'En Cuba se puede hacer bastante'

By Rocio Granados - La Voz Catolica

MIAMI | A diferencia de muchos niños cubanos que nacieron dentro del régimen comunista, Raynor Rivera Licea comenzó a ir a la iglesia a los 9 años, con la familia de raíces católicas que lo cuidaba. Ellos “me enseñaron a rezar y a saber quién es Dios”, dijo.

Su proximidad a la Iglesia acercó también a su hermana menor, quien hoy en día es religiosa de la congregación Siervas Misioneras del Espíritu Santo. Y, aunque Rivera dice no creer que haya sido por su testimonio, o el de su hermana, ahora también sus padres viven comprometidos con su comunidad religiosa.

Para muchos jóvenes cubanos, la solución a sus problemas en Cuba está en venir a los Estados Unidos. Sin embargo, para Rivera, de 34 años, casado y con un hijo de 8 años, “en Cuba se puede hacer bastante”.

Hecho que lo reafirma su participación, por segunda vez, en el Encuentro Eclesial Cuba- Diáspora 2016, que se realizó en Miami del 17 al 25 de junio.

“Puedo aportar y hace falta que aporte en Cuba. Regreso (a la Isla) con el mismo ímpetu, con el mismo deseo”, dijo Rivera, administrador diocesano y responsable de Comunicaciones y Cultura de la Diócesis de Bayamo-Manzanillo, y uno de los 12 delegados de la Iglesia cubana que asistieron al encuentro.

Cada año, hace 19, representantes de las iglesias de Cuba y de la diáspora, tanto sacerdotes como laicos, se reúnen para “intercambiar ideas, perspectivas y compartir lo que está haciendo la Iglesia en Cuba y aquí en la diáspora, y de allí surgen propuestas y recomendaciones que se llevan a la Conferencia de Obispos de Cuba”, dijo el P. José Álvarez, párroco de Our Lady of the Lakes, en Miami Lakes, y coordinador arquidiocesano de este encuentro.

La parroquia anfitriona del encuentro de este año fue Our Lady of the Lakes, en Miami Lakes, pero otros encuentros tuvieron lugar en otras parroquias de Miami. El enfoque de este año abarcó los movimientos laicos y los jóvenes.

En el Encuentro con los jóvenes, el 22 de junio, en la parroquia St. Timothy, en Miami, representantes de los movimientos juveniles de la Arquidiócesis de Miami, como la Pastoral Juvenil Hispana y los Encuentros Juveniles, hicieron una presentación de sus movimientos, pero el tema central fue cómo acoger a los jóvenes cubanos católicos que están llegando de la Isla.

“Hay mucha gente que acaba de llegar y no sabe cómo integrarse. Queremos, a través de nuestro testimonio, crear un puente para la integración”, dijo Emilio Mambut, integrante de la Pastoral Juvenil Hispana.

“Mi anhelo es poder acogerlos; de pronto la Ermita es ese punto de encuentro que sabemos que atrae a todos los cubanos”, dijo Laura Franco, directora de Nueva Evangelización del Instituto Pastoral del Sureste, SEPI.

El P. Álvarez dijo que cuando llegan personas solas, si no tienen un sistema de apoyo o puntos de referencia, se desubican completamente y caen en malos hábitos. La gente joven necesita dirección.

Hay parroquias en donde hay un grupo de jóvenes, por ejemplo, el Life Teen, que no es un grupo de adultos y todo funciona en inglés. “Los jóvenes que recién llegan no van a entender, si no se les refiere a los grupos (en español) que tienen las sensibilidades culturales para poder recibirlos y caminar con ellos desde donde están”.

Rivera dijo que el encuentro con los jóvenes le descubrió una realidad que no conocía sobre los jóvenes de la Iglesia en los Estados Unidos. “Tenía una idea falsa; que no había ese bullicio de los jóvenes, sobre todo en la iglesia de Miami”. Dijo, además, que se dio cuenta de que muchos de estos jóvenes recibieron formación cristiana y humana en Cuba, y traen esa formación que es como una inyección de vitamina para los jóvenes católicos que viven aquí, en Miami.

“El encuentro con los jóvenes ha sido novedoso, extraordinario, especial; oír voces jóvenes, soñar, el discurso es totalmente distinto, los criterios son nuevos; es impresionante cómo las distintas generaciones están marcadas por experiencias diferentes”, dijo Mons. Arturo González, Obispo de la Diócesis de Santa Clara (Cuba) y representante de la Conferencia Episcopal Cubana para este Encuentro.

El otro tema en que el Encuentro se enfocó fue los movimientos laicos, el 20 de junio, en la parroquia St. Brendan, en Miami. Ondina Menocal, coordinadora de los Movimientos Apostólicos de la Arquidiócesis de Miami, dijo que este año se tocó este tema porque Cuba ya está descubriendo las posibilidades de movimientos, y la Iglesia de Miami ya está presente en Cuba. Varios grupos, movimientos y jóvenes ya han ido a Cuba.

