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Feature News | Thursday, September 14, 2017

Las Instalaciones de la Iglesia se salvaron de grandes da�os durante Irma

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Los feligreses señalan un árbol arrancado de raíz en los terrenos de la Catedral St. Mary, de Miami, tras el paso del huracán Irma. Los daños ocurridos en la Arquidiócesis de Miami fueron,afortunadamente, moderados: muchos árboles afectados y algunas inundaciones, pero la mayoría de las estructuras —incluyendo las de los Cayos, que fueron azotados severamente por el huracán— resistieron muy bien.

Fotógrafo: MARLENE QUARONI | FC

Los feligreses señalan un árbol arrancado de raíz en los terrenos de la Catedral St. Mary, de Miami, tras el paso del huracán Irma. Los daños ocurridos en la Arquidiócesis de Miami fueron,afortunadamente, moderados: muchos árboles afectados y algunas inundaciones, pero la mayoría de las estructuras —incluyendo las de los Cayos, que fueron azotados severamente por el huracán— resistieron muy bien.

MIAMI | Pudo haber sido mucho peor. 
Esa fue la evaluación inicial para las parroquias y escuelas de la Arquidiócesis de Miami después de que el huracán Irma recorrió el sur de La Florida, el 10 de septiembre.

Incluso los informes iniciales de la parte más afectada de la Archidiócesis —la parte sur de los Cayos, por donde el huracán de categoría 4 entró a tierra, el 10 de septiembre— fueron cautelosamente optimistas.

La Hna. Margaret Ann, una Carmelita del Sagrado Corazón que es la directora de la escuela secundaria en la Archbishop Coleman Carroll, en West Kendall, se convirtió en una sensación de las redes sociales cuando un oficial de la Policía de Miami-Dade publicó un video y esta foto de ella empuñando una sierra para despejar los árboles de una calle.

Fotógrafo: COURTESY PHOTO

La Hna. Margaret Ann, una Carmelita del Sagrado Corazón que es la directora de la escuela secundaria en la Archbishop Coleman Carroll, en West Kendall, se convirtió en una sensación de las redes sociales cuando un oficial de la Policía de Miami-Dade publicó un video y esta foto de ella empuñando una sierra para despejar los árboles de una calle.

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Imágenes de un “drone” mostraron que la iglesia, el salón parroquial y la rectoría de la Iglesia St. Peter, en Big Pine Key —situada a unas 10 millas al Este por donde entró Irma, en Cudjoe Key— habían sobrevivido a la tormenta.

Treinta millas más al Este, en la iglesia San Pablo, en Maratón, el párroco Luis Rivera publicó en el sitio web de la parroquia el 10 de septiembre: “A partir de las 3 p.m... la iglesia San Pablo todavía tiene techo y no hay daños por el agua. El salón de la parroquia tiene techo y no hay daños por el agua”.

En una publicación en Facebook del 11 de septiembre, la Basílica St. Mary Star of the Sea, en Key West, anunció que el párroco, P. John Baker, y las Hermanas del Espíritu Santo que sirven en la iglesia —ninguno de los cuales tuvo que evacuarse— “resistimos el huracán sin incidentes y estamos bien”.

Un mensaje del 13 de septiembre dijo: “A pesar de algunos daños menores en el techo, y algunos árboles caídos, todo está bien en la Basílica... Claramente permanecemos bajo la protección de San Louis Gabriel y el manto protector de Nuestra Señora”.

Curiosamente, el P. John también informó que a pesar de los fuertes vientos del huracán, todas las velas en la gruta permanecieron indemnes durante la tormenta, refiriéndose a la gruta exterior de Nuestra Señora de Lourdes, construida en 1922, donde los lugareños oran tradicionalmente por la protección contra las tormentas.

La Hna. Louis Gabriel fue la Hermana de los Santos Nombres de Jesús y María quien pidió que se construyera la gruta, y prometió que mientras estuviera en pie, “Key West nunca sufriría el impacto frontal de un huracán”.

Esa protección pareció haberse extendido al resto de la Arquidiócesis de Miami, que se había estado preparando para enfrentar toda la furia de Irma.

La tormenta rompió récords —la velocidad del viento alcanzó 185 millas por hora y permaneció como categoría 5 por más de tres días— antes de abatir las Islas Barbudas y San Martín, golpear las Islas Vírgenes de Estados Unidos y Puerto Rico y luego raspar el norte de Cuba.

Después de hacer su esperado giro hacia el norte, el ojo del huracán hizo una segunda entrada en Marco Island, en la costa Oeste de La Florida, eximiendo a los condados de Miami-Dade y Broward del temido peor escenario, la llegada de los vientos catastróficos y las desastrosas inundaciones.

“Recibimos ráfagas de huracán y en su mayor parte nuestros edificios resistieron bastante bien. Perdimos las tejas, los azulejos, pero en Dade y Broward no vimos daños estructurales catastróficos”, dijo David Prada, director arquidiocesano de la Oficina de Propiedades y Construcciones.

