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Breaking News | Friday, May 03, 2024

Cuatro nuevos sacerdotes para Miami

Un polaco, un italiano, un nicaragüense y un neoyorquino son los nuevos sacerdotes del 2024

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MIAMI | Un polaco, un italiano, un nicaragüense y un neoyorquino: los ordenados de este año llegan al sacerdocio desde tan lejos como Europa y América Central, y tan cerca como Nueva York –los cuatro, con el compromiso de servir a Dios y a su pueblo.

El Arzobispo Thomas Wenski ordenará a estos cuatro hombres al sacerdocio arquidiocesano este sábado, 11 de mayo de 2024, a las 10 de la mañana en la Catedral de St. Mary. La ceremonia se retransmitirá en directo en el sitio web de la Arquidiócesis.

A continuación, breves perfiles de los nuevos sacerdotes.


DIÁCONO JOHN EDWARD BUONOCORE: "HAY QUE ENTENDER BIEN AL HOMBRE"

Diácono John Edward Buonocore, 31 años.

Fotógrafo: FILE

Diácono John Edward Buonocore, 31 años.

A veces es un solo evento. Otras, es una serie de acontecimientos. Y en ocasiones, como en el caso del diácono John Edward Buonocore, una parábola sencilla ayuda a impulsar a un hombre hacia el sacerdocio.

En 2013, Buonocore escuchaba una homilía en la iglesia de Our Lady of Lourdes de Miami, donde Mons. Andrew Anderson compartió la historia de un padre que rompió un anuncio con una imagen del mundo y le dijo a su hijo que lo volviera a pegar.

Para sorpresa del hombre, el niño pegó el mapa rápidamente. Cuando le preguntó cómo lo hizo, el niño contestó que había visto la imagen de un hombre en la otra cara del papel. La lección: "Si entiendes bien al hombre, entiendes bien el mundo".

Al diácono Buonocore, de 31 años, eso le provocó algunas preguntas: "¿Qué clase de hombre quiero ser? ¿Qué quiere Dios que haga? ¿Una carrera o entregarme al Señor?".

Su familia fue terreno fértil para tales planteamientos. Buonocore, nacido en Long Island, asistía a la Misa dominical, y confesión en Navidad y Pascua. Asistió a una escuela secundaria católica en Mineola, New York y su familia rezaba el rosario los domingos y en los viajes por carretera.

"Siempre pensé en (ser sacerdote), pero nunca tuve la valentía de responder el llamado", admitió.

Estudió ingeniería biomédica en la Universidad de Miami (UM) en Coral Gables. Allí, asistía a Misa y participaba en el ministerio católico universitario.

Sin embargo, era "más como marcar la casilla de ser católico", comentó.

Mons. Michael Carruthers, capellán de la UM, le ayudó a cambiar de opinión. “Al verle predicar e interactuar con la gente se convirtió en un modelo para mí y pensé: 'Yo puedo hacer eso'".

Pero continuó estudiando y obtuvo una maestría en ingeniería eléctrica de la universidad de Texas A&M en 2017, aunque la inquietud sobre el sacerdocio seguía latente.

"Decidí que, si me sentía así al terminar la universidad, optaría por el sacerdocio", recordó Buonocore. "Y como la inquietud no desaparecía" ingresó al Seminario St. John Vianney y, tras un "fin de semana de discernimiento", finalmente manifestó: "De acuerdo, donde tú quieras que vaya".

Sus asignaciones catequéticas le ayudaron a confirmar que había hecho lo correcto. Sirvió en iglesias de Miami, Hialeah y Hollywood. Disfrutaba tanto de servir en las Misas como de estar con la gente en el diario vivir.

"Acuden a ti en busca de orientación y dirección espiritual", explicó el diácono Buonocore. "Dios te utiliza para ayudarles a crecer".

También aprendió de sus capellanías en el centro penitenciario de South Bay, cerca del lago Okeechobee, y después en el centro de detención juvenil de Palm Beach. Dedicarle tiempo a la gente, permitir que se abran, fue una gran lección.

