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Statements | Wednesday, March 19, 2014

'Con valor, damos un �S�!

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El Obispo Peter Baldacchino agradece la presencia de feligreses y sacerdotes de la Arquidiócesis de Miami, de las Islas Turks y Caicos, y de Newark al concluir la ceremonia de su ordenación.

Fotógrafo: ANA RODRIGUEZ-SOTO | FC

El Obispo Peter Baldacchino agradece la presencia de feligreses y sacerdotes de la Arquidiócesis de Miami, de las Islas Turks y Caicos, y de Newark al concluir la ceremonia de su ordenación.

Estas fueron las palabras del Obispo Peter Baldacchino después de su ordenación el 19 de marzo de 2014 como obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Miami.

En su Exhortación Apostólica La Alegría del Evangelio, nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, nos recuerda el papel del obispo.

“El obispo,” dice el Papa Francisco, “debe fomentar la comunión misionera… a veces estará delante para indicar el camino y cuidar la esperanza del pueblo, otras veces estará simplemente en medio de todos con su cercanía sencilla y misericordiosa, y en ocasiones deberá caminar detrás del pueblo para ayudar a los rezagados y, sobre todo, porque el rebaño mismo tiene su olfato para encontrar nuevos caminos.”

Agradezco profundamente a Su Santidad por nombrarme para ser un Pastor del Pueblo de Dios en la Arquidiócesis de Miami.

Al mismo tiempo, deseo expresar mi agradecimiento de todo corazón a tantas personas que han llegado hasta aquí en este día: a mi familia y amigos de Malta; a Su Eminencia el Cardenal Theodore McCarrick, quien me  ordenó como sacerdote de la Arquidiócesis de Newark; a mis queridos amigos, colegas y feligreses de la Arquidiócesis de Newark, al igual que de las Islas Turcas y Caicos, y de cualquier otro lugar. Para mí, su presencia es la mejor expresión de agradecimiento a la Iglesia.

La manera en que el Señor nos ha unido en la proclamación del Evangelio es asombrosa. Esta gran señal de unidad que vivimos, nos confirma en nuestra fe y nos obliga a compartir esa fe con los demás. Dios está comenzando un nuevo capítulo en la edificación de su Reino y juntos, con valor, damos un ¡Sí! a su divina voluntad y a toda gracia.

Durante este tiempo de la Nueva Evangelización para la Iglesia, estoy entusiasmado por anunciar “la Buena Nueva en cada área de la vida”.

En especial, deseo agradecer a Su Excelencia Reverendísima, Arzobispo Wenski, y a toda la Arquidiócesis de Miami, por la hospitalidad generosa que me han demostrado.

Que María Inmaculada, Santa Madre de nuestro amoroso Salvador Jesucristo, interceda por todos nosotros y nos fortalezca con la confianza de que “donde está Dios, está la alegría”.

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