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Feature News | Wednesday, February 13, 2019

Espiritualidad callejera en exposici�n

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Hugo Orezzoli, a la derecha, muestra su pintura "El autobús" a David Hurtado Fudinaga, cónsul general adjunto del Perú en Miami, durante la inauguración de la muestra de arte de Orezzoli, en la Universidad St. Thomas.

Fotógrafo: JIM DAVIS | FC

Hugo Orezzoli, a la derecha, muestra su pintura "El autobús" a David Hurtado Fudinaga, cónsul general adjunto del Perú en Miami, durante la inauguración de la muestra de arte de Orezzoli, en la Universidad St. Thomas.

Hugo Orezzoli describe sus obras de arte en la inauguración de su exposición en la Universidad St. Thomas.

Fotógrafo: JIM DAVIS | FC

Hugo Orezzoli describe sus obras de arte en la inauguración de su exposición en la Universidad St. Thomas.

“Las sahumadoras" encabezan solemnemente una procesión, en la muestra de arte de Hugo Orezzoli en la Universidad St. Thomas.

Fotógrafo: JIM DAVIS | FC

“Las sahumadoras" encabezan solemnemente una procesión, en la muestra de arte de Hugo Orezzoli en la Universidad St. Thomas.

Una vendedora ambulante de tamales ofrece sus productos para el desayuno en Lima. Su falda púrpura muestra que es octubre, el momento de celebrar El Señor de los Milagros, dice el artista Hugo Orezzoli.

Fotógrafo: JIM DAVIS | FC

Una vendedora ambulante de tamales ofrece sus productos para el desayuno en Lima. Su falda púrpura muestra que es octubre, el momento de celebrar El Señor de los Milagros, dice el artista Hugo Orezzoli.

MIAMI GARDENS | A primera vista, las pinturas al óleo de gran tamaño simplemente muestran escenas de la calle: vendedores, cantantes callejeros, un organillero. Pero mírelas de cerca, y verá medallas religiosas y retratos de santos.

Al observarlas más cerca aún, se puede ver esperanza, tristeza, tal vez hasta una ilusión en cosas tan comunes como vender tamales o cantar en una esquina.

Esos y otros elementos brillan en “Portraits of Criollismo” (Retratos de Criollismo), una nueva muestra de arte en el Archbishop John C. Favalora Archive & Museum de la Universidad St. Thomas (STU).

Los óleos sobre lienzo son obra de Hugo Orezzoli, y recuerdan las coloridas calles de la Lima de su infancia. Más que un artista, se considera un documentalista visual.

“Si me llama artista, le diré ‘gracias’”, dijo el residente de Miami durante la inauguración de su exposición en el museo, el 24 de enero. “Pero me considero un cuentista”.

Las imágenes muestran con precisión el desorden de la vida callejera en el barrio de Jesús María, en Lima, Perú, donde Orezzoli se crió. Los guitarristas cantan, los vendedores sonríen, las mujeres marchan solemnemente en una procesión religiosa. El autor lo relaciona con el criollismo, un conjunto de costumbres y tradiciones de la cultura latinoamericana.


Historias en imágenes

Cada una de las pinturas cuenta una historia:

  • Un emolientero mece dos botellas en sus brazos mientras mezcla un tónico de hierbas caliente.
  • Una vendedora ambulante fríe picarones en forma de rosquillas, su rostro iluminado por el carbón de su propio fuego.
  • Un organillero y un vendedor de helados exploran la calle en busca de clientes.
  • Un guitarrista y un cajonero, con los ojos cerrados mientras cantan y tocan en un rincón de la calle durante la noche.

El estilo de Orezzoli se ha comparado con el de Pancho Fierro, un artista peruano del siglo XIX. Fierro pintó en el costumbrismo, una mezcla de arte realista y romántico que data del siglo XIX en España y América Latina. El género evita los grandes eventos y los temas heroicos en favor de la gente común y la vida cotidiana.

La exposición de arte de STU nació cuando Isabel Medina, coordinadora del museo, buscaba en línea materiales sobre el Señor de los Milagros, un festival que se celebra cada octubre en Perú. Encontró la pintura de Orezzoli sobre el desfile anual en Lima, y también se enamoró del resto de su arte.

“Es algo emocional para mí”, expresó Medina, una peruana-estadounidense. “Al ver sus pinturas, regreso a mi infancia”. Orezzoli devolvió el cariño al donarle al museo Favalora una impresión de la imagen de tamaño natural.

 

Celebran un milagro

Entre las 38 personas en la inauguración se encontraba David Hurtado Fudinaga, vicecónsul de Perú en Miami. Dijo que el arte de Orezzoli representa a Lima de manera precisa.

En esta pintura los pasajeros viajan en un autobús lleno de gente, en la nueva exhibición de arte de Hugo Orezzoli, en la Universidad St. Thomas.

Fotógrafo: JIM DAVIS | FC

En esta pintura los pasajeros viajan en un autobús lleno de gente, en la nueva exhibición de arte de Hugo Orezzoli, en la Universidad St. Thomas.

"La vendedora ambulante de picarones" es iluminada por el fuego de su cocina de carbón en la exposición de arte de Hugo Orezzoli, en la Universidad St. Thomas.

