By Priscilla Greear - Florida Catholic

MIAMI | A principios de diciembre, bendecido con un clima divinamente soleado y un calendario de Adviento favorable para los motociclistas, el Arzobispo Thomas Wenski se dirigió unas 200 millas (322 km) al norte en su Harley Davidson “Street Glide” para asistir a una reunión de los Obispos de La Florida en la Diócesis de Venice. La semana siguiente, mientras disfrutaba de la frescura del océano, el eclesiástico motociclista recorrió más de 150 millas (241 km) por el Overseas Highway para dedicar el nuevo edificio de la escuela secundaria de la Basílica, en Key West.

El Día de Año Nuevo, salió en su moto para celebrar una Misa con la comunidad haitiana en la iglesia St. Leo the Great, en Bonita Springs. En enero recorrió 300 millas (483 km) y cruzó el puente Sunshine Skyway para asistir al retiro de los Obispos de La Florida, cerca de Tampa, con lo que acumuló más de 2,000 millas (3,200 km) hasta mediados de enero.

Para el pastor de la Arquidiócesis de Miami, es una experiencia de oración y de inmersión, sobre todo en el tráfico del Sur de La Florida.

“Te ayuda a despejar la mente, a quitarte las telarañas de la cabeza, porque debes concentrarte en conducir, y no darle muchas vueltas a los problemas”, explicó el Arzobispo Wenski. “Ya sea en la autopista de peaje, en la US 27, o en una pequeña carretera alrededor del bosque de Ocala, es muy estimulante, muy agradable. Experimentas la naturaleza”.

Para culminar su jornada invernal, en la fresca y soleada mañana del 26 de enero de 2025, el Arzobispo Wenski animó a 357 motociclistas y sus 113 pasajeros, que participaron en la 13ª edición anual del Paseo en Motocicleta con el Arzobispo.

Los entusiastas motociclistas, vestidos con pantalones vaqueros y de cuero y chalecos con cálices y otros parches religiosos, se reunieron en la iglesia de Our Lady of Guadalupe, en Doral, un lugar designado de peregrinación para este Año Jubilar. Esto ofreció la ventaja de recibir una indulgencia para quienes cumplieran los requisitos y condujeran con cortesía.

La nueva ruta de 63.2 millas (101.7 km) terminó en la iglesia St. Justin Martyr, en Key Largo, donde había camiones de comida y entretenimiento. Lo recaudado se destinó al Centro St. Luke de Caridades Católicas, que ofrece tratamiento por adicción a pacientes hospitalizados y ambulatorios, y atiende a más de 250 clientes al año. El patrocinador principal fue Manaty Transportation. Otros patrocinadores fueron TD Bank, Realty One Group Evolution y Peterson’s Harley Davidson.

Fuera de la iglesia de Our Lady of Guadalupe, los motociclistas exhibían sus relucientes y coloridas motos y “trikes”, desde una Kawasaki verde neón hasta una Triumph azul real con la bandera estadounidense. Allamo Moraes se preparaba para viajar con su hijo Benjamín, mientras describía su viaje más largo, de más de 20,000 millas (32,000 km) desde Argentina hasta Alaska, y de regreso a La Florida.

Marco Norori y Dennyson Padillo llegaron a las 6:30 a. m. para su peregrinación anual en motocicleta. 

“Es viajar con el Arzobispo, quien abre el camino. Primero, vamos a la Misa. Recibes la bendición de la Misa, el Arzobispo bendice la moto, y nos vamos de paseo. No hay nada mejor que eso”, aseguró Norori.

“Necesitamos la bendición”, añadió Padillo, “¡especialmente por la manera en que la gente conduce aquí, en el Sur de La Florida!”.

George Gutiérrez, presidente de Knights on Bikes Florida, de los Caballeros de Colón, se unió a 45 motociclistas de las diócesis de Orlando, Venice y St. Petersburg, y a 22 del Sur de La Florida. “El Arzobispo tiene una línea directa hacia arriba. Para mí, ir de paseo con él es algo muy espiritual”.

Gutiérrez señaló que la mayoría de los motociclistas son católicos, y que se siente mucha espiritualidad en el ambiente. Añadió que también evangelizan con su ejemplo a quienes más lo necesitan. Toda su familia estaba con él; algunos dejaron de ser católicos, pero ahora van a la iglesia. “Ven que te diviertes al conducir una moto, y que aún conservas esa espiritualidad. Algo de eso se ha traído a la Iglesia”.

Gutiérrez participó en solidaridad con quienes sufren adicción.

“Siento una conexión. Me imagino que aquí hay bastantes que han pasado por el programa (de St. Luke). Por eso es anónimo”, observó Gutiérrez.

