By Marlene Quaroni - Florida Catholic
Photography: MARLENE QUARONI | FC
MIAMI GARDENS | Cuando Dan Brandt pisó por primera vez el campus de 50 acres de Marian Center, vio el buen trabajo que las Hermanas de San José Benito Cottolengo y los maestros hacen para servir a las personas con discapacidades del desarrollo, y se dedicó a ayudar al centro.
“Es un oasis, un lugar hermoso y pacífico”, dijo Brandt, miembro de la junta directiva de Marian Center. La escuela tiene alrededor de 42 niños y jóvenes, de 6 a 22 años, y unos 77 adultos en su programa de formación de adultos. “A los niños y adultos con necesidades especiales se les ayuda a alcanzar su máximo potencial. Normalmente vengo al centro una vez a la semana”.
Brandt, de 66 años, propietario de Billiards by Brandt, tiene un historial de defensa de los niños con necesidades especiales. Como abogado de la Corporación de Servicios Legales Oregon, de Pendleton, enfatizó los temas ambientales, de consumo y de educación especial.
Se graduó de la universidad Southern Oregon y recibió su título de abogado de la Universidad New Hampshire.
Ejerció la abogacía en Oregon hasta que regresó a su natal Miami en 1988 y se hizo cargo del negocio familiar, vendiendo mesas de billar. También trabaja con otras organizaciones sociales en la comunidad de Miami, entre ellas: Homeless Trust, Voices for Children y el programa Guardian Ad Litem, y sirve como observador electoral.
“Los niños con necesidades especiales tienen derecho a una educación apropiada y gratuita”, dijo Brandt, que es mediador en las disputas de educación especial.
“Tienen derecho a un plan de educación individualizado”.
Brandt, que ha instalado mesas de billar para varias celebridades, recientemente donó una mesa de billar al Centro Mariano.
Con la ayuda de Brandt y su hijo Charlie, dos adultos del programa de entrenamiento para adultos del centro, Anthony Castellón, de 29 años, y Eric Cowherd, de 23, ensamblaron la mesa antigua de billar en el centro de actividades de la escuela. Utilizaron taladros y otras herramientas mientras armaban la mesa, pieza por pieza.
Las hermanas escogieron a los dos estudiantes por sus habilidades y fortaleza.
“Anthony tiene destreza manual y Eric entiende los ángulos y la velocidad”, dijo Brandt. Las hermanas usan las habilidades innatas del estudiante para sacar a relucir su mejor potencial. Las habilidades de ensamblaje para armar la mesa son básicas para cualquier tipo de construcción”.
Brandt dijo que la mesa de billar no es sólo para el entretenimiento: también contribuirá a desarrollar la destreza de los estudiantes.
“Jugar billar proporcionará una buena experiencia de enseñanza”, dijo. Los estudiantes aprenderán ángulos, geometría o spin —lo que afecta el giro de la bola blanca cuando golpea a la bola objetivo.
La coordinación entre la mano y el ojo es un punto clave para jugar billar. Debes entender lo que un brazo está haciendo. El antebrazo se mantiene estable, el brazo de atrás es el brazo de potencia. El juego consiste en la sutileza, no en la fuerza. Es una herramienta tremendamente valiosa que causará interacción social. Hay un diálogo con los otros jugadores sobre cómo golpear la bola”.
Una semana después de instalar la mesa, Brandt trajo a John DiToro, un profesional del billar y ganador de varios campeonatos, para enseñar a los miembros del programa de entrenamiento de adultos y a algunos de los profesores a jugar el centenario juego. Castellón, que ayudó a armar la mesa, fue uno de los varios estudiantes adultos que participaron en la clase de billar. Se vitorearon y animaron unos a otros mientras se turnaban para aprender el juego.
“Nunca había jugado billar antes”, dijo. “Me gusta golpear la bola con el palo. Pienso seguir jugando”.
Barbara Psinakis, profesora de Marian Center y directora de los programas para adultos, dijo que está feliz de tener otra forma de entretenimiento bajo techo y aprendizaje de habilidades.
“Los estudiantes usarán mucho la mesa de billar durante los meses más cálidos”, dijo. “Es otra forma de educación física y proporciona gratificación inmediata y camaradería”.
Comments from readers