Un adolescente le contó que su madre le había comprado zapatos; luego confesó que los había robado. Otro recluso citó las escrituras sobre la luz que brilla en la oscuridad.

"Muchos de ellos pasan más tiempo que yo leyendo la Biblia", dijo asombrado Buonocore. "A veces aprendo más de ellos que en mis clases. Llevamos a Jesús a lugares sombríos, pero descubrimos que Jesús ya está allí".

Sus padres, tíos, tres hermanos y 10 primos de Houston y Chicago piensan asistir a la ceremonia de ordenación.

Al preguntarle: ¿Es el adecuado para el puesto, como decía la parábola?, dijo, “creo que voy mejorando. Dios nunca termina con nosotros. Siempre hay más formas de crecer".

DATOS BREVES SOBRE EL DIÁCONO BUONOCORE

  • Fecha/lugar de nacimiento: 1 de diciembre de 1992, Nueva York, hijo de John y Dolorita Buonocore. Tiene una hermana y un hermano menores.
  • Educación: Graduado de la secundaria de Chaminade, Mineola, Nueva York, 2011; licenciado en ingeniería biomédica, Universidad de Miami, Coral Gables, 2015; maestría en ingeniería eléctrica, Universidad de Texas A&M, 2017.
  • Parroquia: St. Thomas the Apostle, Miami.
  • Ingreso al seminario de St. John Vianney: 2017.
  • Ordenación al diaconado: 22 de abril de 2023.
  • Año de diaconado: iglesia de Little Flower, Hollywood.
  • Dato curioso: Surfista entusiasta. "Es similar a la oración meditativa: como cuando se surfea una ola, hay que seguir el movimiento del Espíritu Santo".

 

Diácono Milton José Martínez Blass: La Iglesia le devolvió el abrazo

Diácono Milton José Martínez Blass, 48 años.

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Diácono Milton José Martínez Blass, 48 años.

"Voy a perder otro hijo".

Esa fue la reacción de su madre cuando el diácono Milton José Martínez Blass le informó que quería ser sacerdote.

Ella había renunciado a mucho al traerlo a los Estados Unidos en 1988, cuando huía del régimen comunista de Nicaragua. Su esposo y una hermanastra permanecieron en su país. Y un hijo había fallecido a los seis meses de edad.

"Le dije que seguiría siendo su hijo", indicó, "y ella comprendió que yo estaba siguiendo mi llamado".

Aun de niño, el diácono Martínez Blass sintió inclinación por el sacerdocio. "Me cautivaba ver al sacerdote actuando en la persona de Jesucristo, y llegando a la gente. Pero nunca hablé de eso porque no conocíamos a ningún sacerdote".

En la década de 1980, cuando el régimen sandinista de Nicaragua comenzó a obligar a los estudiantes varones a incorporarse al ejército, Miriam Blass, madre del diácono Martínez Blass, decidió emigrar con sus hijos sobrevivientes y un primo varón. Su padre, Guillermo, se quedó para atender su restaurante en Managua.

En Miami, la familia asistía a la iglesia de St. John Bosco, a la que Martínez Blass considera su parroquia. De adulto, se convirtió en banquero, se mudó, y asistió a otras iglesias.

Dos décadas después, regresó al vecindario, y asistió a una Misa en St. John Bosco. Se sintió incómodo y estuvo a punto de marcharse justo antes de la procesión, pero, el P. Juan Carlos Paguaga, el párroco en ese entonces, le dio una palmada en el hombro, y le dijo: "Bienvenido a casa, hijo".

"Aquello me impactó, y me quedé", sostuvo. "Durante la homilía sentí que me hablaba a mí de tener valor, fe en Dios, esperanza en Cristo".

El diácono Martínez Blass se inscribió en las clases para la confirmación, que no había hecho. Se integró como catequista y monaguillo, y el P. Paguaga se convirtió en su director espiritual.

La acogida de brazos abiertos le sorprendió, afirmó. "Abracé a la Iglesia por primera vez y, para mi sorpresa, la Iglesia me devolvió el abrazo".

