimensiones de la organización y la administración del ministerio. El arte del líder catequético es colocar las piezas, las técnicas, de manera que uno pueda experimentar la obra completa de este ministerio catequético.

Recuerdo con claridad cuando, mientras visitaba un programa de educación religiosa en una de nuestras parroquias, un grupo de catequistas me dijo que la catequesis conlleva trabajo en equipo. Aunque hay muchos estilos, movimientos y formas, somos parte de una obra maestra universal dirigida por el Espíritu de nuestro Señor Resucitado. Por esta misma razón, la mayoría de nuestros programas están ordenados de manera que dos catequistas supervisen el proceso en el salón de clases. La tensión y la incertidumbre son de esperar, pero representan oportunidades maravillosas para el crecimiento. El proceso de formación quiere inspirarnos al profundizar nuestro entendimiento de la belleza de nuestra fe, al ofrecer materiales que expliquen el contenido esencial y fundamental de la fe (CCC, 11), los que podemos considerar nuestros colores primarios. Tenemos muchos recursos disponibles.

Otra experiencia hermosa nos llega de una maestra de una escuela católica quien, durante su  participación en el proceso de certificación, abrió la puerta a la fe y se convirtió en católica durante la pasada Vigilia Pascual. Tanto el contenido como la comunidad reunidos durante estas sesiones se convirtieron en un movimiento poderoso que ayudó a su encuentro con Cristo en Su Iglesia.

La evangelización es posible. Que se demuestre nuestra fe.
Nuestro mundo busca testigos auténticos de Cristo (aunque no tengan la capacidad para expresarlo). Seamos la luz, la alegría y la belleza de Cristo dondequiera que nos encontremos. Nuestro deber es promover una evangelización integral que promueva la dignidad humana. Evangelii Nuntiandi entiende esta evangelización integral como un proceso complejo compuesto por los siguientes elementos: conversión, renovación, testimonio, articulación explícita de la fe (proclamación), adherencia interior al Evangelio, participación en nuestras comunidades parroquiales de fe, iniciación apostólica… (EN 14).

Estimados catequistas: mientras se preparan para comenzar este año, que nuestro equipo catequético sea ese signo visible de la unión íntima con Dios. Seamos el misterio visible de la Iglesia como signo y sacramento del Reino. Según planificamos nuestras lecciones, recordemos ser una “casa de familia, fraternal y acogedora, donde los bautizados y los confirmados toman conciencia de ser pueblo de Dios†(Catechesi Tradendae 67). Seamos las “células vivas†en las que nuestros niños, adolescentes y sus padres tendrán una experiencia comunal concreta de Cristo y su Iglesia (Documento Conclusivo de Aparecida, 304). Que nuestras voces sean eco de la voz del Pastor, el Cristo Resucitado.

Celebremos como un equipo catequético
La conexión con nuestras parroquias hermanas es parte de nuestro continuo proceso de enriquecimiento. La Conferencia Catequética anual ofrece un medio excelente en el que podemos renovar nuestro llamado catequético, afirmarnos mutuamente mientras celebramos nuestra fe, y celebrar los misterios sagrados con el arzobispo Thomas Wenski, nuestro catequista principal. Este año rendimos homenaje a dos damas maravillosas que han servido como líderes de la catequesis, y a más de 100 catequistas que recibirán su certificación. Estaremos presentando más de 30 sesiones en español, inglés y creole a cargo de oradores reconocidos a nivel nacional.

¡Vengan a celebrar! La Conferencia Catequética de este año se realizará el 19 de octubre en la escuela superior Msgr. Edward Pace, en Miami Gardens.

Oremos unidos, desde su computadora o su aparato móvil. Oremos por dirección, fortaleza y esperanza:
“Señor Dios nuestro,
fuente de toda sabiduría y conocimiento,
enviaste a tu Hijo, Jesucristo, a vivir entre nosotros
y a proclamar su mensaje de fe, esperanza y amor a todas las naciones.
En tu bondad, bendícenos,
fortalécenos con tus dones,
para que podamos enseñar con palabra y ejemplo
la verdad que viene de ti.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Aménâ€.
(Oración adaptada del Servicio de Comisión en la Misa, USCCB)

¡Ahora, vayamos a ser la Buena Nueva para todas las naciones!

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