Blog Published

Blog_12916224022803_S


Chicago, 1988:
Un bebé varón fue abortado espontáneamente a las 16 semanas de gestación. Los padres sufrientes deseaban que el cuerpo de su hijo diera testimonio a la sociedad como no lo podría hacer una fotografía, para transmitir el mensaje pro vida. Por eso, su pequeño cuerpo perfecto fue preservado por la medicina en un envase de cristal para que todo el mundo viera la maravilla del “don supremo” de Dios.

Miami, 2000:
El Ministerio del Respeto a la Vida recibe al bebé Charlie para usarlo con fines educativos, con el propósito de aclarar el mito de que el aborto es una manera inofensiva de poner fin a un embarazo no deseado. Quienes lo observaban, quedaban maravillados por la obra milagrosa de Dios. Uno no puede mirar el pequeño cuerpo de este bebé – sabiendo que si hubiese sido abortado estaría desmembrado y desechado como “desperdicio médico” – y no horrorizarse al pensar que muy pocos entienden esto, y muchos menos están dispuestos a luchar para detenerlo.

El arzobispo Fulton J. Sheen dijo una vez que una religión que no interviene con el orden secular, pronto descubrirá que el orden secular no se abstendrá de interferir con ella.

Hemos sido arrastrados por las costumbres del mundo y hemos aceptado la mentira de que podemos controlar la vida y la muerte. Nuestra sociedad ha decidido que nosotros determinaremos cuándo un niño nacerá, y si nacerá, en nuestro momento y a nuestra manera. Eso fue lo que Juan Pablo II llamó “la mentalidad contraceptiva”.

¿Y qué sucede cuando falla el anti-conceptivo? Esa es la razón por la que tenemos el aborto. Y el niño deja de ser visto como un don puro.

Del Catecismo, #2378: “El hijo no puede ser considerado como un objeto de propiedad sino ... el don más excelente del matrimonio. Sólo el hijo posee verdaderos derechos: el de ser el fruto del acto específico del amor conyugal de sus padres, y tiene también el derecho a ser respetado como persona desde el momento de su concepción”.

Nuestra promiscuidad sexual ha llevado a un gran problema de infertilidad que ha tenido como consecuencia numerosas formas de manipular la reproducción humana. La donación de esperma y óvulos, las madres subrogadas, y la selección del género se han convertido en enormes negocios. Los niños que nacen a través de estos métodos un día enfrentarán el desconcierto genealógico al intentar entender sus inicios biológicos.  

Cuando vamos por la Arquidiócesis para presentar nuestros talleres sobre Asuntos de Vida, escuchamos muchas historias tristes. Una de las más recientes fue la de una mujer que recibió 10 sesiones de FIV (fecundación in vitro), que produjeron dos niños que llegaron a nacer; los otros fueron congelados y almacenados. Luego ella fue diagnosticada con cáncer del seno como resultado de los químicos inyectados en su cuerpo para producir los óvulos necesarios para la FIV.

Una persona que ha sido católica desde su nacimiento, exclama: “¡Por qué no me dijeron!”

Traicionar la manera en que Dios creó la humanidad sólo puede terminar en el caos moral y ético. La enseñanza católica, tan rica en la defensa del plan perfecto de Dios para nuestra dicha, felicidad y protección, se le oculta a los fieles por alguna razón, por temor a que algunos se ofendan. Ahora enfrentamos la lucha de nuestras vidas al encontrarnos a punto de perder nuestra libertad religiosa, una libertad que hemos dado por sentado y escondido por un día más, por una generación más.  

Si todo católico contestara el llamado de Dios para vivir y defender nuestra fe, Él no permitiría nuestro fracaso. Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros. El bebé Charlie fue llamado por Dios para servirle, aun en la muerte. Agradecemos la generosidad de sus padres hace muchos años, quienes reconocieron la batalla de vida y muerte que nuestra Iglesia debe enfrentar.

Cuando pasen por el cementerio de Our Lady Queen of Heaven, en Broward, deténganse y hagan una oración en el monumento pro vida que se encuentra a la entrada. Allí está el bebé Charlie, enterrado el 7 de septiembre de 2012.

Comments from readers

Hope Sadowski - 10/08/2012 02:29 PM
Recently I had the opportunity to attend your Life Issues Workshop. I would like to commend you and your excellent team that came to my parish for a whole day presentation very informative and well prepared. Thank you for in spite of all the difficulties the Respect Life Ministry have encountered you have continued to champion the cause of the unborn. Thank you

Powered by Parish Mate | E-system

This site is protected by reCAPTCHA and the Google Privacy Policy and Terms of Service apply