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Homilies | Tuesday, September 20, 2016

Veo al Señor en cada uno de sus rostros

Homily by Bishop Peter Baldacchino at Mass at the facility for unaccompanied refugee minors


From left to right, Bishop Peter Baldacchino,Auxiliary Bishop of Miami,Sayira Aquino, Religious Coordinador of the ORR Homestead Site, and Deacon Edgardo Farias, Director of the Archdiocese of Miami's Detention Ministry.

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From left to right, Bishop Peter Baldacchino,Auxiliary Bishop of Miami,Sayira Aquino, Religious Coordinador of the ORR Homestead Site, and Deacon Edgardo Farias, Director of the Archdiocese of Miami's Detention Ministry.


Homily by Bishop Peter Baldacchino at Sunday Mass at the facility for unaccompanied refugee minors operated by Catholic Charities in South Dade. Sept. 18, 2016.

Hola! Buenos días a todos ustedes, a la Señora Quino, la nueva coordinadora de religión en estas installaciones, a todo el personal que sigue los jóvenes, pero, especialmente, buenos días a todos los jovencitos y jovencitas de Guatemala, El Salvador, Honduras y de los otros países de América Latina que se encuentran aquí en el Departamento de Reubicación de los Refugiados en este Domingo, todos juntos celebrando la Resurrección del Señor Jesucristo. El Señor os estaba esperando aquí, hoy mismo, para acogerlos con una palabra que os sorprenderá, una palabra que os animará.

Yo, ante todo, le doy las gracias al Señor por permitirme estar con vosotros en este día, y de poder ver vuestros rostros. Hoy el Señor me hizo un regalo al poder estar con vosotros esta tarde. Porque al ver vuestras caras yo veo la cara de Cristo, al conocerles, al hablar con ustedes, al cogerles las manos, pues en todo esto vosotros sois Cristo para mí. ¿Y cómo es posible esto? Como puede ser que yo estoy seguro que en vosotros esta Cristo, ¿cómo puedo yo ver a Cristo en ti, y en ti, y en ti? Pues acaso soy ciego, o es que necesito unos lentes nuevos? Bueno, el Señor mismo una vez, hablando a sus compañeros de aventuras, les dijo: “Todas las veces que vosotros habéis recibido o habéis visitado a unos de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí me lo hicisteis.” (Cf Mt 25:31-46) Y entonces el Señor, al enviarme aquí hoy, también me ha confiado: “Cuando tú vayas a visitar a todos estos jóvenes, más o menos pequeños; cuando este Domingo tú vayas a recibir a Ana, a Carlos, a Juan, a Rebeca, a Jennifer, a Francisco, tú me verás en ellos, porque yo estoy en ellos, tú me estás recibiendo a mí!” Y bueno, aquí estamos, aquí os veo. Y ahora que os veo, que os conozco, que os he encontrado, que va a pasar? Pues dejemos que el Papa Francisco nos guie un poco en esto.. ¿conocéis al Papa Francisco, …verdad? Parece que él ha preparado este año pensando en vosotros, porque él decidió invitar todos los católicos a vivir un año bajo la sombra de la misericordia. Y algo maravilloso va a pasar en este día, entonces os invito a abrir vuestros oídos, a conectar vuestras señales, vuestros cables al canal de Dios. Y lo maravilloso es esto: si es verdad que yo hoy visito a Cristo en cada uno de vosotros, es también verdad que Cristo visita cada uno de vosotros. El Papa Francisco, que en este año hablaba muchísimo de la misericordia de Dios, quiere que tú sepas que Jesús hoyviene hacia ti con una maleta que trae tres regalos importantes, tres regalos de misericordia, unos bocadillos riquísimos para vuestros espíritus. Pues vamos a abrir estos regalos:

El primer regalo viene con un papelito verde que dice: “Consolar al triste.” Yo me he ido informando sobre lo que está pasando en vuestros países de orígenes en estos últimos tiempos, especialmente en El Salvador, Honduras, y Guatemala. He leído artículos, he visto videos y he escuchado los testimonios de vuestra gente, y aun así creo que todavía puedo solo imaginarme la tristeza que en el fondo lleváis en vuestros corazones. El Salvador, Guatemala y Honduras, conocidos como el triángulo del norte, pero más como un triángulo del sufrimiento, donde la gente sufre por las gangas, extorciones, violencia, pobreza, corrupción, drogas, armas, secuestros. Y todos estos males, todos estos pecados han hecho que tú te separes de tu familia, buscando con ansiedad y fuerza un lugar donde poderte proteger de los peligros, lejos del mal. Quiero que tú sepas que yo también sufro contigo. Pero hoy el Señor ha traído su regalo, él te quiere dar el regalo de la consolación. ¡Hay una luz de esperanza! Porque, como os dice el Papa, vosotros tenéis el derecho de mejorar vuestras vidas y si hoy estáis acá es porque una puerta grande de esperanza se ha abierto hacia vosotros para que, pasando por esta puerta, podáis tener las oportunidades que no habéis podido hallar en vuestros países de origen. Y esta puerta de la esperanza tiene dos aberturas, dos batientes.  De un lado, el presidente y el gobierno de esta nación que quiso proveer este hogar donde nos encontramos hoy en la espera de que vosotros podáis reuniros con vuestros queridos familiares y amigos que viven aquí en los Estados Unidos. Por otro lado, está la Iglesia Católica que quiere defenderte. Es una “Iglesia sin fronteras, Madre de todos,” que te acepta, así como eres y que está cerca de ti, porque tú no eres “inútil, fuera de lugar, o descartable.” Cristo, con este regalo, te quiere quitar la tristeza, ¡la tristeza! Él te consuela diciéndote: ¡Animo! No temas, déjate consolar del amor mío. ¡Tú no estás solo, …tú no estás sola!