La única excepción fue la antigua Escuela St. Stephen, en Miramar —ahora una escuela chárter— donde se perdió el techo y penetró el agua.

La mayoría de los daños a las propiedades de la iglesia —como el daño a las casas y vecindarios en todo el Sur de La Florida— incluyen la caída de árboles y ramas. La mayoría de las escuelas arquidiocesanas postergaron las clases hasta el 18 de septiembre, para retirar los escombros y esperar la reconexión de la electricidad, no sólo en sus instalaciones, sino también en las calles circundantes y en los semáforos.

“Tuvimos mucha suerte”, dijo Prada. “Esperábamos que fueran problemas catastróficos”, pero, incluso un gimnasio en construcción en la escuela de la Basílica St. Mary Star of the Sea, en Cayo Hueso, resistió el azote de Irma. “Es una evidencia de buen diseño y buenos códigos de construcción. Ellos hacen la diferencia”, dijo Prada.

Sin embargo, señaló que sólo había escuchado informes de segunda mano sobre el daño en los Cayos, ya que a los párrocos de las cuatro parroquias restantes — San Pablo, St. Peter, San Pedro en Tavernier y St. Justin Martyr, en Key Largo — no se les permitió la entrada a la zona el 13 de septiembre, para evaluar personalmente las instalaciones.

“La interrupción de la comunicación es la parte más difícil”, dijo Prada, señalando que el servicio de telefonía celular en todo el Sur de La Florida era irregular, pero, prácticamente, inexistente en los Cayos.

El Arzobispo Thomas Wenski tuiteó que parece que le fue bien a la Conch Republic durante la embestida del huracán Irma, después de hablar con el rector de la Basílica St. Mary Star of the Sea, que decidió permanecer en Cayo Hueso durante la tormenta.

Fotógrafo:

El Arzobispo Thomas Wenski tuiteó que parece que le fue bien a la Conch Republic durante la embestida del huracán Irma, después de hablar con el rector de la Basílica St. Mary Star of the Sea, que decidió permanecer en Cayo Hueso durante la tormenta.

El Arzobispo Thomas Wenski publicó en Twitter que, gracias a un equipo de AT&T, habló brevemente con el P. Baker y “La Conch Republic parece haber salido bien”.

De hecho, la mayor parte de la comunicación entre los sacerdotes y sus feligreses, y los directores y los padres de familia de las escuelas, parecía estar teniendo lugar en las redes sociales.

La Arquidiócesis ciertamente usó sus páginas de Facebook, Twitter e Instagram antes y después de la tormenta, publicando actualizaciones constantes sobre los cierres y reaperturas de las escuelas, así como la declaración del Arzobispo Wenski de que no se celebrarían Misas durante el fin de semana. Debido a la tormenta, el Arzobispo concedió una dispensa de la obligación del domingo. Pero los fieles podían seguir la Misa a través de los enlaces de internet a las Misas para las personas que no pueden salir de sus casas, en inglés y en español, que se publican en el sitio web de la Arquidiócesis.

O seguir la transmisión en Facebook de la iglesia Immaculate Conception, en Hialeah. En la tarde del 9 de septiembre, mientras todos se guarecían para esperar a Irma, el párroco Manny Álvarez y sus tres sacerdotes residentes celebraron la Misa de vigilia en la capilla parroquial y la transmitieron a través de Facebook Live.

Internet también convirtió a la directora de la escuela secundaria Archbishop Coleman Carroll, en West Kendall, en una sensación viral de los medios, después de que un agente de policía de Miami-Dade que estaba fuera de servicio captó a la Hna. Carmelita Margaret Ann, vistiendo su hábito, usando una motosierra para ayudar a despejar un camino de ramas de árboles caídos. La cuenta de Instagram del departamento de policía se volvió viral y la Hna. Margaret Ann terminó siendo entrevistada por Erin Burnett, de CNN. Inside Edition, CBS News, NPR y otros medios de noticias también hablaron sobre la historia de la monja empuñando la motosierra.

“El camino estaba bloqueado. No podíamos pasar. Vi a alguien resbalar en el barro y casi estrellarse contra una pared, saliéndose de la carretera. Había una necesidad.

Yo tenía los medios. Y quise ayudar”, dijo la Hna. Margaret Ann a Burnett con toda naturalidad.
Señaló que la escuela secundaria “tenía motosierras guardadas en el armario. No debían estar allí. Debían ser utilizadas”.

La Hna. Margaret Ann también aprovechó la oportunidad para promover la educación católica en televisión nacional.

“Enseñamos a nuestros estudiantes a hacer lo que se pueda para ayudar”, dijo. “Así que ésta fue una oportunidad donde pude hacer algo para ayudar y, gracias a Dios, fui capaz de hacerlo”.

La Arquidiócesis espera que todos recuerden esta lección cuando se trate de ayudar a otros a recuperarse de los golpes de Irma.

Catholic Charities, de la Arquidiócesis de Miami, está aceptando donaciones monetarias para los esfuerzos de ayuda por el Huracán Irma en: www.ccadm.org.

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