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Después de 18 meses sin ejecuciones, el estado de La Florida ha programado la muerte de Mark Asay para el jueves, 24 de agosto, a las 6 p.m. Asay recibió dos sentencias de muerte por los asesinatos de Robert Lee Booker y Robert McDowell. Si se lleva a cabo, esta será la primera vez que La Florida ejecuta a una persona blanca por el asesinato de un negro.

Debido a las enseñanzas de la Iglesia Católica sobre la dignidad de toda vida humana, los obispos de la Florida están pidiendo a los católicos que participen una vez más en vigilias de oración en el momento de la ejecución. Estas vigilias de oración demostrarán nuestra creencia que toda vida humana es sagrada, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural. Y que, actualmente, “los casos en los que sea absolutamente necesario suprimir al reo suceden muy [...] rara vez [...], si es que ya en realidad se dan algunos”. (No. 2267)

La pena de muerte ha sido siempre cruel e innecesaria, y es la máxima y definitiva degradación de una persona.

Pero después de años de visitas a las cárceles, me resulta evidente que las acciones de los tres componentes del sistema de justicia penal — la policía, los tribunales y las prisiones — también están involucradas en un proceso sistemático de degradación de la dignidad humana.

La dignidad de una persona se humilla por violar las normas o leyes e infligir castigo mediante la eliminación de su libertad, derechos, privacidad y privilegios sin un tratamiento efectivo de rehabilitación.  

El procedimiento legalista metodológico se utiliza para etiquetar, degradar, y deshumanizar la dignidad inherente de la persona. La degradación puede ser descrita como una de las violaciones más severas, duraderas y controvertidas de los derechos humanos.

Estos procesos degradantes de la dignidad humana son endémicos a nivel local, estatal, nacional y mundial, y están institucionalizados de tal manera que no hay objeciones.

Los Estados Unidos se han convertido en una nación que utiliza el encarcelamiento para resolver los graves problemas sociales de las personas a las que no se quiere enfrentar. Las minorías marginadas suelen ser etiquetadas como “criminales predecibles” por la atribución automática de comportamiento delictivo a grupos étnicos, extranjeros, personas sin hogar, adictos, enfermos mentales, y analfabetas.

Es fundamental abogar en los Estados Unidos por la recuperación de una calidad de vida en la comunidad mediante la reducción de las desigualdades sociales, la prestación de servicios excelentes de asistencia social, vivienda, educación, salud física y mental, y oportunidades de empleo con salarios que permitan a las personas vivir con dignidad.

La Justicia Reparativa y la Justicia Comunitaria son nuevas visiones cuyo propósito es la restauración de las víctimas, los criminales y las comunidades.  

Necesitamos un diálogo con capellanes, alcaides, jefes de la Policía, juristas, teólogos, defensores, trabajadores sociales, psicólogos, educadores y sociólogos en el ámbito de ciudades, estados y naciones, para ver, juzgar y actuar. Esto nos ayuda a reflexionar sobre el sistema de justicia penal y sus componentes para crear procesos terapéuticos con el fin de lograr arrepentimiento, sanidad, perdón y reconciliación basados ​​en la vida y la dignidad de la persona humana.

Vigilias de oración

En la Arquidiócesis de Miami tendremos vigilias de oración por Mark Asay, quien será ejecutado el jueves 24 de agosto de 2017 a las 6 p.m. Oraremos en los siguientes lugares por las víctimas y los agresores, por sus familias, y para poner fin a la pena de muerte:

Miércoles 23 de agosto:
  • 2-3 p.m., programa “Fe y Esperanza”, de la Pastoral de Prisiones, Radio Paz 830AM
  • 7 p.m., St. Dismas Outreach Center, misión de St. Robert Bellarmine, 2640 N.W. 34th Street, Miami
  • 7 p.m., St. Dismas Outreach Center, misión haitiana de St. Joseph, 1210 N.W. Sixth Ave., Pompano Beach
Jueves, 24 de agosto:
  • Después de la misa de las 11:45 a.m., iglesia de St. Martha, 9401 Biscayne Blvd., Miami Shores.

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