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Feature News | Saturday, September 24, 2016

Para algunas personas sin hogar, una alternativa misericordiosa a la c�rcel

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MIAMI | Se estima que el 30 por ciento de las personas que carecen crónicamente de un hogar son enfermos mentales graves, y muchos otros son físicamente discapacitadas.

A lo largo de los años, los expertos señalan que muchos de los carentes crónicos de hogar terminan en prisión, por falta de un mejor lugar para ellos fuera de las calles. La hospitalización psiquiátrica puede llegar a costar $3,000 por día o más a nivel local, o $17,000 por cinco días.

En Camillus House, el Hno. Hospitalario Mateo Fenza posa delante del mural de "la oveja perdida" en la capilla, uno de los nuevos edificios de Camillus. El antiguo comedor incluye ahora las instalaciones para el tratamiento conductual de la salud, y las instalaciones residenciales, un espacio médico y de servicio, un comedor y cafetería, un garaje, una cocina comercial, oficinas, espacios educativos y un auditorio.

Fotógrafo: TOM TRACY | FC

En Camillus House, el Hno. Hospitalario Mateo Fenza posa delante del mural de "la oveja perdida" en la capilla, uno de los nuevos edificios de Camillus. El antiguo comedor incluye ahora las instalaciones para el tratamiento conductual de la salud, y las instalaciones residenciales, un espacio médico y de servicio, un comedor y cafetería, un garaje, una cocina comercial, oficinas, espacios educativos y un auditorio.

Una misericordiosa respuesta llegó a principios de este año cuando Camillus House de Miami ayudó a lanzar un nuevo programa de desviación carcelaria/reinserción que ofrece a la policía y la comunidad, otra opción para los acusados de delitos menores no violentos que no tienen hogar y que sufren de enfermedades mentales graves y/o abuso de sustancias. Camillus House y Health (Salud) se han asociado con el Juez Steve Leifman, del Circuito de Miami Dade, y con el Programa de Desviación Carcelaria del Circuito Judicial 11, para proporcionar viviendas para muchas de esas personas sin hogar, ofreciendo a la comunidad una gran ventaja.

Sam Gil, vicepresidente de integración comunitaria de Camillus House, señala que hay un estimado de 4,400 personas en la cárcel del Condado de Miami-Dade, y el 17 por ciento de esta población sufre de enfermedades mentales. Eso hace que la cárcel sea el mayor centro de asistencia psiquiátrica en el Estado de La Florida, con un costo para los contribuyentes de $80 millones al año, o $220,000 al día.

De acuerdo con una investigación nacional, las personas con enfermedades mentales permanecen en la cárcel ocho veces más que otras personas, señaló Gil. El objetivo del programa de Camillus es evitar el encarcelamiento y proporcionar un retorno humano a la sociedad, proporcionando a las personas sin hogar servicios que incluyan una combinación de tratamiento psiquiátrico, atención médica primaria y vivienda.

“El Papa Francisco nos recuerda que la misericordia y el perdón ‘no deben seguir siendo hermosas palabras, sino que deben realizarse en la vida cotidiana’, y creo que eso es  lo que este programa trata de lograr”, dijo Gil.

Fundada por los Hermanitos del Buen Pastor, en 1960, Camillus House ha crecido a través de los años, de un pequeño refugio para una noche, a un centro de servicio completo que ofrece un “sistema de cuidado” para personas pobres y sin hogar.

Austin Jerani, director del programa de desviación de la cárcel y director de los servicios psicológicos de Camillus House, indicó que Camillus ha ayudado a personas sin hogar que han estado repetidamente ante un juez, después de ser arrestados por vandalismo o abuso de sustancias. Un juez puede decidir ofrecer al individuo la cárcel o el programa de reinserción.

“Mientras están en el programa ellos son libres de entrar y salir, y si deciden irse [eso] activa la emisión de una orden de detención. Tenemos una muy buena relación con  el equipo de la corte y es una colaboración, darles a conocer la importancia de que ellos permanezcan en el programa”, dijo Jerani.

Fred Mimes, a la derecha, director del ministerio de atención directa y el cliente James Wilson caminan en el patio de Miami Camillus House, un centro de servicio completo que ofrece un sistema de atención a los pobres y sin hogar.