Martínez Blass se confirmó en 2013, y dos años más tarde, ingresó al Seminario de St. John Vianney. Finalizó su cuarto año en el Seminario Regional de St. Vincent De Paul.

"Mucha gente piensa que el seminario te impone limitaciones en la vida, pero para mí fue liberador", declaró el diácono Martínez Blass. "El seminario te da muchas herramientas, como un director de formación y consejo espiritual. Nos ayudamos mutuamente. Pero al final, el Espíritu Santo me ayuda a verme como Dios me ve, con amor y misericordia. Sé quién es Milton, un hijo amado de Dios".

El diácono Martínez Blass ha servido en diferentes lugares como St. Thomas the Apostle, en Miami; el programa de Fresh Meals, en Cayo Hueso; y el ministerio para inmigrantes de la Diócesis de Richmond, Virginia.

Aseguró que le ha maravillado la manera en que la gente trata a los seminaristas. "Los quieren, y desean que se sientan bienvenidos. Pero entiendo que no era a Milton a quien veían. Era al ministerio y a la esperanza que hay en Cristo Jesús".

La madre de Martínez Blass aceptó su vocación. Después de que él sirviera en la adoración eucarística en St. John Bosco, Miriam Blass le manifestó: "Ya te entregué al Señor, y ahora te bendigo. Y quiero que hagas esto".

DATOS BREVES SOBRE EL DIÁCONO MARTÍNEZ BLASS

  • Fecha/lugar de nacimiento: 17 de marzo de 1976, Managua, Nicaragua. Hijo de Guillermo Ernesto Martínez Leyva y Miriam Del Socorro Blass Cárdenas. Segundo de tres hermanos; una hermanastra reside en Managua.
  • Educación: Colegio Bautista, Managua, 1986-1988; escuela de Coral Way Elementary, Miami, 1988-1989; escuelas intermedias de Booker T. Washington, Citrus Grove y Shenandoah, en Miami, 1989-1991; escuela de Miami Senior High, 1991-1995.
  • Llegada a los Estados Unidos: 1988.
  • Parroquia: St. John Bosco, Miami.
  • Seminario: St. John Vianney, Miami. Licenciatura en filosofía, mayo de 2019.
  • Ordenación al diaconado: 22 de abril de 2023.
  • Año de diaconado: 2023-24, iglesia de St. Andrew, Coral Springs.
  • Dato curioso: Disfruta tomar fotos espontáneas y arquitectónicas con su iPhone.

DIÁCONO PIOTR SAWICKI: UN CORAZÓN SANADO

Diácono Piotr Sawicki, 35 años.

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Diácono Piotr Sawicki, 35 años.

Al diácono Piotr Sawicki le resulta fácil decir que tuvo problemas del corazón. Los suyos eran literales, ya que se sometió a dos cirugías en la infancia. También eran figurados, pues desconfiaba de una deidad que permitió que su familia viviera en la pobreza y que él soportara el acoso en la escuela.

"Más tarde, la Iglesia me ayudó a ver que todos esos acontecimientos eran providenciales, que me preparaban para lo que estaba por venir", compartió.

El diácono Sawicki, de 35 años, nunca tuvo que librar las luchas de su abuelo, quien trabajó en el astillero de Gdansk, Polonia, donde se inició el movimiento de protesta "Solidaridad", contra el ya desaparecido gobierno comunista. Pero atravesó su propio período de rebelión, contra Dios.

No fue a causa de su crianza. Durante sus cirugías de corazón, su padre oraba: "Si lo salvas, es tuyo". De hecho, Piotr sintió el llamado al sacerdocio en su adolescencia, durante la adoración. "Fue una intuición, luego un alivio y una sensación de paz".

Luego, su desconfianza lo alejó. "Por un lado, Dios era bueno. Por otro, los sufrimientos de mi vida me hacían dudar de él".

Buscó otras rutas hacia la seguridad. Cuando era estudiante de secundaria, salía con chicas, se divertía, se dejó crecer el pelo, y tocaba el bajo en una banda de rock. De adulto, obtuvo un título en informática, y consiguió el "trabajo de sus sueños" como administrador de sistemas en una empresa informática. Pero continuaba frustrado.

