Article Published

Article_Auschwitz-Birkenau: No words, only tears_S

Feature News | Monday, July 25, 2016

Auschwitz-Birkenau: No hay palabras, s�lo l�grimas

English Spanish

OSWIECIM, Poland | Pensé que estaba preparada.

A decir verdad, he visitado muchos lugares históricos, intentado fuertemente conectar, caminando por el mismo camino, mi presente con su pasado.

Pero nunca lo sentí realmente: ponerme en sus zapatos.

Luego, vine aquí: Auschwitz y Birkenau.

Tenía muchas ganas de venir. Pensé que por haber visto las fotografías, los campamentos y los alambres de púas, los uniformes a rayas y las caras de los cadáveres ya sabía la historia. Sólo tenía que agregarlo a mi lista.

Pero nada me preparó para esto: Un lugar donde los veteranos guías turísticos hacen una pausa para ahogar las lágrimas.

Un lugar escaso, de imágenes mínimas, excepto por las barracas vacías y las calles polvorientas, por las chimeneas y el bosque.

Un lugar donde el silencio habla más que cualquier palabra.

Un lugar que mueve a los visitantes a tocar los ladrillos y bajar la cabeza y orar por las personas cuyos nombres nunca se sabrán, pero cuya humanidad compartida se convierte instantáneamente en palpable.

Un lugar que simplemente nos hace llorar.

Los dos campos de concentración más notorios de la Segunda Guerra Mundial se encuentran en medio de campos verdes y casas blancas, rodeadas de flores.

Lo que siempre plantea la pregunta en mi mente: ¿Cómo pudo suceder esto? ¿Cómo nadie lo vio? Se necesita de cientos de personas para mantener estos lugares –para que siga tarareando, en realidad, la maquinaria de la muerte.

Y cuando Auschwitz se hizo demasiado pequeño para tantas víctimas, ellos construyeron otro campo de concentración: Birkenau. No es un cuartel del ejército polaco transformado, sino una máquina alemana de matar cuidadosamente diseñada, con vías del ferrocarril que conducían directamente a la puerta de entrada.

Otra vez la pregunta inquietante: ¿Cómo pudo suceder esto? 
La respuesta esperanzadora: Nunca más.

Pero en realidad sigue sucediendo y todavía no lo vemos: Bosnia. Ruanda. Irak. Siria.

Existe un patrón para el genocidio, dijo Hugh Huck, profesor de teología de la escuela secundaria St. Thomas Aquinas y chaperón de la Jornada Mundial de la Juventud. Él habló a los estudiantes de su grupo, mientras el autobús esperaba su turno detrás de una larga, larga línea de autobuses que llevaban visitantes al lugar.

Estas son las etapas del genocidio, dijo Huck, señalando que eso no sucede en una noche. “El genocidio comienza con la división”.

Es un lento cambio de identidad de las personas a través de:

  • Clasificación: nosotros contra ellos
  • Simbolización: esvásticas (swástikas) y estrellas amarillas
  • Deshumanización: Ellos no son humanos. Son una infección.
  • Organización: Iniciar la construcción de muros y enviar a la gente de regreso.
  • Polarización: “Ellos” no pueden ser educados, no deben ocupar determinados puestos de trabajo.
  • Movilización: Empezar a crear guetos y campos de concentración.
  • Exterminio: Una vez que comienza el genocidio, “es rápido y brutal”, dijo Huck. En Ruanda, un millón de personas murieron en cuatro meses.
  • Negación.

“Cuando negamos que estas cosas suceden, deshonramos a los muertos. Y de cierto modo, todos caemos en ello”, dijo Huck. “Los genocidios son bien planifi cados, con años de antelación. Así que tenemos tiempo para intervenir””. Y así, la historia se convierte en el presente.


Erick Frederick, de 20 años, entendió eso. Es uno de los cuatro peregrinos de la JMJ de la parroquia San Isidro, en Pompano Beach.

“Ver lo que fue Auschwitz, sí, un campo de muerte, y sí, este número de personas murieron, pero no es sólo el campo de exterminio”, dijo. “La razón por la que estos lugares están en pie es para recordar a todos los que perdimos. ... Pero no es sólo por (eso). Es por otras razones, para que las personas (en el futuro) no tengan que sufrir”.

En el punto medio del recorrido de dos millas por Birkenau, donde terminan las vías del tren, se levanta un monumento a las víctimas. Muy cerca hay sitios para sentarse y refl exionar, o simplemente observar el cuadro entero.

Hoy en día, para muchos de los peregrinos de Miami, es donde las lágrimas comenzaron a caer, y donde comenzaron las oraciones.

El Papa Francisco tenía razón: Cuando visitó este lugar días después, lo hizo en silencio. Igual que nosotros.

Pero no creo que le molestaría oír lo que oímos: una lenta melodía, cantada por un grupo grande de peregrinos de la JMJ, que sonaba por partes duelo y oración: “Por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero”.



Comments from readers

Trtesa - 07/26/2016 05:42 PM
Ana, beautiful words. Thank you for sharing your journey with us. May the youth assembled this World Youth Day bring back a renewed hope and determination for peace.

Powered by Parish Mate | E-system

This site is protected by reCAPTCHA and the Google Privacy Policy and Terms of Service apply