Tengan valor: entren en el Misterio

Monday, March 15, 2010

*Cheryl Whapham

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Cada año, durante la primera semana de la Cuaresma, tengo el privilegio de asistir a una liturgia en la Catedral, llamada el Rito de Elección y el Llamado a la Conversión Continua. La ceremonia es parte del Rito de Iniciación Cristiana para Adultos (RICA), el proceso por el cual la Iglesia Católica recibe a nuevos miembros en la Pascua.

Algunas de las personas a las que daremos la bienvenida en esta Pascua a nuestra comunidad católica, nunca han sido bautizadas. Durante el Rito de Elección, el Arzobispo reconoce oficialmente el trabajo que Dios ha iniciado en las vidas de aquellos sin bautizar, y los declara miembros de “los elegidos” (los escogidos por Dios), invitándoles a recibir los sacramentos de la iniciación durante la Pascua.

Hay otras personas a las que recibiremos en nuestra comunidad católica esta Pascua, que han recibido el bautismo en otras denominaciones cristianas y quienes piden a la Iglesia Católica los sacramentos de la Confirmación y la Eucaristía. Todos los bautizados son miembros de los elegidos. Por lo tanto, en la ceremonia que mencioné anteriormente, el arzobispo no los declara elegidos, sino que llama a los bautizados a la conversión constante, a continuar fortaleciendo la relación que ya existe entre ellos y el Señor.

El Rito de Elección y el Llamado a la Conversión Continua corresponden al principio de la Cuaresma porque este es un tiempo en el que toda la comunidad cristiana es llamada a profundizar su relación con el Señor. Asistir a esta ceremonia es un privilegio porque me siento humilde ante el poder del Espíritu Santo, un poder tan fuerte, que llama a la gente a dejar la incredulidad y a creer. Si el Espíritu puede hacer esto, ¿hasta dónde llevarán a mi jornada con el Señor los 40 días de oración, ayuno y dar limosna? ¿Estoy dispuesta a cambiar mi vida tan radicalmente como aquellos que dejaron la incredulidad y creyeron?

Quiero finalizar reconociendo a otro grupo al que se le dará la bienvenida a nuestra comunidad durante esta Pascua. Recibiremos a muchos bautizados católicos, a los que vemos en los banquillos de la iglesia solamente durante la Navidad o la Pascua. Estas hermanas y hermanos nuestros son miembros de los elegidos de Dios. Dios los ha llamado a Sí mismo, y vendrán para celebrar la Eucaristía con nosotros en esta Pascua. Nuestras parroquias estarán llenas o abarrotadas con personas que responden al llamado de Dios a la conversión, que están tomando con valentía el próximo paso en su jornada de fe.

Mi reto para todos nosotros, los que ocupamos los banquillos de la iglesia cada domingo, es convertirnos en los brazos que acojan a los hijos de Dios en el hogar esta Pascua. Seamos agradecidos por el regalo de los nuevos bautizados, por la fidelidad de aquellos que vienen a su primera Eucaristía, y por la valentía de quienes han estado alejados y regresan para participar en el gran misterio de nuestra fe.

Cheryl J. Orwig Whapham
Directora, Programa de Ministros Laicos y Formación de Adultos