'Saber que eres tocado por el amor de Dios'

By Cynthia Thuma - Florida Catholic

Photography: JONATHAN MARTINEZ | FC

DEERFIELD BEACH | La multitud que asistía a cada una de sus presentaciones tenía más entusiasmo como si Fernando Martins de Bulhoes hubiera sido un gran industrial, un político muy conocido o una estrella del rock.

Pero con mucho más respeto y reverencia, los fieles de toda la Arquidiócesis de Miami (e incluso de más allá) asistieron para venerarlo por su nombre más conocido: San Antonio de Padua, un fraile franciscano del siglo XIII, sacerdote y maestro.

Muy querido por sus obras como santo patrono de Portugal, de los ancianos, de las mujeres que no pueden tener hijos y de los artículos perdidos y robados, San Antonio nació en una familia próspera en Lisboa, en 1195. Durante sus 36 años en la tierra, viajó por todo el mundo difundiendo el Evangelio y murió en Padua, Italia, en 1231, donde fue enterrado.

Dos relicarios de oro de la Basílica de Padua recorrieron 13 lugares de la Archidiócesis, desde Maratón hasta Coral Springs, del 30 de noviembre al 9 de diciembre. Un relicario llevaba un pequeño trozo de piel de la mejilla del santo; el otro llevaba una de sus costillas flotantes.

El P. Mario Conte, de la Basílica Pontificia de Padua y editor del Mensajero de San Antonio, acompañó las reliquias y dio las homilías en las Misas. Les dijo a los asistentes que cuando se acercaran al altar para venerar las reliquias, lo hicieran con silenciosa reverencia.

"Es un vínculo de amor, una conexión", dijo. "No habrá chispas, ni fuegos artificiales, ni nada en absoluto, excepto saber que eres tocado por el amor de Dios".

Considerado como un hombre sencillo, gentil y profundo, el mensaje de San Antonio es tan simple, directo y amoroso, como el P. Conte dijo a los fieles en la iglesia Our Lady of Health Syro-Malaba, en Coral Springs. "San Antonio quiere darles un simple mensaje: Dios lo sabe todo. No son el subproducto del movimiento de los átomos en el universo. Ustedes son hijos de Dios".

La ocasión fue especialmente significativa para los feligreses de Our Lady of Health, porque era la primera vez que la iglesia de Coral Springs fue seleccionada para albergar reliquias bendecidas desde su fundación, en 1984.

Mary Kuruvila, de Weston, dijo que no se habría perdido el evento. Hace varios años, resultó gravemente herida en un accidente de tráfico. Su codo izquierdo estaba destrozado y mientras yacía paralizada en una cama de hospital descubrió a San Antonio y sus obras. Ya completamente curada, fue a Misa para venerar las reliquias y dar gracias por su recuperación.

"Los indios lo amamos por su apostolado", dijo.

En la parroquia St. Gregory the Great, en Plantation, Yamile Stevenson esperó silenciosamente, en una larga fila entre las Misas, la oportunidad de tocar con su estampita de oración el cristal del relicario.

"Soy feligresa aquí por más de 40 años", dijo Stevenson. "Rezo todos los días las devociones, pero aquí hoy, estoy rezando por mis hijos".

Algunos asistentes a la Misa tocaban suavemente el cristal del relicario, mientras que otros se quitaban los crucifijos del cuello y los colocaban suavemente contra el cristal. Otros se contentaron con orar simplemente ante los relicarios o susurrar a sus hijos pequeños sobre el significado de lo que estaban haciendo y el por qué.

Las reliquias se han exhibido en todo el mundo por años y especialmente desde junio. En ese tiempo, han estado en exhibición en iglesias de Ohio, Nueva Jersey y Pensilvania; en las provincias canadienses de Ontario y Nova Scotia y en los estados australianos de Victoria y Australia del Sur.

¿Qué son las reliquias sagradas?

• Las reliquias sagradas son restos físicos de santos y otras personas veneradas por su santidad, tales como personas que han sido propuestas para la santidad y que aún no han sido canonizadas, junto con objetos que han sido "santificados" por haber sido usados o tocados de alguna otra manera por su cuerpo.
• Las reliquias se dividen en dos clases: Las reliquias de primera clase incluyen las partes físicas del cuerpo (generalmente huesos), ropa e instrumentos relacionados con el encarcelamiento, tortura y ejecución de un mártir. Las reliquias de segunda clase provienen de algo que el santo poseía o usaba durante su vida en la tierra.
• Las reliquias recuerdan la vida y los actos de los santos y de los santos mártires y no deben ser adoradas, sino veneradas y servir para reflexionar.
• En 2005, el Papa Benedicto XVI dijo: "Las reliquias nos dirigen hacia Dios mismo: Es Él quien, por el poder de su gracia, concede a los seres humanos débiles el valor de dar testimonio de Él ante el mundo. Al invitarnos a venerar los restos mortales de los mártires y de los santos, la Iglesia no olvida que, al fin y al cabo, se trata de huesos humanos, pero que pertenecen a personas tocadas por el poder vivo de Dios. Las reliquias de los santos son huellas de esa presencia invisible pero real que arroja luz sobre las sombras del mundo y revela el Reino de los Cielos en medio de nosotros".