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Feature News | Monday, October 15, 2018

Papa Francisco canoniz� a Pablo VI, Monse�or Romero y otros cinco nuevos santos

Fachada de la Basílica de San Pedro con los retratos oficiales de los nuevos santos.

Fotógrafo: Daniel Ibáñez (CNA)

Fachada de la Basílica de San Pedro con los retratos oficiales de los nuevos santos.

El Papa Pablo VI defendió la vida y la familia con su encíclica Humanae Vitae y llevó a término el Concilio Vaticano II.

Fotógrafo: DANIEL IBANEZ (CNA)

El Papa Pablo VI defendió la vida y la familia con su encíclica Humanae Vitae y llevó a término el Concilio Vaticano II.

Mons. Oscar Romero, el Arzobispo de San Salvador asesinado en 1980 mientras celebraba una Misa.

Fotógrafo: DANIEL IBANEZ (CNA)

Mons. Oscar Romero, el Arzobispo de San Salvador asesinado en 1980 mientras celebraba una Misa.

La Madre Nazaria Ignacia March Mesa fundó a las Misioneras Cruzadas de la Iglesia.

Fotógrafo: DANIEL IBANEZ (CNA)

La Madre Nazaria Ignacia March Mesa fundó a las Misioneras Cruzadas de la Iglesia.

El P. Vincenzo Romano, un sacerdote italiano conocido por su trabajo a favor de los huérfanos y de los marineros.

Fotógrafo: DANIEL IBANEZ (CNA)

El P. Vincenzo Romano, un sacerdote italiano conocido por su trabajo a favor de los huérfanos y de los marineros.

Nunzio Sulprizio, joven laico italiano que falleció a los 19 años.

Fotógrafo: DANIEL IBANEZ (CNA)

Nunzio Sulprizio, joven laico italiano que falleció a los 19 años.

El P. Francesco Spinelli, fundador del Instituto de las Hermanas Adoratrices del Santísimo Sacramento.

Fotógrafo: DANIEL IBANEZ (CNA)

El P. Francesco Spinelli, fundador del Instituto de las Hermanas Adoratrices del Santísimo Sacramento.

Madre María Caterina Kasper, fundadora de las Siervas Pobres de Jesucristo.

Fotógrafo: DANIEL IBANEZ (CNA)

Madre María Caterina Kasper, fundadora de las Siervas Pobres de Jesucristo.

CIUDAD DEL VATICANO, ACI Prensa | El Papa Francisco canonizó este domingo 14 de octubre a Pablo VI, Mons. Oscar Romero y otros nuevos cinco santos, durante la multitudinaria Misa que se celebró en la Plaza de San Pedro.

Además del nuevo Papa santo y el Arzobispo de San Salvador, también fueron canonizados los sacerdotes italianos Francesco Spinelli y Vincenzo Romano, las religiosas María Caterina Kasper y Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús March Mesa, y el laico italiano Nunzio Sulprizio.

El Santo Padre leyó la fórmula de canonización luego de la solicitud del Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, Cardenal Giovanni Angelo Becciu, para que los siete beatos sean inscritos en el libro de los santos; y tras la lectura de una breve reseña biográfica de cada uno.

Para la Misa el Pontífice portó el báculo pastoral de Pablo VI y el palio de su predecesor. Además vistió una reliquia de Mons. Romero: el cíngulo que usó el día en que fue asesinado en San Salvador y que está manchado de sangre.

Asimismo, para la Eucaristía, el Papa Francisco usó el cáliz de Pablo VI.

En la Misa también estuvieron presentes las siguientes reliquias: la camiseta que usó Pablo VI en el atentado que sufrió en Filipinas y que está manchada de sangre, fragmentos óseos de Mons. Romero, Francesco Spinelli, Vincenzo Romano, Nunzio Sulprizio y María Caterina Kasper, y un mechón de cabello de Nazaria Ignacia March Mesa.

Durante la homilía, el Pontífice dijo a los fieles que una característica común de los nuevos santos es que supieron amar a Jesús con radicalidad.

Francisco recordó que Jesús no se conforma con recibir un poco. “Jesús es radical. Él lo da todo y lo pide todo: da un amor total y pide un corazón indiviso”, afirmó.

“También hoy se nos da como pan vivo; ¿podemos darle a cambio las migajas? A Él, que se hizo siervo nuestro hasta el punto de ir a la Cruz por nosotros, no podemos responderle sólo con la observancia de algún precepto”.

“A Él, que nos ofrece la vida eterna, no podemos darle un poco de tiempo sobrante. Jesús no se conforma con un ‘porcentaje de amor’: no podemos amarlo al veinte, al cincuenta o al sesenta por ciento. O todo o nada”, señaló.

