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Feature News | Wednesday, April 22, 2015

En el Monasterio de la Sant�sima Trinidad de las Carmelitas Descalzas

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“Les invitamos a que nos ayuden, comprándonos artículos religiosos y artesanía religiosa que ponemos a la venta antes y después de las Misas en las puertas de los templos que estamos visitando.”

Fotógrafo: RAUL LEON

“Les invitamos a que nos ayuden, comprándonos artículos religiosos y artesanía religiosa que ponemos a la venta antes y después de las Misas en las puertas de los templos que estamos visitando.”

HOMESTEAD | En Redlands, Homestead, se está llevando a cabo la construcción del primer monasterio de las Madres del Monte Carmelo en nuestra Arquidiócesis. Con la llegada de ocho religiosas Carmelitas Descalzas a Miami se fundó la primera comunidad contemplativa de clausura en la tradición de Santa Teresa de Jesús, el 15 de octubre del 2001.

Las Madres Carmelitas Descalzas venden artículos religiosos y artesanía religiosa después de las Misas para financiar la construcción de su monasterio en Homestead.

Fotógrafo: RAUL LEON

Las Madres Carmelitas Descalzas venden artículos religiosos y artesanía religiosa después de las Misas para financiar la construcción de su monasterio en Homestead.

Durante los tres primeros años, ellas se establecieron en una casa que pertenecía a la parroquia St. Thomas the Apostle, en South Miami, y desde el 2004 han vivido provisionalmente en un edificio que pertenece a la parroquia Immaculate Conception, en Hialeah.

Desde su llegada han manifestado su deseo de tener su propio monasterio donde establecerse para vivir su vocación. En una de las frecuentes visitas que Mons. Agustín A. Román les hiciera a las hermanas, éstas le dijeron que un acaudalado donante iba a regalarles una casa grande para mudarse y establecer su monasterio, pero Mons. Román les aconsejó que no aceptaran la oferta, y les sugirió que lo construyeran con el aporte generoso de todos los fi eles de la Florida, a imitación de lo que él hizo con la construcción de la Ermita de la Caridad, y de esta forma todos se sentirían partícipes de esta obra en la que aportarían su granito de arena.

La Madre Teresa, superiora de la comunidad, dijo: “A partir de ese momento entendimos perfectamente los beneficios que traería para las hermanas y para los fi eles esta iniciativa de Mons. Román, y pusimos manos a la obra y nos dimos a la tarea de tocar los corazones de muchas personas cercanas a la orden carmelitana, e incluso nos acercamos a algunas personas no cristianas o no creyentes, y les invitamos a unirse a esta obra con su aporte”.

En el año 2009, gracias a los ahorros obtenidos con el trabajo de la comunidad y, gracias a la Providencia de Dios manifestada, se pudo comprar la parcela de terreno necesario en Homestead. Después de pasar por los largos procesos de aprobación de permisos para la construcción, se pudo comenzar la edificación del monasterio en agosto del 2014.

“La respuesta de los fieles ha sido maravillosa y les estamos muy agradecidas a quienes nos han dado lo mucho o lo poco que han podido.”

Fotógrafo: RAUL LEON

“La respuesta de los fieles ha sido maravillosa y les estamos muy agradecidas a quienes nos han dado lo mucho o lo poco que han podido.”

“Durante estos meses de construcción del convento”, explicó la Madre Superiora, “las personas nos han colaborado con dinero; unas con mucho, otras, con poco; alguien nos ha regalado materiales de construcción; algunos arquitectos, ingenieros y proyectistas no nos han cobrado por la elaboración de los planos constructivos, etc.” Por otra parte, precisó, “también hemos recibido ayuda de otros monasterios de los Estados Unidos y México.”