Fotógrafo: TOM TRACY | FC

Fred Mimes, a la derecha, director del ministerio de atención directa y el cliente James Wilson caminan en el patio de Miami Camillus House, un centro de servicio completo que ofrece un sistema de atención a los pobres y sin hogar.

La tarea comenzó en julio del 2015, cuando el Estado concedió a Camillus el financiamiento para 28 camas para mujeres y hombres; 20 camas son financiadas por el Estado y las otras ocho por Homeless Trust, del Condado Miami-Dade. Las camas del programa de reinserción se encuentran en el centro principal de Camillus, en su edificio Charity Unlimited (Caridad Ilimitada).

“Las personas tienen acceso a terapia de grupo, habilidades para la vida, educación y capacitación laboral —lo cual les ayuda a aprender y les da los recursos para tener éxito en la vida”, dijo Jerani. “Cuando la gente entra, tiene una lista completa de cosas que necesitan, y nuestra tarea es trabajar con ellos para ayudarles a obtener estos beneficios”.

El juez Leifman, que preside el equipo de trabajo sobre sustancias y problemas de salud mental de la Corte Suprema de La Florida, dijo que no conoce otro programa en todo el país que se le parezca al programa de desviación de la cárcel para personas sin hogar. También señaló la relación con el Proyecto Lázaro en Camillus House, en el que el personal, compuesto de profesionales médicos y trabajadores sociales, va a las calles de Miami para ofrecer apoyo a las personas  que viven sin hogar de manera crónica.

“Es muy innovador”, dijo el juez Leifman. “Muchas de estas personas están allí no porque quieren estar en las calles; su enfermedad hace que sea muy difícil para ellos, o ciertos programas de vivienda son demasiado comprometedores para ellos y eso hace que sea muy difícil entrar. Ellos sólo quieren que los dejen solos”.

Tal expansión ayuda a restablecer los lazos y las relaciones con las personas que viven sin hogar de manera crónica, y lentamente las anima a tomar sus medicamentos,  para que “podamos reducir la sintomatología y llevarlos a una vivienda”, dijo el juez. “Es un comienzo maravilloso”.

El proyecto de desviación de la cárcel también ofrece formación a policías locales sobre cómo evitar el detener a la gente con problemas mentales,  y tres programas para después de la detención, en los que se abordan las necesidades  de vivienda, el tratamiento psicológico, actividades significativas diarias, habilidades de empleo y más.

“Camillus House es uno de  los proveedores principales de nuestros servicios y ellos están haciendo un trabajo increíble, tomando a algunas de nuestras personas más difíciles y tratando de conseguirles los servicios”, dijo el juez. “El Proyecto  Lázaro está relacionado con eso; algunas veces compartimos las poblaciones que están dentro y fuera del sistema de justicia penal, que duermen en las aceras o en otros lugares donde pueden ser arrestados”.

Tanto la desviación de la cárcel como el Proyecto Lázaro tienen un efecto positivo en la comunidad de Miami, considerando el alto índice de enfermedades mentales entre las personas sin hogar aquí, agregó.

“La belleza del Proyecto Lázaro es que no deberíamos esperar a que se arreste a la gente para establecer relaciones con ellos; la relación con el personal de Camillus es igualmente importante”, dijo el juez Leifman.

“A causa de estas enfermedades tienden a desistir de la vida y se deprimen, además de sus otras enfermedades. Es una de las más simples y bellas cosas  de la vida, ayudar a alguien a establecer relaciones que lo conduzcan a iniciar el proceso de recuperación”, dijo. “No se trata de dar a alguien una píldora: es un enfoque holístico”.

Mientras tanto, la comunidad de Miami espera construir una nueva instalación más grande para el programa de desviación de la cárcel, y Camillus House puede ser su futuro proveedor de servicios, señaló el juez.

“Estamos todos en la misma página en la comunidad, para ayudar a las personas con estas enfermedades. Es uno  de los mejores ejemplos del trabajo humano: llegar a la gente vulnerable y enferma. y Camillus está cumpliendo con sus obligaciones morales en la comunidad”.


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