For her, Jesus was the pearl of great value

By Archbishop Thomas Wenski - The Archdiocese of Miami

Homily by Archbishop Thomas Wenski at Mass for the repose of the soul of Carmen Hernandez, Co-initiator of the Neo-Catechumenal Way, who passed away earlier this week in Madrid, Spain. The Mass was held at St. Mary Cathedral, July 21, 2016. 

Carmen Hernandez, one of the initiators of the (Neo-Catechumenal) Way, was laid to rest today in Madrid.  We join with hundreds of thousands of brothers and sisters throughout the world in offering this Mass for the repose of her soul. 

No one should be surprised at her death – she was 85 and in recent years did not enjoy good health.  But, we do remind ourselves that for the one who believes death opens a door to a new life – for when our bodies lie in death, life is changed but not ended.  We entrust Carmen to the Lord who in his mercy will raise her up on the last day.

Carmen fue una discípula misionera.  Para ella, ser cristiana nunca fue una carga sino un don.  Su fe en Jesucristo, muerto y resucitado, fue esa “perla de gran precio”. Ella se apostó la vida en adquirirla y, como co-iniciadora del Camino Neocatecumenal, dio toda su energía en compartirla con los demás.

Por eso, encomendamos su alma al Señor de la Misericordia con la confianza que nos da la fe: ella, que ya murió como Cristo, resucitará con él en último día. A ella le faltaba poco para cumplir 86 años; y estos últimos meses fue para ella difíciles. Así, su muerte no debía habernos sorprendido. Sin embargo, es normal sentirnos dolidos.

Pero cuando muera una persona santa no hacen falta llantos sino más bien cantos de alabanzas y gratitud. Unámonos, pues, a todos que son parte del Camino Neocatecumenal para dar gracias al Señor por el regalo que fue Carmen para nuestra Iglesia que peregrina por los desiertos de este mundo.

En estos desiertos, donde es fácil perdernos, ella con una viva ansia evangelizadora, nos mostró un itinerario para seguir, un itinerario seguro por ser basado en el redescubrimiento del bautismo y de educación permanente en la fe.

Our earthly life is described in that beautiful Marian prayer, the Salve Regina, as a “valley of tears”, as an “exile”.  How easy it is for us to get lost – without a road map, an itinerary to show us the Way to safety.  One of the graces of the Post-Vatican II era, is the Way initiated by Kiko and Carmen through the rediscovery of baptism and its implications for each Christian.  Baptism – in which we die to self in order to live for the Lord and for others – introduces us to experience Jesus not as a figure from the distant past but as truly living today, a Jesus who gives us a new way of seeing the world and a new way of living in the world.

Hagamos nuestras las palabras del Papa Francisco dirigidas a Kiko y a todos quienes caminan con él.  Así, escribió el Papa: “Doy gracias al Señor por el testimonio de esta mujer, animada por un sincero amor a la Iglesia, que ha gastado su vida en el anuncio de la Buena Noticia en cada lugar, también aquellos más alejados, no olvidando a las personas más marginadas.”

También, como dijo el Papa a Kiko en su mensaje de pésame, Confiamos “su alma a la Divina Bondad para que la acoja en el gozo de la Pascua eterna y anime a aquellos que la han conocido y a cuantos son parte del Camino Neocatecumenal a mantener viva su ansia evangelizadora, en una comunión activa con los obispos y sacerdotes y ejercitando la paciencia y la misericordia con todos.”

Dale, Señor, el descanso eterno, y brilla para ella la luz perpetua. Que su alma y las de todos los fieles difuntos descansen en Paz. Amen.