Pero Jesús sabe muy bien que tu situación no es fácil, ¿verdad? Por eso Él trae consigo un segundo regalo, con un papelito blanco que dice: “Enseñar al que no sabe.” Muchachos y muchachas, puede ser que algunos de vosotros sientan que el primer regalo no es suficiente para que regrese el gozo, la alegría. Puede ser que, aun que Cristo te haya dado una esperanza para tu presente, si aún estas palabras te consuelan de tu tristeza, a lo mejor no sabes todavía porque has tenido que pasar por todo esto. Puede ser que hoy, en lo profundo de tu corazón, no sabes si Dios existe, porque si Dios existiera, no hubiera hecho que todo esto te pasara a ti. Esto es el problema: no saber el porqué de lo que viviste en estos últimos meses! ¿Pero que dice este segundo regalo? “Enseñar al que no sabe.” ¿Y qué es lo que Jesucristo te quiere enseñar? Pues, que tu vida no ha sido un error. Que en tu pasado Dios estaba ahí contigo. Que Cristo sabe lo que has vivido. ¿Y cómo es posible esto? Tú a lo mejornunca lo has pensado, ¿pero sabías tu que también Jesús ha sido un migrante? Hasta nuestro Arzobispo de Miami una vez dijo que Jesús es el “Migrante de los Migrantes” porque cuando él nació de la Virgen María y vino en la tierra, él migró del paraíso, lejos de ver directamente el rostro de su Padre. Pero el Hijo Jesús seguía amando a su Padre, se puede decir que cada día él tenía una foto de su Padre en su corazón, y a través de la oración, hablaba con Él en tiempos de dificultades, hasta el día en el cual se reunió con Él. ¿Y sabías tu que “Jesús era un refugiado” también? Jesús tuvo que refugiarse. Cuando la sagrada familia fue amenazada de ser matada por la locura y por los deseos de poder y dinero del rey Herodes, Jesús fue forzado a escapar, a emigrar hacia Egipto. Y tuvo que salir tan pronto que por seguro no tuvo tiempo de sacar la visa, sino que entró como ilegal en aquel nuevo país. Él tuvo que pasar por muchos eventos dolorosos, encontrándose en un lugar donde no se hablaba su idioma, donde no estaban sus parientes, donde todo era inseguro. ¿Y porque Jesús bajó del cielo y migró a la tierra? ¿Por qué Jesús tuvo que huir hacia Egipto sin tener una infancia fácil? ¡Lo hizo por ti, # # por ti! ¡Porque él te ama y quiso vivir las mismas dificultades que tú has vivido! Tu historia, tu vida no ha sido un error, así como la historia de Jesús no ha sido un error tampoco! Más aun, el Padre tenía un plan de salvación en la vida de Jesús. Y Dios Padre tiene también un plan de salvación para ti. Y hoy Él te llamaa creerte esta buena nueva, o sea que Dios nunca te ha abandonado, que aun si tu no sabías donde Dios estaba, hoy Él quiere que tu sepas que estaba y está siempre contigo, ahora mismo, mientras que te estoy hablando. Y si tú te crees esto, una cosa increíble va a pasar dentro de ti; si te crees a este amor de Dios, a que envió su Hijo para ti, entonces en tu corazón puede nacer la fe de que Dios es amor y que tu vida tiene un sentido de amor, que Dios puede cambiar el mal que te han hecho los otros en un bien para ti y para muchos más. Desde hoy, si tú dejas entrar estas palabras en ti, tú puedes empezar a vivir una vida nueva, aun cuando las cosas alrededor tuyo no cambian. Hoy el Señor te ofrece de ser como María y José, que en sus tiempos muy difíciles de ser migrantes “han conservado siempre la confianza en que Dios nunca les abandonará.”   # # #... ¿Quieres tú esto?    # # #... ¿Quieres ver tu vida con los lentes de Dios? Porque por la intercesión de María y José tú puedes lograr que “esta misma certeza esté siempre firme en el corazón.”

