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Feature News | Monday, March 20, 2017

La Hna. Bertha Penabad, 94, �se pasaba la vida evangelizando�

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MIAMI | Era chistosa, animada, amaba a la naturaleza y a los animales, y Frank Sinatra era su cantante favorito.

También “se pasaba la vida evangelizando”, y dejó un recuerdo indeleble en todos los que la conocieron – especialmente los feligreses de St. Brendan en Westchester.

La Hermana Bertha Penabad, de la Sociedad de María Reparadora: Nació el 28 de julio de 1922, murió el 22 de febrero de 2017; vivió 70 años de vida consagrada.

Fotógrafo: COURTESY PHOTO

La Hermana Bertha Penabad, de la Sociedad de María Reparadora: Nació el 28 de julio de 1922, murió el 22 de febrero de 2017; vivió 70 años de vida consagrada.

La Hna. Bertha Penabad, de la Sociedad de María Reparadora, quien trabajó en la Arquidiócesis de Miami desde 1978 al 2000, falleció el 22 de febrero en Monroe, Michigan, después de varios años de enfermedad. Tenía 94 años.

“Ella tocó la vida de muchas personas,” dijo Silvia López, una asociada laica de la comunidad que conoció a la Hna. Bertha en St. Brendan.

“Espiritualmente, yo crecí mucho con sus clases y sus experiencias”, dijo López, quien se mantuvo en contacto con la religiosa después de que esta se fue de Miami. “Se pasaba la vida evangelizando.”

La Hna. Bertha sirvió como asistente pastoral en St. Brendan — dando clases a los adultos — mientras trabajaba en el ministerio de comunicaciones de la Arquidiócesis. Era productora de la Misa televisada en español y de dos programas en la radio: “Panorama Católico” y “Huellas”. Los dos se escuchaban por emisoras comerciales antes de que la arquidiócesis comprara su propia estación, Radio Paz 830 AM.

“Nos concentramos en las escrituras, música folclórica, y pistas para hacer ejercicio”, dijo en una entrevista con el periódico arquidiocesano en 1984. “Imagínate, un sermón en la iglesia llega a 200 personas. Nosotros podemos llegar a 30,000 personas”.

Lo que muchos de sus radio-oyentes posiblemente no sabían era que la Hna. Bertha dominaba cinco idiomas: francés, árabe y el idioma de Uganda además del inglés y su español nativo. Los había aprendido en los lugares donde había sido destinada como religiosa.

Aún cuando, a la edad de 77 años, tuvo que irse del cálido clima miamense para vivir en el clima neoyorkino de la comunidad de Ridgewood, le dijo a López, “Yo voy a donde mi orden me manda. El Señor a mí me necesita.”

La Hna. Bertha nació el 28 de julio de 1922 en La Habana, Cuba. Tenía una hermana, Esther, que murió hace años. Después de estudiar en la Universidad de la Habana entre 1940 y 1944, su familia la envió a España. Allí entró en la Sociedad de María Reparadora en Segovia, el 19 de octubre de 1946. Hizo sus primeros votos en Madrid el 2 de mayo de 1949. En 1950, la comunidad la envió a Cairo, Egipto, donde aprendió a hablar árabe.

Luego sirvió en Roma, Londres, y Newcastle y Elie, Escocia. En 1957, fue nombrada directora de novicias en la comunidad de Entebbe, Uganda, donde aprendió otro idioma. También sirvió brevemente como superiora general de una pequeña comunidad de Reparadoras que querían formar su propia congregación.

De Uganda, la Hna. Bertha fue a Nantes, Paris y Strasbourg, Francia. Al principio de los años ’60, fue nombrada superiora de la comunidad de Reparadoras en la Isla Reunión, cerca de la costa de Madagascar.

Luego sirvió en Roma y España hasta 1978, cuando llegó a Miami y fundó una pequeña comunidad de Reparadoras cubanas. Eventualmente, el grupo se unió a la provincia estadounidense. Una de ellas, la Hna. Dora Morales, aún vive aquí.

En Miami, la Hna. Bertha trabajó muy de cerca con la comunidad de exiliados cubanos, especialmente los que llegaron por Mariel en el año 1980. En 1992, el Papa Juan Pablo II le otorgó la cruz Pro Ecclesia et Pontifice en reconocimiento de su servicio y dedicación a la Iglesia.

En el 2006, la Hna. Bertha se mudó de la comunidad de Ridgewood al centro de salud de las Reparadoras en Riverview, Michigan. Un mes antes de su muerte, fue trasladada al centro de salud de las Hermanas del Inmaculado Corazón de María en Monroe, Michigan, donde falleció.

Fue sepultada en el Cementerio Holy Sepulchre en Southfield, Michigan. La sobreviven sobrinos y sobrinos nietos. Una de ellos, Teresita Quesada Penabad, recordó a su tía de esta manera:

“Tenía una calidad única para hacer de todo lo mejor. Su don era esa habilidad de propagar su energía positiva. Era la persona más feliz que jamás he conocido…”

La Hna. Margaret Hoey, de la Sociedad de María Reparadora en Riverview, Michigan, proporcionó información para este reportaje.

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