"Me sentía realizado en el trabajo, tenía dinero y hacía lo que le gustaba con creatividad, pero no respondía a mis anhelos más profundos", confesó Sawicki y fue a hablar con un sacerdote de su infancia.

El P. Jaroslaw Ropel, le recomendó la catequesis con el Camino Neocatecumenal. Empezó a sentir el amor y el perdón de Dios, e incluso que los giros adversos de su vida servirían positivamente.

Lo profundizó en una peregrinación Neocatecumenal a Budapest, que le ayudó a mantener un "diálogo interno con Dios".

"Me sentí profundamente amado, con mis pecados y errores. Vi que tenía la oportunidad de llevar una vida plena. Cuando pidieron vocaciones, me sentí más que feliz de decir públicamente que me sentía llamado al sacerdocio", indicó el diácono Sawicki.

Fue a misiones catequéticas neocatecumenales, que le llevaron a lugares como Nueva Jersey, Arizona, Hawái y la Isla de Navidad. Fue esta última la que le dio más satisfacción, comentó Sawicki.

Le pareció que muchos hawaianos se sentían "cómodos" con su estilo de vida y menos interesados en las cuestiones espirituales. En la Isla de Navidad —un pequeño punto de tierra en el Ecuador, en medio del Pacífico— la gente estaba más consciente de lo poco en lo que podía confiar.

"Hacía calor como en un horno, y la electricidad era inestable", contó. "Y pude ver que el mensaje daba sus frutos. Conocí a un joven rebelde y a un hombre que tenía una amante.

"El anuncio de la Buena Nueva transformó sus vidas. Sus rostros y sus actitudes cambiaron".

En el Sur de La Florida, el diácono Sawicki ha servido en iglesias como St. Lawrence, en North Miami Beach; St. Katharine Drexel, en Weston; y la Misión de Santa Ana, en Naranja.

Le pidió al P. Ropel, su párroco en Gdansk, que le ayude a vestirlo en la ceremonia de ordenación el 11 de mayo.

Al preguntarle, ¿a dónde irá después de la ordenación? ¿Quizás de regreso a la catequesis itinerante?, Sawicki se limitó a sonreír. "Sé por experiencia que cuando intento encontrar la felicidad, me equivoco. Pero cuando me confío al Señor, él no me decepciona".

DATOS BREVES SOBRE EL DIÁCONO SAWICKI

  • Fecha/lugar de nacimiento: 28 de diciembre de 1988, Gdansk, Polonia. Tercero de cuatro hijos de Jacek y Teresa Sawicki.
  • Educación: Liceum Ogólnokształcące, Gdańsk, 2005-2008; obtuvo una licenciatura y un máster en informática de la Universidad Tecnológica de Gdańsk (Polonia).
  • Llegada a los Estados Unidos: 2013.
  • Parroquia: Our Lady Queen of Martyrs, Fort Lauderdale.
  • Seminario: St. John Vianney, Miami, 2016. Licenciatura en filosofía.
  • Ordenación al diaconado: 2 de abril de 2022.
  • Año de diaconado: iglesia de Our Lady Queen of Martyrs.
  • Dato curioso: Le gusta la música, desde la clásica hasta el rock clásico.

DIÁCONO DAVID ZALLOCCO: POR FIN, LA CLAVE ADECUADA

Diácono David Zallocco, 33 años.

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Diácono David Zallocco, 33 años.

De niño, el diácono David Zallocco encontró las claves del éxito: con sus padres, ser un buen muchacho; con los amigos, ser un payaso; con las chicas, ser buen deportista.

"O eso creía", reconoció el diácono Zallocco, de 33 años.

En su ciudad natal de Sant'Elpidio a Mare, en Italia, casi todo el mundo estaba en la "cinta transportadora", como él la llamaba: bautismo, primera comunión, confirmación, grupo juvenil. A los 17 años se unió a una comunidad Neocatecumenal.

Pero aquello no le llegaba al corazón. "Siempre oía que 'Dios te ama', pero nunca lo creí".