Bueno, hemos llegado al tercer regalo, que esta vez, trae un papelito azul que dice: “Dar un buen consejo al quelo necesita.” Este último regalo tenéis que llevarlo con vosotros en vuestras vidas futuras, desde aquí hasta cuando, si Dios quiere, encontrarais vuestros familiares y amigos que viven en Estados Unidos y empezareis a vivir con ellos. Es un regalo que viene con un consejo que necesitáis para que romper la fuerza del mal, la tentación de responder al mal que habéis vivido con otro mal. Se trata de romper el círculo del mal.

Entonces, el primer consejo para vivir una vida libre es: no os transformáis en hombres y mujeres del mundo, en hombres y mujeres que para huir de la pobreza o de los problemas, hacen del dinero como si fuera su Dios. No seáis como los que buscan solo como tener la mejor ropa y los mejores móviles, los mejores carros, o …las mejores tabletas y televisores. Claro, Dios no está en contra del dinero o que Dios os quiere pobre. Todo lo contrario. Pero él sabe muy bien que la sed y el hambre de dinero os puede dar la misma locura de Herodes, la misma locura que agarró a los que en vuestros países cometen crímenes y tratan a los otros como si no fueran seres humanos. La primera lectura que hemos escuchado hoy habla exactamente de personas que son interesadas más en ser ricos, engañando a los que les están alrededor. ¡No os transforméis en aquellos que se han aprovechado de vosotros! Y también tengan cuidado de unas cuantas “amistades” que te dicen que la felicidad y la diversión está en tomar alcohol, en vender fácilmente tus sentimientos y tu sexualidad, o en utilizar drogas. Tenéis que rechazar estas trampas del mal porque os alejan de vivir una vida de felicidad. El único que “levanta del polvo al desvalido… para hacerlo sentar entre los grandes”, como dice el salmo responsorial, es Dios. ¡Entrega tu vida a él!

El segundo consejo para vuestro futuro viene de la segunda lectura, que dice que hay que orar “por los jefes de Estado y las demás autoridades, para que puedas llevar una vida tranquila y en paz… pues Dios quiere que todos los hombres se salven.” Hoy vosotros os encontráis aquí en Estados Unidos. Rezamos para que los jefes de este país puedan seguir acogiendo a los immigrantes que buscan un apoyo para vivir la vida de manera digna, una vida feliz. Pero levantamos nuestras suplicas también para vuestros países, vuestras ciudades y calles, donde hay todavía muchas personas y muchos de los que conocéis que todavía no viven en paz y tranquilidad. No nos olvidamos de ellos, sino pedimos a Dios que les fortalezcan en la fe y que les dé animo de seguir adelante en las adversidades y en los dolores, teniendo en sus corazones la fe en Cristo y la esperanza de un futuro mejor. Oremos también por los jefes del crimen organizado, los jefes de las gangas, de la Mara Salvatrucha-13 y los de Barrio 18, para que puedan abrir los ojos al bien, para que puedan ser jefes de bien y no de mal.

Para terminar, el tercer y último buen consejo que Cristo nos regala hoy está contenido en el Evangelio y es como un resumen de todo. Esta palabra abre una ventana que os permite de ver el horizonte de vuestro futuro. Dios hoy te hace su compañero, él te quiere entregar una misión: la de no vivir solo para ti, sino amar a Dios y a los demás. En las manos de Dios hay un mapa con un camino para la felicidad: y este camino es ser amigo de él. Porque siendo amigo de él, tú serás amigo de tus hermanos y hermanas, de tus padres, de tus amigos y amigas. Tú serás cristiano, y podrás dar una palabra de consolación al triste, enseñar a los que no saben que Dios les ama, y dar consejos a los que se equivocan en creer que el dios dinero les pueda dar la felicidad.

Hermano mío pequeño, y hermana mía pequeña, es tiempo de iniciar un nuevo camino. Muchas de las palabras que has escuchado hoy son también las palabras que están en el corazón del obispo de Miami, del papa Francisco, del obispo de Filadelfia y de otros también. Esto lo digo porque tú sepas que no estás solo, que la Iglesia Católica, el Papa, los obispos, y los curas están todos aquí para servirte en tiempos duros y para gozar contigo en tiempos felices. ¡Yo también estoy aquí por vosotros, y si tengáis alguna duda o temor, pues podéis contactarme! Pasamos ahora a comer. ¡Si, a comer! Tenemos que alegrarnos por la visita de Cristo a todos nosotros en este día que estamos unidos. Y como en todas fiestas hay un banquete, también en pocos minutos Cristo, con su cuerpo y su sangre, os dará una comida celestial, una comida que os vaa dar la fuerza para estos días, en esto nuevo camino lleno de esperanza, este camino cerca de él. Vamos a encontrar Cristo en la eucaristía.

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