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Blog_Changing our world in light of Pope Francis� message_S


¿Dónde se encuentra la verdadera felicidad? 

1) En un mundo en el que creemos con certeza que Dios es el autor de la vida: Cada niño sería considerado un regalo para ser amado y apreciado. 

En un mundo en el que hemos perdido el sentido de Dios: Los niños por nacer se consideran propiedad de la que uno se puede deshacer, y el vientre materno se convierte en el lugar más peligroso para vivir. Se nos hace casi imposible confiar nuestra fertilidad al plan sabio de Dios. La mayoría de nosotros nunca sabrá cuántos hermosos dones estaban destinados para nosotros. 

2) En un mundo en el que el fin jamás debe justificar los medios: Las parejas que no pueden procrear, jamás recurrirían a las intervenciones médicas que ponen en peligro la vida humana en cualquier manera. 

En un mundo en el que hemos perdido el sentido de Dios: Fertilizamos óvulos femeninos humanos con el espermatozoide masculino en una placa de Petri, y luego descartamos selectivamente aquellos seres humanos recién formados que no dan la talla. A esto le llamamos "fertilización in vitro". 

3) En un mundo donde realmente creemos que Dios es el señor de nuestro destino: Cuidamos a los enfermos y los moribundos, y sufrimos con ellos. 

En un mundo en el que hemos perdido el sentido de Dios: Pedimos a nuestros médicos que se conviertan en asesinos y que nos ayuden a suicidarnos. Entonces llamamos a esto muerte con dignidad. 

4) En un mundo donde entendemos que Dios ordena, dirige y gobierna el universo entero con un plan concebido en sabiduría y amor: Llevamos vidas de castidad, el dominio sexual de uno mismo, guardando el sexo para el matrimonio, entendiendo que, por haber sido creados a imagen y semejanza de Dios, el acto sexual que produce la vida humana también es sagrado.

En un mundo en el que hemos perdido el sentido de Dios: ¡Manipulamos y distorsionamos el diseño perfecto de Dios hasta lo irreconocible! Hemos separado por completo la idea de tener hijos con tener relaciones sexuales. 

5) En un mundo donde permitimos que la venganza sea sólo de Dios: Castigaríamos a los criminales con métodos incruentos, y no “mataríamos a la gente que mata a la gente, para demostrar que matar a la gente es malo”.  

En un mundo en el que hemos perdido el sentido de Dios: ¡Nos ponemos a favor del "ojo por ojo" y ambos terminamos ciegos! 

Ser católico es ser incondicionalmente pro vida. Pero, ¿qué significa ser pro vida? Significa entender que Dios creó y ama a cada ser humano como si fuera el único, y estamos llamados a ver el reflejo de nuestro Creador en cada persona. 

Ahora más que nunca necesitamos tener el valor de mirar la verdad a los ojos y llamar las cosas por su nombre: 

  • El aborto no es simplemente la terminación de un embarazo, sino más bien la muerte de un niño; un niño que nunca será sostenido por los brazos de una madre, sólo acogido en su corazón. 
  • El niño por nacer no es sólo tejido fetal, sino un ser humano con un alma eterna. 
  • La mujer que se ha realizado un aborto no es sólo alguien que ejerció su libertad de elección, sino más bien alguien tan terriblemente lastimada por haber cometido lo que parece ser el pecado imperdonable. 

Pero, ¿somos tan diferentes? Todos debemos buscar el perdón, porque todos hemos abortado la voluntad de Dios en algún momento de nuestras vidas. Tal vez no físicamente, pero sí espiritualmente. Y todos estos abortos espirituales han ayudado a crear un mundo en el que el aborto físico es posible. 

¿Cuál debe ser nuestra respuesta como cristianos católicos a lo que destruye la santidad y la dignidad de la vida humana? Debemos buscar la verdad con humildad, y debemos practicar el amor con insistencia, hacia nuestras familias, amigos y el prójimo. ¡Esto es lo que estamos llamados a hacer! Decir la verdad en el AMOR.

¡Lo único que se necesita para que el mal prospere, es que la gente buena no haga nada! Mi oración para este mundo es que pronto llegaremos al lugar donde se encuentren la bondad y la verdad. 

Según entramos en un "Año de la Misericordia", por favor, pregúntense qué están dispuestos a hacer para cambiar el mundo en el que vivimos. Si somos capaces de tratar de descubrir en todo la voluntad de Dios y no la nuestra, entonces experimentaremos la paz que el Señor quiere para nosotros.

Comments from readers

Mary T. Tate - 10/21/2015 11:13 AM
Joan, Great article. You captured the feeling of Pope Francis perfectly. Thanks for sharing it with us. God Bless.
Rosalie Cobb - 10/19/2015 05:22 PM
Amen, Joan. So well written. I have always listened to what you have had to share and taken it to heart. Thank you for your many years of service to Respect Life.
Lourdes del-Calvo - 10/19/2015 01:33 PM
well said, for the exception of the wording, I think the last paragraph, and I now have to paraphrase it, cause I cannot remember the exact words..."we all have aborted God's will at one time or another in our life"...I'll be 79th on Feb. 11th next year. My husband left me cause I refused to have an abortion, 53 yrs ago, I have never 'aborted God's will', I'm a cradle practicing Roman Catholic, never left or question my Church, maybe some pastor or priest, yes...but never left the church cause a priest. I follow our Pope Francis, we have to open the doors to our Church and our Hearts to all, MOST IMPORTANT WE CANNOT CHANGE THE LAWS OF GOD OR OUR CATHOLIC FAITH, THS WE CANNOT DO...we do HAVE to Love all not just in words but in action. I could not eat a good heavy meal knowing there are Homeless in the street or put my head on my pillow at night. If I was called by the Lord to serve Him I want to live a modest life. Walk the talk!
Anne DiBernardo - 10/19/2015 12:33 PM
Beautifully articulated. I miss listening to you speak, Joan!
Terry Walters - 10/19/2015 11:53 AM
Thank you! Beautifully said.

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