By Daniel Shoer Roth - [email protected]
Fotógrafo: CORTESÍA MISIONERAS CLARETIANAS
Las Misioneras Claretianas en Cuba alimentan a los niños pobres en comunidades rurales y alejadas como Rancho Grande, en las afueras de Guantánamo.
MIAMI | Con paciencia y celo dignos de su elevado ministerio, la Hna. Lidia Alcántara Ivars, Claretiana española radicada en República Dominicana, describe su servicio constante de caridad al prójimo, ofreciéndose a sí misma, su tiempo y alegría, para que todas las personas se sientan reconocidas, valoradas y amadas, independientemente de su color de piel, nacionalidad o condición socioeconómica.
Visitando a los enfermos en un batey en las afueras de Santo Domingo donde más del 80 por ciento de los residentes son haitianos hacinados en condiciones de miseria, se percató de que muchos niños jamás habían logrado inscribirse en una institución educativa por la situación migratoria irregular de sus familias. No sabían ni leer ni escribir, así que la religiosa comenzó un programa de clases de alfabetización.
“Los primeros inscritos ya saben multiplicar hasta por cuatro cifras”, relata con el goce de quien observa el deber cristiano.
No tener papeles obstaculiza la entrada en la escuela pública. Entonces se planteó ayudar a regularizarlos. Puso en marcha el misericordioso operativo “Sin papeles no soy nadie” con la meta de conseguir documentos de identidad y cupo en los colegios.
Las Misioneras Claretianas administran, por otra parte, el centro educativo María Inmaculada, proporcionando educación gratuita a 350 menores, dominicanos y haitianos.
El año pasado, la Hna. Alcántara dedicó abundantes horas a llenar formularios y hacer trámites legales para inscribir a los más vulnerables en el Plan Nacional de Regularización de Extranjeros que ofrece residencial temporal. Su oficina ha estado abarrotada de expedientes. No son meros papeles. “Son vidas humanas que merecen vivir con la mayor dignidad”, asevera.
“Esta es otra manera implícita de evangelizar –manifiesta–. No es hablar expresamente de Dios. Es ayudar a la gente como lo hizo Jesús”.
De tal modo que para esta comprometida hija de la Iglesia, una de las cosas más bonitas que alguien puede decirle es que ella representa un regalo de Dios.
Para más información y apoyo a estos proyectos misioneros visite la página web: claretiansisters.org o contacte a la Hna. Ondina Cortes: [email protected].
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