El Papa señaló que el Evangelio de este domingo es una invitación a encontrarse con el Señor, a amarle con esa radicalidad, y en concreto lo refleja en el joven “que se le acercó corriendo”. En este sentido, Francisco invitó a “identificarnos con ese hombre, del que no se dice el nombre en el texto, como para sugerir que puede representar a cada uno de nosotros”.

La conversación que se produce entre ese joven y Jesús es una conversación que se produce en el interior de cada cristiano a lo largo de su vida de fe.

El joven “le pregunta a Jesús cómo heredar la vida eterna. Él pide la vida para siempre, la vida en plenitud: ¿quién de nosotros no la querría? Pero, vemos que la pide como una herencia para poseer, como un bien que hay que obtener, que ha de conquistarse con las propias fuerzas”.

De hecho, “para conseguir este bien ha observado los mandamientos desde la infancia y para lograr el objetivo está dispuesto a observar otros; por esto pregunta: ‘¿Qué debo hacer para heredar?’”.

El Santo Padre explicó que “la respuesta de Jesús desconcierta” a ese joven. “El Señor pone su mirada en él y lo ama. Jesús cambia la perspectiva: de los preceptos observados para obtener recompensas al amor gratuito y total. Aquella persona hablaba en términos de oferta y demanda, Jesús le propone una historia de amor”.

En concreto, “le pide que pase de la observancia de las leyes al don de sí mismo, de hacer por sí mismo a estar con Él. Y le hace una propuesta de vida ‘tajante’: ‘Vende lo que tienes, dáselo a los pobres (…) y luego ven y sígueme’”.

“Jesús también te dice a ti: ‘Ven, sígueme’”, afirmó Francisco dirigiéndose a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro. Entonces, explicó lo que significan esas dos palabras: “ven” y “sígueme”.

“Ven: no estés quieto, porque para ser de Jesús no es suficiente con no hacer nada malo. Sígueme: no vayas detrás de Jesús solo cuando te apetezca, sino búscalo cada día; no te conformes con observar los preceptos, con dar un poco de limosna y decir algunas oraciones: encuentra en él al Dios que siempre te ama, el sentido de tu vida, la fuerza para entregarte”.

El Señor tiene una actitud tajante con aquel joven, pero sus palabras no son de reprobación, sino de amor. Jesús le dice: “Vende lo que tienes y dáselo a los pobres”.

El Pontífice subrayó que “el Señor no hace teorías sobre la pobreza y la riqueza, sino que va directo a la vida. Él te pide que dejes lo que paraliza el corazón, que te vacíes de bienes para dejarle espacio a él, único bien”.

“Verdaderamente, no se puede seguir a Jesús cuando se está lastrado por las cosas. Porque, si el corazón está lleno de bienes, no habrá espacio para el Señor, que se convertirá en una cosa más. Por eso la riqueza es peligrosa y, dice Jesús, dificulta incluso la salvación”.

Dios no es severo, insiste Francisco. “El problema está en nosotros: el tener demasiado, el querer demasiado sofoca nuestro corazón y nos hace incapaces de amar”.

En este sentido, el Papa comparó el corazón humano con un imán que “se deja atraer por el amor, pero solo se adhiere por un lado y debe elegir entre amar a Dios o amar las riquezas del mundo”.

“Preguntémonos de qué lado estamos. Preguntémonos cómo va nuestra historia de amor con Dios. ¿Nos conformamos con cumplir algunos preceptos o seguimos a Jesús como enamorados, realmente dispuestos a dejar algo para él?”.

Es Jesús el que plantea esas mismas preguntas en el corazón de cada uno de sus hijos. “Jesús nos pregunta a cada uno personalmente, y a todos como Iglesia en camino: ¿somos una Iglesia que solo predica buenos preceptos o una Iglesia-esposa, que por su Señor se lanza a amar? ¿Lo seguimos de verdad o volvemos sobre los pasos del mundo, como aquel personaje del Evangelio?”.

En definitiva, “¿nos basta Jesús o buscamos las seguridades del mundo? Pidamos la gracia de saber dejar por amor del Señor: dejar las riquezas, la nostalgia de los puestos y el poder, las estructuras que ya no son adecuadas para el anuncio del Evangelio, los lastres que entorpecen la misión, los lazos que nos atan al mundo”.

La Misa fue concelebrada por el Arzobispo de San Salvador, Mons. José Luis Escobar Alas; el Obispo Auxiliar, Cardenal Gregorio Rosa Chávez; el Arzobispo de Madrid, Cardenal Carlos Osoro; el Obispo de Potosí (Bolivia), Mons. Ricardo Centellas; el Arzobispo de Nápoles, Cardenal Crescenzio Sepe, entre otros.


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