La delegación sacerdotal incluía al P. Israel Mago, párroco de Our Lady of Guadalupe; el P. Agustín Estrada, sacerdote secretario del Arzobispo Wenski; el P. Juan Pedro Hernández, párroco de Mother of Our Redeemer, en Miami; el P. Matthew Gómez, decano del Programa Propedéutico del Seminario Universitario de St. John Vianney, en Miami; y el P. Julio de Jesús, párroco de St. John XXIII, en Miramar.

El Arzobispo habló en la Misa de las 8:30 de la mañana sobre la declaración de Jesús de que su misión era llevar la buena nueva a los afligidos, dar libertad a los cautivos, vista a los ciegos y libertad a los oprimidos. Del mismo modo, los católicos están llamados a vivir el “quinto Evangelio” a través de las obras de misericordia espirituales y corporales.

“Hoy hacemos el viaje en motocicleta a beneficio del Centro St. Luke para la recuperación de las adicciones. Es un programa residencial de la Iglesia Católica para que las personas que sufren diversas adicciones, como las drogas y el alcohol, se puedan liberar de esa opresión”, explicó el Arzobispo.

Rogó por la protección de Dios en el camino a Key Largo.

“El Espíritu Santo nos ungirá y fortalecerá nuestro testimonio como miembros del cuerpo de Cristo, la Iglesia. Que la fe católica en plenitud y autoridad sea profesada, celebrada, vivida y recitada por cada uno de nosotros, para que Jesucristo no solo esté en nuestros labios, sino también en nuestros corazones. Así, de esta manera, llevaremos la buena nueva a los pobres, la libertad a los cautivos, y la vista a los ciegos”, oró el Arzobispo.

Luego, el líder católico asperjó agua bendita sobre los motociclistas, quienes levantaron los caballetes a las 9:45 de la mañana y formaron una procesión.

Yvonne Acevedo ha estado conduciendo motocicletas por 23 años y, después de un receso de siete años debido a una enfermedad en la familia, compró una Harley Davidson “Breakout” en 2024.

“Es la camaradería. Cuando estás conduciendo sientes que estás en la tierra, con Dios. Es muy espiritual”, comentó. “¡Estoy rompiendo barreras con mi ‘Breakout’!”.

Este año, el Paseo en Motocicleta con el Arzobispo recaudó más de 22,000 dólares, y los ingresos netos se destinaron al mantenimiento del edificio de 20 habitaciones de St. Luke. El programa utiliza materiales psicoeducativos basados en evidencias, incluido el componente espiritual, y los clientes permanecen allí un promedio de 80 días.

El director ejecutivo de Caridades Católicas, Peter Routsis-Arroyo, calcula que alrededor del 75 por ciento de los clientes han experimentado la falta de vivienda.

“La idea es que dejen de consumir  sustancias y, a través de la gestión de casos, ayudarles a reintegrarse a la comunidad, lo que incluye encontrar vivienda y trabajo”, explicó. “Es muy intenso”.

Juan Ramírez es uno de los fundadores de Emmaus Riders, un grupo de Our Lady of Guadalupe que pasea en motocicleta todos los jueves. Los miembros sirven unas 80 comidas al mes a personas sin hogar en el centro de la ciudad, y desayunos en los retiros de Emaús.

“Para nosotros, es suficiente si podemos salvar aunque sea un alma. No todas las personas que salen en moto hoy son católicas”, anotó Ramírez. “Es un día en el que pueden unirse y ver a Jesús aquí, con el Arzobispo”.

El primer viaje del Arzobispo se realizó en 2012 como un “poker run”. Anteriormente, había participado en paseos para Caridades Católicas de Orlando y departamentos de la policía, donde “se me ocurrió que podía hacer el mío”. Cuando se aproximaba a su 50o cumpleaños, el Arzobispo Wenski compró su primera motocicleta de un amigo abogado, una Honda “Shadow”.

Entre los paseos benéficos, le encanta ir hasta la Universidad Ave María, en Naples, y bajar hasta Key West, a donde regresará para una confirmación en marzo. Algunos paseos memorables incluyen un viaje por las carreteras del Blue Ridge Parkway, y la apertura del túnel del puerto de Miami.

Al recorrer La Florida, “siempre me sorprende que me reconozcan”, admitió. “Puedo ir con el casco puesto y, antes de quitármelo, me saludan: ‘Hola, Arzobispo, ¿cómo está?’”.

Presentará su renuncia al Papa Francisco al cumplir los 75 este año, pero “espero que el evento continúe mientras yo esté por aquí”.

Describió el paseo de este año como “fantástico”.

“Estoy muy contento, porque cada año es más grande. Eso significa más apoyo para el Centro St. Luke, algo muy positivo. Me divierto mucho al hacerlo”, compartió el Arzobispo.

“En el paseo en motocicleta han participado personas que me han dicho que fueron clientes allí, o que sus hijos lo fueron, y esa es una de las razones por las que asisten, para apoyarlo”, expresó. “Fue genial ver a todos esos motociclistas en la Iglesia”.