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Feature News | Monday, February 08, 2016

Los religiosos celebran 'la aventura de la vida del Evangelio radical�

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La Hna. Patricia Shaules, que cumple 50 años con las Hijas de St. Paul, proclama una de las lecturas en la Misa.

Fotógrafo: ANNE DIBERNARDO | FC

La Hna. Patricia Shaules, que cumple 50 años con las Hijas de St. Paul, proclama una de las lecturas en la Misa.

MIAMI | Algunas jóvenes les dicen a sus padres que van a la biblioteca y luego se escapan con sus novios. Frances O’Dell iba a la biblioteca —y luego se escapaba para conversar con una Hermana sobre la vida religiosa. La idea de una vocación religiosa “me atraía como un imán y no pude dejarla ir”, recordó la Hna. Frances, quien ahora celebra sus 50 años como Hermana Franciscana de Allegany.

La Hna. Frances fue una de los nueve religiosos que celebraron 50, 60, 70 y 75 años de profesión religiosa, y que fueron homenajeados en la Misa anual por el Día Mundial de la Vida Consagrada.

La Misa, celebrada en la Catedral St. Mary el 30 de enero, también marcó el final del Año de la Vida Consagrada, que comenzó el primer domingo de Adviento del 2014. Concluyó el 2 de febrero, en la fiesta de la Presentación del Señor que desde 1997 es la fecha en que la Iglesia universal reconoce el don de las personas consagradas.

El Hno. Rafael Martin, de 91 años, que cumple 75 años con los Hermanos Maristas, recibe su regalo de reconocimiento del Arzobispo Thomas Wenski.

Fotógrafo: ANNE DIBERNARDO | FC

El Hno. Rafael Martin, de 91 años, que cumple 75 años con los Hermanos Maristas, recibe su regalo de reconocimiento del Arzobispo Thomas Wenski.

La Hna. Marie Pierre du Coeur de Jesus, que cumple 60años de profesión con las Hijas de la Sabiduría, recibe su regalo de reconocimiento del Arzobispo Thomas Wenski.

Fotógrafo: ANNE DIBERNARDO | FC

La Hna. Marie Pierre du Coeur de Jesus, que cumple 60años de profesión con las Hijas de la Sabiduría, recibe su regalo de reconocimiento del Arzobispo Thomas Wenski.

El Hno. Vicente Moriarty, que cumple 60 años como Hermano Marista, recibe su regalo de reconocimiento del Arzobispo Thomas Wenski.

Fotógrafo: ANNE DIBERNARDO | FC

El Hno. Vicente Moriarty, que cumple 60 años como Hermano Marista, recibe su regalo de reconocimiento del Arzobispo Thomas Wenski.

La novicia Guadalupe Hermosillo, de las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María, reza durante la Misa.

Fotógrafo: ANNE DIBERNARDO | FC

La novicia Guadalupe Hermosillo, de las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María, reza durante la Misa.

El Papa Francisco convocó el Año de la Vida Consagrada como un período de renovación para los hombres y las mujeres en la vida religiosa, de agradecimiento por su servicio, y como un tiempo para invitar a los jóvenes católicos a considerar la vocación religiosa. 

“No sería posible contar la historia de toda la Iglesia, sin incluir la historia de las Hermanas religiosas y los sacerdotes que les han servido en nuestras parroquias, en nuestras escuelas y en nuestros hospitales”, dijo el Arzobispo Thomas Wenski a los presentes en la Misa.

Entre ellos se encontraban alrededor de 115 hombres y mujeres religiosos, miembros de los diferentes institutos que sirven en la Arquidiócesis, en su mayoría identificados por sus hábitos.

“Hoy los honramos porque han estado promoviendo el Evangelio y transformando las vidas de todos los que tocan”, dijo el Arzobispo. “Los honramos no sólo por lo que hacen, sino por lo que son”.

“Sus historias son testigos del Evangelio de la alegría, que ser cristiano no es una carga sino un don, y contar sus historias es despertar al mundo a la realidad de Dios y de Su amor”, continuó el Arzobispo, aludiendo al tema de la celebración, del Año de la Vida Consagrada.

El Evangelio de la alegría es lo que atrajo a la Hna. Frances a las Hermanas Franciscanas de Allegany —que, dijo ella, fue la primera congregación fundada en Estados Unidos en enviar misioneros al extranjero.

Las conoció por primera vez cuando fueron sus maestras de religión. Parecían amables y con los pies en la tierra. Su amor por la Creación era genuino y tenían un buen sentido del humor, dijo. Siempre había querido ser maestra y estas Hermanas no sólo eran maestras, eran ejemplos.