Parte del problema era haber sido hijo único, admitió Zallocco. "Estaba acostumbrado a ser el centro de atención, y traté de replicar eso con mis amigos, en mi escuela, en mi parroquia".

Un día, a los 16 años, bebió tanto, que perdió el conocimiento durante un desfile de Mardi Gras. Al día siguiente, en la escuela, se regocijó al ver a sus compañeros alineados en los pasillos, aplaudiéndole.

Trabajó por un tiempo en un periódico local, pero no soportó el ritmo frenético. A los 21 años, hizo una sombría evaluación.

"Me pregunté, ¿quién me quiere?", recordó. "Mis padres, si era un buen muchacho. Mis amigos, si era un payaso. Las chicas, pero sólo como amigo. Y nunca fui un deportista destacado.

"Así que la vida no tenía sentido. No había amor. Perdía el tiempo. Tenía ganas de suicidarme".

Aun así, consiguió ir a la Jornada Mundial de la Juventud de ese año en Madrid, y sintió el llamado al sacerdocio. "Pero no confiaba en el Señor. Sentía que me engañaría".

Eso cambió en 2012, cuando participó en una peregrinación a Santiago de Compostela, en España. Mientras recorría los últimos 160 kilómetros, con una chica del grupo desahogó sus sentimientos de soledad y desamor.

Ella le replicó simplemente: "¿No sabes que hay un Dios que te ama tal y como eres?".

Sí, lo había oído antes, pero esta vez era diferente. "Esta vez estaba descubierto, totalmente sincero", dijo Zallocco. "Sentí el cielo abierto. Dios me amaba tal como soy. Sentí alivio, felicidad, una paz que nada me podía quitar".

De regreso a casa, empezó a asistir a un centro prevocacional, y se reunía tres veces al mes con un sacerdote. Con el tiempo se dio cuenta de que, seguir a Dios significaba la ordenación.

En octubre de 2014, el Movimiento Neocatecumenal lo envió a Miami para estudiar en su seminario Redemptoris Mater. Ha impartido la catequesis para adultos en cinco iglesias de la Arquidiócesis: St. Boniface, en Pembroke Pines; St. Vincent, en Margate; St. Cecilia, en Hialeah; Mother of Christ y Good Shepherd, en Miami.

Zallocco habló con cariño de su época como catequista itinerante en el norte y centro de California, de 2019 a 2022. Recorrió el valle central del estado dando charlas a jóvenes de 12 a 25 años en campamentos de verano y recintos de invierno.

"Tuve mucho trabajo y noches sin dormir, pero fueron los tres mejores años de mi vida", aseguró. "Vi cómo los adolescentes sufren como yo. No se sienten lo suficientemente buenos. Pude anunciarles que Dios los ama".

La experiencia hizo que el diácono Zallocco decidiera servir como "sacerdote misionero", aunque termine en una parroquia.

Su mensaje: hay un infierno y un cielo. "El infierno fue cuando quise suicidarme y el cielo fue cuando me di cuenta de que Dios me ama. Ya no me esfuerzo por encajar, por demostrar mi valor. Hay un Dios que me ama tal como soy".

DATOS BREVES SOBRE EL DIÁCONO ZALLOCCO

  • Fecha/lugar de nacimiento: 25 de octubre de 1990, Sant'Elpidio a Mare, Italia. Hijo único de Domenico Zallocco y Fabiana Capraro.
  • Educación: Liceo Scientifico Temistocle Calzecchi Onesti, Fermo, 2009. Licenciatura en literatura moderna y contemporánea, Universidad de Macerata, Italia, 2014.
  • Llegada a los Estados Unidos: Octubre de 2014.
  • Parroquia: St. Lawrence, North Miami Beach.
  • Seminario: St. John Vianney, Miami. Certificado en estudios de Preteología, 2017.
  • Ordenación al diaconado: 23 de abril de 2023.
  • Año de diaconado: Junio de 2023, iglesia de St. Lawrence.
  • Dato curioso: Gran aficionado del equipo de fútbol italiano Juventus.

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