MIAMI | Llegaron pensando que sus problemas eran únicos.

Pero al decirlos en voz alta, miembros de los 21 movimientos hispanos en el sur de la Florida se dieron cuenta de que todos tenían las mismas preocupaciones: falta de apoyo entre los sacerdotes, falta de lugares donde reunirse o tener retiros, falta de sacerdotes para escuchar confesiones o servir de guías espirituales, y falta de coordinación entre los mismos movimientos.

También le dijeron al Arzobispo Thomas Wenski, durante una sesión de opinión del Sínodo llevada a cabo el 19 de septiembre en la Ermita de la Caridad, que les dolía que muchos católicos ni siquiera estén enterados de la variedad de movimientos espirituales que existen en la arquidiócesis. Verdaderamente, hay un grupo para cada devoción, desde Castos por Amor hasta Encuentros Juveniles, desde la Legión de Maria hasta la Renovación Carismática, desde Nueva Vida, para aquellos con problemas de adicción, hasta Matrimonio 2000, para aquellos que quieren convalidar sus matrimonios civiles en la Iglesia.

“¿Cómo podemos hacer que nuestros movimientos sean más conocidos”? dijo Ondina Menocal, quien pertenece a la Archicofradía de la Virgen de la Caridad y ejerce como presidente del grupo que reúne a los líderes de todos los movimientos apostólicos hispanos.

Algunos sugirieron usar a Radio Paz para correr la voz. Otros pidieron acceso a las escuelas y programas de educación religiosa en las parroquias para atraer a la juventud, ya que “al igual que los sacerdotes, la mayoría somos de la Tercera Edad”, dijo Mimi León, de las Comunidades de Vida Cristiana, grupos de oración y formación basados en los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola, el fundador de los jesuitas.

Otros también sugirieron que en vez de tener todas sus actividades en español, los movimientos empezaran a ofrecer algunos programas en inglés, ya que ese es el idioma que dominan sus hijos y nietos. También opinaron que se debería crear un consejo de laicos a nivel arquidiocesano para coordinar el trabajo de los movimientos y aconsejar al arzobispo.

También expresaron preocupación por la directiva arquidiocesana de que toda persona que trabaje con niños tiene que tomarse las huellas digitales para certificar que no tiene antecedentes penales. En muchas parroquias hay personas indocumentadas que practican su fe y quieren estar más involucradas en los movimientos, sin embargo tienen miedo ser deportadas, y optan por no hacerse las huellas.

En total, más de 140 personas se reunieron en la Ermita para la sesión sinodal. Muchos de ellos ya habían participado en sesiones en sus parroquias, pero el enfoque de la noche fueron los movimientos. Como dijo el moderador de la sesión, Ricardo Luzondo: “¿Cuáles son sus preocupaciones con respecto a su movimiento, y a la arquidiócesis en general, y cuáles son sus sueños para ambos”?

Menocal habló por muchos de los presentes cuando dijo que todo el pueblo católico, sobre todo las parroquias, deben abrirse más a los movimientos, “eliminar el miedo y darnos cuenta que somos colaboradores en una misma misión”.

Algunos sugirieron que la familiarización con los movimientos comenzara cuando los futuros sacerdotes aún están estudiando en el seminario.

“Nosotros somos una parte importante de cada parroquia”, dijo un representante de los Caballeros Católicos. “Úsenos”.