Se le hizo costumbre rezar en el autobús, de camino a la escuela y a la casa. “Ése era mi tiempo de oración”, dijo. Cuando le preguntaron: “¿Qué es lo más importante en la vida?”, ella respondió: “Amar a Dios y amar a tu prójimo”, y eso no se le fue. “En el momento en que entré a la escuela secundaria quería saber más sobre esto y les pregunté: ¿A dónde voy después de aquí?”

Es la misma pregunta que el Arzobispo Wenski hizo en su homilía.

“Tenemos que preguntarnos a nosotros mismos si el Evangelio es verdaderamente el manual para nuestra vida diaria. ¿Qué decisiones vamos a hacer?”, dijo, citando la carta del Papa Francisco a los religiosos al iniciar el Año de la Vida Consagrada.

“El Evangelio es exigente: exige que se viva radical y sinceramente. No es suficiente leerlo. Jesús nos pide practicarlo, para ponerlo en vigor en nuestros corazones y, al hacerlo, influir en las vidas de todos a los que tocas y sirves”, continuó el Arzobispo.

“No hay un momento, ningún destello que instantáneamente revele tu vocación”, dijo el Hno. Marista Vincent Moriarty, que estaba celebrando 60 años de vida religiosa. “Sucede con el tiempo… tú creces con eso. Es una aventura. Entras como ser humano. Jesús te está llamando. Él está diciendo ven con tus quebrantos… ven”.

La Hna. Pierre Marie du Coeur de Jesús celebra 60 años con las Hijas de la Sabiduría, y dijo que supo que quería ser una Hermana cuando tenía 15 años. Cuando cumplió 17, su padre dijo que no estaba lista, pero la superiora de la comunidad lo persuadió de que le diera una oportunidad. En aquel mes de agosto, Marie entró a la congregación como postulante.

“Siempre me ha gustado mi vida religiosa. Si tuviera que empezar de nuevo, lo haría”, dijo la Hna. Pierre Marie.

El homenajeado de más edad de este año fue el Hno. Marista Rafael Martín, de 91 años. Celebraba sus 75 años de vida religiosa. Aún alegre, es autor de un libro sobre la historia del Colegio Champagnat, en el barrio de La Víbora, en La Habana, donde fue profesor de la escuela primaria hasta 1953. Hoy en día se levanta a las 4 a.m. y pasa su tiempo escribiendo un segundo libro.

Después de la Misa, los festejados fueron invitados a una comida de tres platos, preparados por los Apóstoles de los Corazones Traspasados, los laicos asociados a las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María, una comunidad religiosa fundada en Miami.

Cada plato del menú fue descrito metafóricamente, como tributo a los religiosos. Por ejemplo, “pollo cocinado lentamente con las más finas hierbas frescas, perejil, limón y mostaza Dijon, es un ejemplo perfecto de los frutos del trabajo duro, hecho con paz, perseverancia y generosidad, como lo haces en tu vida diaria”.

La Hna. Ana Margarita Lanzas, una Sierva de los Corazones Traspasados que dirige la Oficina Arquidiocesana de los Religiosos, calificó la celebración anual como “una hermosa manera de dar testimonio de nuestra vida religiosa y servicio, y así cumplir con la intención original de San Juan Pablo II”, cuando estableció el Día Mundial de la Vida Consagrada.

“Es también el momento en el que el Arzobispo tiene la oportunidad de encontrarse con todos los religiosos que sirven en su Arquidiócesis”, dijo. Su oficina también organiza otros dos encuentros de religiosos cada año: un tiempo de reflexión en Cuaresma y otro en Adviento.

Disfrutando de la recepción después de la Misa por el Día Mundial de la Vida Consagrada, de izquierda a derecha, de pie: Las Hnas. Mary J. Madukwe y Marie Philo Cordis Chilaka de las Hermanas de Jesús, el Salvador; la Hna. Euphenia Kimario, de las Hermanas del Espíritu Santo; y la Hna. María Gracia Ezeimo, de las Hermanas de Jesús el Salvador. Sentadas, de izquierda a derecha: la Hna. Mary S. Musi, de las Hermanas del Espíritu Santo; y la hermana María Chibunman Ogam, de las Hijas de María, Madre de la Misericordia.

Fotógrafo: ANNE DIBERNARDO | FC

Disfrutando de la recepción después de la Misa por el Día Mundial de la Vida Consagrada, de izquierda a derecha, de pie: Las Hnas. Mary J. Madukwe y Marie Philo Cordis Chilaka de las Hermanas de Jesús, el Salvador; la Hna. Euphenia Kimario, de las Hermanas del Espíritu Santo; y la Hna. María Gracia Ezeimo, de las Hermanas de Jesús el Salvador. Sentadas, de izquierda a derecha: la Hna. Mary S. Musi, de las Hermanas del Espíritu Santo; y la hermana María Chibunman Ogam, de las Hijas de María, Madre de la Misericordia.


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