Señaló además que “los movimientos laicos en Miami tienen su origen en Cuba”. La llegada del primer exilio trajo personas muy arraigadas al catolicismo laico, quienes vieron la oportunidad en estas tierras de reunirse en pequeños grupos y así surgieron varios de los movimientos, que en su momento fueron reunidos por Mons. Agustín Román, cuando se formó la Ermita.

Actualmente, la Arquidiócesis de Miami tiene una riqueza que supera en mucho a otras diócesis por la influencia cubana que tuvo, pero también se abrió a la realidad que es la hispanidad, la diversidad.

En Cuba pasó lo opuesto, indicó Menocal. Al no permitirse las reuniones por la falta de libertad para reunirse, la Iglesia se concentró en una iglesia parroquial. La movilidad de los movimientos va hacia fuera, como quiere hoy en día el Papa Francisco.

La clausura del Encuentro tuvo lugar en la Ermita de la Caridad el 25 de junio, con una Misa presidida por el Arzobispo de Miami, Mons. Thomas Wenski.

“El Encuentro Eclesial Cuba-Diáspora es una posibilidad más de acercarnos fraternalmente para compartir la labor pastoral que realizamos en favor del pueblo cubano, tanto en Cuba como aquí, en Miami, ciudad donde se concentra el mayor número de cubanos después de La Habana”, dijo Mons. Wenski durante su homilía.

Al finalizar la Misa se dio a conocer la posibilidad de realizar el Encuentro número 20 en el Cobre, en Cuba, a los pies de la Virgen de la Caridad.

Mons. González señaló que no sería el primer encuentro de este tipo que se realice en la Isla. En el 2012 se realizó una peregrinación de cubanos de la diáspora y de la Isla hasta el Cobre, por los 400 años del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad. “Esperamos que se pueda realizar”, agregó.

Estos encuentros eclesiales comenzaron discretamente en la República Dominicana, en 1997, entre sacerdotes de la Isla y sacerdotes cubanos fuera de la Isla. Posteriormente se fueron incorporando religiosas y laicos de las distintas diócesis de Cuba, hasta llegar a este momento.

Para Rivera, estos encuentros “están marcados por el amor a Cuba, que sale por los poros permanentemente”; además, por el hecho de “querer un futuro de alegría, de paz, de justicia y de unidad para todos los cubanos”.

Este encuentro “me llena de esperanza; me doy cuenta de que son más las cosas que nos unen que las que nos pudieran dividir y, como dijo Mons. Wenski: ‘todos somos hijos de un mismo Dios, que es Padre, y de una misma Madre, que es María bajo el hermosísimo título de la Virgen de la Caridad del Cobre’”, agregó Rivera.

“Este encuentro ha sido especialmente esperanzador”, dijo Rita María Petrirena, coordinadora pastoral de la Conferencia Episcopal Cubana, quien asiste a estos encuentros desde hace 10 años. Para ella se ha ampliado la visión de los que están acá en relación con la Iglesia de allá. “Pero también nosotros conocemos la realidad de aquí”, señaló.

Nirma Piña, quien llegó de Cuba con 4 años de edad, es la primera vez que participa en el encuentro como parte del equipo de Miami. Dijo que le dio gusto “conocer y ver el rostro de la Iglesia de Cuba, y que somos uno, que funcionamos igual. La imagen que tengo de la Iglesia de Cuba es de ser muy viva, muy activa, con mucho coraje y mucha fuerza”.

  

Frutos y conclusiones del Encuentro Eclesial Cuba-Diáspora 2016

Durante una conferencia de prensa que se llevó acabo después de la Misa de clausura del Encuentro Eclesial Cuba Diáspora 2016, en la Ermita de la Caridad, el 25 de junio, Mons. Arturo González, Obispo de Santa Clara y representante de la Conferencia Episcopal Cubana para este encuentro, dio a conocer los frutos y las conclusiones a las que se llegaron.

 Frutos y conclusiones del Encuentro Eclesial Cuba-Diáspora 2016

• El avance en cuanto a la alianza de los cubanos de la Isla y los de la diáspora. La acogida: antes había cierta distancia, hoy nos hablamos con gran libertad y espontaneidad; no hay que escoger las palabras. 
• Ha aumentado notablemente el grupo de hijos de la nación cubana que viven fuera de la isla y que sienten el deseo de ir a tocar lo que su pueblo esta viviendo, y a ver con sus propios ojos lo que la Iglesia peregrina está realizando.
• Hay una cercanía entre los sacerdotes de la diáspora y otras congregaciones religiosas que van a trabajar con nosotros. Como la ayuda en momentos de desastre con el envío de medicinas, alimentos y útiles para ancianos y niños. Además del envío de material religioso.

Las conclusiones son: 

• Realizar el encuentro número 20 a los pies de la Virgen de la Caridad, en el Cobre, Cuba.
• Continuar trabajando en la línea del entendimiento, del dialogo, de la reconciliación, teniendo presente toda esta exhortación del Papa Francisco en este Año Jubilar Extraordinario de la Misericordia.
• Descubrir en qué campos pueden cooperar ambas Iglesias en el desarrollo del anuncio del Evangelio, que es nuestra misión fundamental, y en la promoción del ser humano.