Fotógrafo: JIM DAVIS | FC

"La vendedora ambulante de picarones" es iluminada por el fuego de su cocina de carbón en la exposición de arte de Hugo Orezzoli, en la Universidad St. Thomas.

“Es increíble”, declaró Fudinaga. “Me encanta el color, el drama, las diferentes razas: eso es Perú en la actualidad”. Las pinturas también atrajeron la admiración de Emilio Héctor Rodríguez, quien en 2017 contribuyó a una exposición de arte en STU. Notó cómo las pinturas reflejan la identidad de la patria de Orezzoli.

“Es muy importante en el mundo de un artista”, observó. “Dondequiera que estés mantienes tu país en tu corazón”.

En las pinturas, los toques religiosos también se filtran a través de lo ordinario.

Las iglesias quizás no abundan en los cuadros de Orezzoli, pero en casi todas las escenas, en una pared o una blusa, hay una imagen de alguien como San Martín de Porres o Santa Rosa de Lima.

O del llamado Cristo Morado, cargado en la procesión del Señor de los Milagros.

El festival celebra un milagro del siglo XVII, cuando un terremoto causó una destrucción masiva, pero quedó intacta una pared con un crucifijo pintado.

En la pintura de Orezzoli, tres mujeres con velo en la cabeza llevan incienso, y tienen diferentes expresiones de alegría, fe y solemnidad. Aunque pintó de memoria, un octubre reciente lo encontró de regreso en Lima, y fue “abrumado por la emoción”, admitió.

Parte de la religión popular es superstición, la esperanza de que un santo los proteja y los ayude a prosperar, dijo Orezzoli con franqueza. “La religión es una gran parte de la cultura, especialmente en la clase media baja”.

El presidente de STU, David Armstrong, estuvo presente durante la apertura y elogió la exposición por ponerle un rostro al arte y a los valores católicos.

“En la Iglesia tenemos una gran historia de artistas maravillosos en vitrales, tapices, bajorrelieves”, explicó Armstrong, quien trabaja durante su primer año en la universidad. “Si hay algo que destaca el ser católico, es el valor de la vida, y eso se expresa en el arte de Hugo”.

Sin embargo, no todo el arte es serio. Orezzoli señaló una pintura de un autobús, en la que los rostros pueden ofrecer material para una comedia. Un pasajero lee su periódico mientras otro lo lee sobre su hombro. Uno pretende dormir (para evitar ceder su asiento, dijo Orezzoli). Y una mano misteriosa roba de un bolsillo.

 

¿Santa de los no queridos?

Orezzoli señaló una pared del autobús donde hay un retrato de Sarita Colonia. A pesar de no estar canonizada, muchos peruanos la veneran como una santa, patrona de los taxistas, conductores de autobús y presos.

“Es la santa de los que no son queridos por otros santos”, explicó Orezzoli, quien asiste a la iglesia St. Rose of Lima, en Miami Shores. “Por eso ella protege al conductor del autobús y al hombre que se lleva la cartera, pero no al hombre cuya cartera se está robando”, añadió con una sonrisa.

Orezzoli, de 54 años, se describe como artista por accidente. Llegó a los Estados Unidos a los 15 años, y obtuvo un grado en diseño gráfico de la Universidad Estatal de Missouri, en Springfield. Eso le llevó a una carrera en publicidad, que continuó después de mudarse a Miami en 1996.

Extendió sus propias habilidades artísticas al pintar murales en un restaurante que él y su esposa establecieron, y que perdieron durante la recesión nacional de 2008. Pero mantiene una actitud filosófica al respecto: “Si no hubiera perdido el restaurante, no habría empezado a pintar”.

Orezzoli pintaba sus cuadros aparte de continuar en el arte comercial y convertirse en el director creativo de una agencia de publicidad. Mientras pinta, Orezzoli escucha música flamenca y, curiosamente, réquiems.

“Creo que la creatividad viene de la tristeza”, sostuvo.

Confesó que, en realidad, siente miedo mientras pinta. “Cuando ves cómo la gente mira tu trabajo, no quieres fallar”, indicó. “Es un miedo positivo. Sientes la responsabilidad de hacerlo bien”. Dijo que, tras pintar, necesita un descanso, por lo general con un poco de Jack Daniels.

Si asiste

  • Evento: Exposición “Hugo Orezzoli’s Portraits of Criollismo” (Los Retratos del Criollismo, de Hugo Orezzoli).
  • Tema: Imágenes de la cultura popular durante la infancia de Orezzoli en Lima, Perú.
  • Cuándo: Hasta el 31 de mayo.
  • Dónde: Archbishop John C. Favalora Archive & Museum, en la Universidad de St. Thomas, 16401 N.W. 37th Avenue, Miami Gardens.
  • Horario: 10 a.m. a 6 p.m., de lunes a jueves; 10 a.m. a 5 p.m., viernes y sábado solo para grupos con cita previa.
  • Costo: Gratis
  • Informes: [email protected], 305-628-6769


Dos entusiastas del arte admiran a "Las sahumaduras" de Hugo Orezzoli durante la inauguración de su espectáculo en la Universidad de St. Thomas.

Fotógrafo: JIM DAVIS | FC

Dos entusiastas del arte admiran a "Las sahumaduras" de Hugo Orezzoli durante la inauguración de su espectáculo en la Universidad de St. Thomas.

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