Hay que subrayar que las hermanas no se han quedado con los brazos cruzados y aportan también con su esfuerzo y con su economía, pues muchos de los fondos que obtienen por su labor cotidiana de distribuir las hostias a las comunidades, se destinan a la construcción del monasterio. Debido a que los costos de la construcción son muy elevados y a que les apremia el concluir su obra, ellas han pedido un permiso especial para salir de la clausura y visitar algunas parroquias de la Arquidiócesis con el objetivo de recaudar fondos.

El monasterio está todavía en construcción. "Aún falta mucho por hacer en esta edificación. Ya se ha dado por concluido la construcción de paredes y techos del edificio pero faltan recursos para continuar la etapa de acabado."

Fotógrafo: CORTESÍA

El monasterio está todavía en construcción. "Aún falta mucho por hacer en esta edificación. Ya se ha dado por concluido la construcción de paredes y techos del edificio pero faltan recursos para continuar la etapa de acabado."

“Les pedimos a los párrocos que nos permitan visitar las comunidades en los horarios de Misas, los fines de semanas”, dijo la Madre Alba Mery; “allí les presentamos a los fi eles quienes somos, nuestra misión en la Iglesia y el proyecto que tenemos, y luego les invitamos a que nos ayuden, ya sea con donaciones o comprándonos unas galletitas deliciosas, maní, almendras o granolas garapiñadas que elaboramos en nuestra casa, o comprándonos artículos religiosos y artesanías religiosas que ponemos a la venta antes y después de las misas, en las puertas de los templos que estamos visitando”, explicó. “La respuesta de los fieles ha sido maravillosa y les estamos muy agradecidas a quienes nos han dado lo mucho o lo poco que han podido”.

Maqueta del monasterio. Así quedará la construcción cuando se concluya.

Fotógrafo: CORTESÍA

Maqueta del monasterio. Así quedará la construcción cuando se concluya.

Un monasterio contemplativo es para las monjas no sólo el lugar donde viven: es el lugar donde asisten a la Eucaristía y rezan el Oficio Divino; es también el lugar donde trabajan, ya sea en la sacristía, en la cocina, en el jardín, en la huerta, en la costura o en otras labores. Dentro del convento se desarrolla toda la vida de estas hermanas, por lo que la estructura debe tener todo lo necesario para ello.

Aún falta mucho por hacer en esta edificación. Ya se ha dado por concluida la construcción de paredes y techos del edificio, pero faltan recursos para continuar la etapa de acabado, que incluye la colocación de puertas y ventanas de los corredores, la capilla y las habitaciones (llamadas celdas) de las hermanas; también es necesario revestir los pisos, colocar lámparas e interruptores de luz, pintar, etc., de modo que las hermanas necesitan recursos para la compra de los materiales y el pago de la mano de obra.

En la actualidad, la comunidad la integran 12 religiosas, pues a las fundadoras se les han sumado cuatro vocaciones locales. Con la construcción de este monasterio, ellas tendrán las condiciones necesarias para admitir otras vocaciones, que esperan por ello para consagrarse totalmente al servicio de oración que estas religiosas brindan a la Iglesia.

“Las monjas contemplativas estamos llamadas a cooperar espiritualmente con los apostolados de la vida activa”, dijo la Madre Teresa. “Damos una aportación concreta a la evangelización, al ecumenismo, a la extensión del Reino de Dios; es una aportación eminentemente espiritual, que constituye el alma y el fermento de las iniciativas apostólicas. Mientras los misioneros se ocupan de hablarle a la gente de Dios, nosotras nos ocupamos de hablarle a Dios de la gente”.

SI DESEA AYUDAR 

Las hermanas continúan su labor de buscar ayuda entre las comunidades, pero si desea dar su aporte individual, pueden enviar su donativo a:

Discalced Carmelite Nuns, Inc.

4525 West 2nd Avenue

Hialeah, FL 33012

También se pueden comunicar con ellas por internet en: http://www.monasteriodelasantisimatrinidad.org 

o por teléfono al 305-558-7122.




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